FICG 2025: Ceremonia, la película sobre mujeres, batutas y silencios que rompen generaciones
Ceremonia, con Johanna Murillo y Fernando Cattori, es un retrato íntimo de la música, el liderazgo y las rupturas internas.
Johanna Murillo interpreta a una directora de orquesta en crisis en Ceremonia.
/Foto: Mariana López/La-Lista
En el corazón de Guadalajara, el eco solemne del Teatro Degollado se convirtió en escenario para una sinfonía de emociones. Allí se rodó Ceremonia, una película donde la música no solo se escucha, sino que se vive como un reflejo íntimo del alma.
La historia, dirigida con sensibilidad y fuerza por su equipo realizador, encuentra en Johanna Murillo y Fernando Cattori a dos intérpretes que transforman el silencio en partitura, y el gesto en discurso. La-Lista conversó con ambos actores sobre esta obra prima rodada en el estado de Jalisco y estrenada mundialmente en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG40).
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Ceremonia y los retos para Johanna Murillo y Fernando Cattori
Asumir el papel de una directora de orquesta no fue un ejercicio superficial para Johanna Murillo. Fue, más bien, una travesía emocional. En palabras de la actriz, Ceremonia implicó una entrega total: “No tenía ninguna experiencia musical. Me lancé desde la intuición, pero también desde una sensación profunda de estar armando una sinfonía con el cuerpo entero”.
Más allá del reto técnico de encarnar a una batutista —y hacerlo frente a músicos reales—, Murillo enfrentó otro desafío monumental: dejar a su hija durante dos meses para rodar. “Fue emocionalmente duro. De esos retos que no se nombran lo suficiente cuando las mujeres trabajamos y somos madres”, reflexiona.
Fernando Cattori, por su parte, se enfrentó a la cámara por primera vez en su vida. Su debut lo vivió con humildad, gratitud y una buena dosis de vértigo. “Mi mayor reto fue creer que estaba ahí, junto a Johanna, parado en el set. No hacer el ridículo frente a una orquesta real. Y no habría podido sin ella como compañera”. Para Cattori, Ceremonia fue un bautizo actoral y una lección de vida: “Aprendí a quitarle solemnidad a la música clásica. A mirarla desde un lugar más humano, más cotidiano”.
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Ceremonia, una película generacional y de género
Ceremonia se desenvuelve entre partituras, pero también entre ideas profundas: el peso del liderazgo femenino, las resistencias al cambio y las rupturas entre generaciones. Para Murillo, la película propone una conversación necesaria: “Todavía hay una mirada distinta sobre el liderazgo de las mujeres. Hay más escrutinio, más exigencias. Y eso cansa. Es una carga silenciosa”.
Cattori lo resume así: “Mi personaje representa una generación que necesita hacer las paces con la anterior. Hay una rigidez en los discursos, pero también hay oportunidad de encuentro. Ceremonia habla de eso, de tender puentes”.
En esa partitura dramática, donde cada personaje interpreta su papel con matices complejos, lo que emerge es un retrato del México actual. No solo desde lo narrativo, sino desde lo que representa su producción: un cine hecho con determinación, talento y escasos recursos. “Hecho en México no significa sólo producir. Significa hacerlo bajo condiciones dignas. El talento aquí es brutal, pero muchas veces tiene que compensar la falta de apoyo económico”, dice Murillo.
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¿De qué trata Ceremonia y cuándo se estrena?
Ceremonia narra el viaje emocional de una directora de orquesta que, desde el centro de Guadalajara, atraviesa una crisis de propósito. Encarnada por Johanna Murillo con una potencia contenida y conmovedora, la protagonista deambula entre notas musicales y silencios personales en busca de significado. En contrapunto, Fernando Cattori interpreta a un joven que irrumpe en su mundo, generando un eco intergeneracional cargado de preguntas.
La película tuvo su estreno mundial el 12 de junio en la Cineteca FICG, como parte de la edición número 40 del festival. Filmada en el icónico Teatro Degollado, la cinta ofrece una mirada inédita a los rincones ocultos del recinto. “Nos metimos hasta donde no se debe. Fue hermoso. Mi abuela tapatía decía que el Degollado era como Disneyland. Y lo fue para mí también”, comparte Cattori con emoción.
Cuando se les pregunta qué esperan que se lleve el público al salir de la sala, Murillo responde sin dudar: “Que les den ganas de ir a escuchar música clásica en vivo. Es algo profundamente curativo”. Cattori, por su parte, concluye: “Que se permitan pensar en otros caminos. En la vida no hay un solo destino. A veces hay que decir: ‘ya no quiero esto’, y está bien”.
Ceremonia no es solo una película: es un movimiento emocional, una pieza coral donde cada actor, cada silencio y cada nota desafina y armoniza, como la vida misma.