Aprender a nadar, primeros auxilios y tener un teléfono con batería pueden salvar una vida. ¿Sabes qué hacer si alguien se está ahogando?
Qué hago si alguien se está ahogando. Arte: La-Lista
El invierno está llegando al final para dar paso al reinicio del ciclo. La primavera está cerca y el incremento de la temperatura ambienta también, con lo que se antoja refrescarse con un buen chapuzón en una piscina o, en el mejor de los casos, en el mar. Lamentablemente en esa época del año el riesgo de sufrir un ahogamiento se incrementa potencialmente. Qué hago si… Alguien se está ahogando.
Bueno, comencemos con lo básico: ¿qué es un ahogamiento? Se trata de la asfixia de una persona por falta de aire a causa de haber aspirado (o respirado) líquido, puede ser por inmersión completa en una piscina o el mar e, incluso, por apenas haber cubierto el rostro con algún líquido y que este haya entrado a los pulmones, algunos le llaman a este tipo de incidente ahogamiento seco ya que hay muy poca cantidad de líquido involucrado, sin embargo, no deja de ser igual de peligroso. La cantidad de líquido que debe llegar a los pulmones para que se produzca un ahogamiento es de apenas 3 a 4 mililitros por kilo de peso.
En el sentido estricto, el ahogamiento sucede cuando la persona lamentablemente pierde la vida; y se habla de casi ahogamiento cuando el paciente se recupera del accidente en las 24 horas posteriores a este, siempre y cuando se haya presentado una consecuencia importancia como neumonía o que se perdiera o afectara la conciencia.
Cuando de salvar a alguien que se está ahogando se trata, el tiempo es un importantísim0. Si no llega oxígeno suficiente al cerebro puede ocurrir un daño severo en pocos minutos. Por otro lado, si el corazón deja de bombear sangre por más de 8 minutos, las probabilidades de sobrevivir se reducen notablemente.
Hablando de infantes, las estadísticas dicen que la gran mayoría de los accidentes de este tipo, en menores de edad, pudieron (y pueden) ser evitables siguiendo las medidas de prevención suficientes, entre las que destacan no perder a los niños de vista, ponerles siempre flotadores (aún cuando se crea que no entrarán al agua) y lo más importante: enseñarles a nadar lo más pronto posible. Baste decir que cuando los ahogamientos no son fatales, entre el 20 % y el 30 % de los niños que logran sobrevivir sufren algún daño neurológico, casi insuperable, de por vida, además de miedo al agua.
Antes que nada es básico sacarlo del agua lo más pronto posible y comprobar si respira, de ser así hay que vigilar que tosa, así podrá expulsar el líquido. Si no respira hay que darle respiración artificial (aunque es raro que lleves una mascarilla de oxígeno en la bolsa, pero quizá haya un salvavidas cerca) o de boca a boca. Tu boca debe cubrir la nariz y boca del menor, el aire necesario es el volumen de una respiración normal, además, con una mano deberás darle masaje torácico en el esternón, lo que le ayudará al corazón a impulsar sangre a los órganos vitales (siendo el más importante el cerebro) con la cantidad de oxígeno residual. El famoso RCP implica realizar la compresión con el talón de la mano, en el esternón, con frecuencia de aproximadamente 100 o 120 compresiones por minuto, después es fundamental que cubras su cuerpo con una toalla o una manta para evitar que la temperatura corporal descienda.
Siempre hay que sacarlo del agua de manera inmediata. Si no respira deberás dar respiración asistida o de boca a boca tapándole la nariz para que el aire no escape por ella, además, si no tiene pulso, tendrás que dar masaje cardíaco. En caso de que el menor recupere la respiración y el pulso, acuéstalo de lado, pon la mano que queda debajo de su cuerpo bajo su mejilla, la pierna del lado interno deberá quedar extendida y la otra flexionada. Hay que cubrirlo para evitar que baje su temperatura corporal.
Cuando a pesar de todo el niño no se recupera, y si es mejor que tú lo hagas (en caso de que estén alejados para que llegue una ambulancia pronto), es importante llevarlo rápidamente al hospital más cercano, sin dejar de darle respiración artificial y masaje cardíaco con una o dos manos (si el niño es mayor de 12 años o menor pero de complexión robusta).
Una persona que se está ahogando está imposibilitada para gritar y pedir ayuda, de manera que siempre hay que estar atento a lo que sucede alrededor nuestro, aunque no sepamos nadar podríamos dar la señal de alerta en caso de que sea necesario. La regla de oro es nunca poner en riesgo nuestra vida por intentar rescatar a una persona. Si hay que ingresar al agua para hacer el rescate es mejor usar un salvavidas a manera de protección.
Una vez que está fuera es importante verificar la respiración de la persona que sufrió la inmersión, observando su pecho en busca de cualquier movimiento o poniendo el oído sobre su boca para escuchar y sentir la respiración. Si no respira hay que darle respiración artificial o de boca a boca tapando su nariz, así como masaje cardiaco con las dos manos y, por supuesto, pedir una ambulancia o llevarlo al hospital más cercano para que sea atendido.
Si recupera la respiración y expulsa el agua hay que poner a la persona de costado, con su cara apuntando ligeramente hacia abajo, vigilando que su boca y nariz no queden bloqueadas, esto ayuda a mantener sus vías respiratorias abiertas. Es importante cubrirlo para evitar que la temperatura corporal descienda.
De acuerdo con el Gobierno de México, si después de un episodio de inmersión en el que no fue necesario llegar al hospital, la persona que lo sufrió presenta estos síntomas, es urgente buscar atención médica de inmediato:
No importa si la inmersión es en grandes cantidades de agua (mar o piscina) o en un charco pequeño, basta con que un poco de líquido entre a los pulmones para que la salud de una persona esté en franco riesgo, es por eso que resulta vital llamar al número de emergencia del lugar en que suceda el accidente, allí hay personal capacitado para dar orientación vía telefónica y que la persona en riesgo de ahogamiento pueda recibir la atención correcta.
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