Qué difícil es hablar de cine mexicano
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Qué difícil es hablar de cine mexicano Qué difícil es hablar de cine mexicano
Película: La cocina Foto: Max.

Hace unos días visité la Cineteca Nacional y me encontré con una exposición que conmemora los más de 80 años de Luc-Toni Kuhn, el cinefotógrafo suizo que estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y se quedó a vivir aquí desde 1964. Al mirar sus fotografías, que documentan varias décadas del quehacer cinematográfico en México, uno no puede más que dejarse contagiar por el romanticismo de esas imágenes y sus protagonistas, todos ellos miembros de la industria del cine que se hace en nuestro país.

Sin embargo, al mirar esos retratos también pensé en cuánta de esa gente se habrá dedicado al cine sólo por amor al arte, sin recibir salarios dignos. Y es que desde hace unos días comenzó a circular por redes sociales un video titulado “El abuso en el cine mexicano”, que retoma algunos puntos del libro “Trabajar en la industria fílmica: Experiencia laboral y costos subjetivos”, un estudio publicado este mismo año por las autoras y autores Aiko Alonso, Edgar Belmont, Cristián Calónico, Claudia Garibaldi y Claudia Loredo.

De acuerdo con esta investigación, el cine en México es una industria precarizada y desregulada a la que incluso le hacen falta tabuladores de pago y donde muchas personas aceptan trabajar gratis con tal de pertenecer al gremio. En ese video, realizado por el sitio ZoomF7, se hacen afirmaciones muy graves que debieron hacerlo viral, pero como ahí mismo lo explican, en la industria de cine en México se fomenta el silencio ante los abusos y la gente prefiere callar para mantener sus relaciones y su trabajo. Además de que, siendo realistas, fuera de este gremio, a muy poca gente le importa cómo se hacen las películas y cuál es la situación laboral de los trabajadores del cine.

Tal parece que, para hablar de cine mexicano sólo hay de dos sopas: o hablas muy bien o hablas muy mal. Como ya lo he dicho antes, solamente los entusiastas del cine nacional y la gente que trabaja en dicha industria hablan desproporcionadamente bien del cine mexicano. Mientras que en las redes sociales, dada la libertad de expresión que ahí se promueve, es más común encontrar críticas negativas o algo cercano a la realidad.

Esta actitud de irse a los extremos vuelve aún más difícil hacer una recomendación de nuestro cine. Se supone que a los mexicanos les gustan las comedias, pero cuando estrena una comedia inteligente como Casi el paraíso, no es de su total agrado. Cada vez más mexicanos ven películas en Netflix, pero cuando llega una producción de calidad como Pedro Páramo, prefieren enfrascarse en discusiones inútiles en redes sociales: que si no vale la pena verla porque sale Tenoch Huerta, que si el libro es mejor…

Apenas esta semana, dos producciones mexicanas tuvieron mal rendimiento en cartelera cuando se esperaba mucho de ellas: la película de terror Párvulos, de Isaac Ezban, y una propuesta de autor como La cocina, de Alonso Ruizpalacios. No puedo decir que me sorprenda. Solamente la comedia María, ¡me muero! de Gabriela Sobarzo logró colarse al Top 10 de lo más visto este año. Cualquiera que sea el caso, se vuelve muy relativo eso de celebrar el “éxito” de nuestro cine cuando nos enteramos de la situación tan precarizada en la que viven sus trabajadores.

Y así es como llegamos al 2024 en la taquilla nacional, pues a pesar de que el cine mexicano sigue sin recuperarse del efecto de la pandemia, la gente sí va al cine y siempre habrá películas que gozarán de la preferencia del público. De acuerdo con información de Comscore, este año ya se logró rebasar los 100 estrenos mexicanos en salas de cine, una situación que sólo ha ocurrido en nueve ocasiones en toda su historia.

Aunque, si matizamos estos datos, hay muchas películas pero poco público. En lo que va del año, la película mexicana más taquillera es -otra vez- una comedia, El candidato honesto con Adrián Uribe, y a pesar de que todavía nos faltan algunos estrenos mexicanos antes de que termine el año, la taquilla de 2024 se perfila para ser igual o peor que la de 2023, es decir, que los números de recaudación del cine nacional se mantendrán por debajo de las cifras prepandémicas.

BREVES

Precisamente, esta semana en la plataforma de Max estrena Casi el paraíso, por si se la perdieron en salas de cine y aún despierta su curiosidad. Otros estrenos de cine mexicano en salas de exhibición son Santa Bárbara y La alberca de los nadies. Más estrenos en plataformas, como la segunda temporada de la divertida serie Bad Sisters, desde el 13 de noviembre en Apple TV Plus. También, la esperada Dune: La profecía, una serie que se enfoca en la historia de los personajes femeninos de la secta Bene Gesserit, desde el 17 de noviembre en Max,

Para los fans que aún quedan del director Woody Allen, su película más reciente Golpe de suerte en París (Coup de Chance, 2023) tendrá un estreno limitado en Cinépolis y salas de cine del circuito de arte.

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd

Síguenos en

Google News
Flipboard