El FICG cumple 40 años: una fiesta de cine, resistencia e inclusión en los ojos de Estrella Araiza

Cuarenta años no se cumplen todos los días. El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) no solo ha sobrevivido, ha florecido. Ha resistido tempestades políticas, dudas institucionales y obstáculos personales. Hoy, en su edición número 40, el FICG es más que un festival: es un acto de fe en el cine mexicano, en su gente, en su capacidad de crear, compartir y conmover.

“Este festival no existiría sin la Universidad de Guadalajara”, dice con gratitud Estrella Araiza, directora general del FICG, quien ha vivido el evento desde distintas trincheras, primero como directora de Industria y desde 2019 al frente del festival. En entrevista con La-Lista, Araiza abre las puertas del corazón del festival para compartir lo que significa llegar a esta edición tan simbólica: “Es mucha responsabilidad y también una oportunidad de reflexión sobre lo que ha hecho posible que el festival llegue hasta aquí”.

Entre anécdotas, desafíos personales y visión a futuro, Araiza deja claro que este festival es una construcción colectiva, hecha de pasiones, errores, aciertos y mucha resistencia. Porque sí, hacer un festival es también una forma de lucha: contra la indiferencia, contra el olvido cultural, contra quienes desean que proyectos como este dejen de florecer.

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Estrella Araiza, la mujer detrás del FICG

Clara, directa, sin rodeos, así es Estrella Araiza. Su liderazgo ha sido cuestionado por quienes esperaban una figura diplomática y medida. Pero su honestidad es su sello. “No sé si era por ser mujer o por mi manera de comunicarme, pero muchas veces no me creían. Tuve que disculparme mucho, hasta en grupos de WhatsApp”, relata con franqueza.

Araiza no es la típica directora. Es madre, es crítica, y es mal hablada —lo dice con humor y sinceridad—. Pero también es una mujer que ha transformado el festival desde adentro, haciendo que quienes la rodean se sientan escuchados. “Antes no opinaban por miedo a que yo respondiera rudo, ahora ya hasta se pelean en la mesa. Y eso hace mejor al festival”, cuenta entre risas.

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¿Cuáles han sido los mayores desafíos del Festival Internacional de Cine de Guadalajara?

Desde su visión como directora, Araiza ha enfrentado retos estructurales, institucionales y personales. Desde explicar el funcionamiento de la industria cinematográfica como directora de Industria —“me sentía traductora y maestra”— hasta lidiar con la presión de liderar un festival de talla internacional en medio de un entorno político complejo.

“Cada vez que se extingue un evento cultural en el país, me preguntan si eso es oportunidad para Guadalajara. ¡No! Yo no lo veo así”, afirma con fuerza. Para ella, la cultura no es una competencia de eliminación, sino un tejido que se fortalece en comunidad.

A pesar de no ser una figura política tradicional, su liderazgo ha logrado construir puentes con figuras clave del cine nacional e internacional. La edición 40 contará con una exposición en Chapultepec, una gala con ganadores del Mayahuel de Plata y la proyección inaugural de Soy Frankelda,, una cinta de animación que, según Araiza, podría marcar un parteaguas para la industria: “Dependiendo de cómo la abracemos, puede ayudar a que se hagan más películas. O no”.

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El FICG, un espacio inclusivo

Uno de los grandes orgullos de Estrella Araiza es la sección de cine incluyente, una iniciativa que nació antes de que ella fuera madre de un hijo con discapacidad, y que hoy cura personalmente. “Empezó porque una amiga quería hacer algo por personas con discapacidad visual. Después, cuando tuve a Emiliano, me enfoqué muchísimo en la discapacidad infantil”, cuenta.

Gracias a este impulso, el FICG ha desarrollado experiencias como cenas a ciegas y proyecciones adaptadas para personas con discapacidades, demostrando que el cine puede y debe ser accesible para todos. Este año, la sección Cine Incluyente presentará tres películas no competitivas que reflejan esa vocación: abrir espacios, romper barreras, sensibilizar.

“Me da muchísimo gusto que pueda traer esa parte de la discapacidad hacia todo lo que tiene que ver con el entretenimiento y el festival”, dice emocionada.

FICG: 40 años de hacer cine

El cine portugués será el invitado de honor en esta edición, una decisión que surgió tras años de seguimiento a su propuesta estética y su impulso joven. Araiza destaca el cine estudiantil portugués como “una bocanada de inocencia creativa” frente a la crudeza temática que a veces domina el cine mexicano.

La curaduría de este aniversario también incluye homenajes a mujeres fundamentales del cine como Mónica Lozano, y una exposición que retrata cuatro décadas de historia fílmica. Todo eso mientras se realizan galas a beneficio de asociaciones civiles, en una muestra de cómo el FICG busca seguir teniendo un impacto más allá de la pantalla.

¿Y cuál es el legado que quiere dejar Estrella? “Quiero que el festival siga siendo un espacio incluyente. Que no se olvide que aquí también hay talento. Y que no nos pueden desaparecer”, concluye la mujer que hace del FICG un espacio creativo, emotivo e incluyente.