Karla Daniela | Soy, fui y sigo siendo víctima

A Karla Daniela le dijeron en un Juzgado de lo familiar que podían quitarle a su hijo. Ese momento fue determinante, salió a la calle de Juárez en el Centro Histórico de la Ciudad de México, siguió por Madero hacia el Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Su misión: buscar a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. 

Probablemente nadie la vio en su andar, pero ella ya iba marchando para pedir justicia, para no quedar invisibilizada entre tanta violencia. Quería quitarse el pánico de la cara, quería dejar de sentir miedo. 

Karla Daniela ha presentado seis denuncias en la fiscalía de la Ciudad de México. Sus carpetas de investigación son por violencia familiar y amenazas. Una de esas carpetas nunca pudo reclasificarla por tentativa de feminicidio, pero eso fue lo que vivió cuando se puso frente a un auto para impedir que el papá se llevara a su hijo. Le aventó el vehículo y ella se aferró al coche, así, sobre el cofre, la arrastró coleando el vehículo y acelerando, atentando contra su seguridad y su vida. 

La historia de Karla Daniela comenzó como una historia de amor. Pero cuando ella se fue a vivir con su expareja comenzó la violencia: le revisaba el celular, le prohibió ver a sus amistades y la alejó de su familia. Cuando él se enteró que estaba embarazada puso en duda su paternidad, le dijo que era una “puta”, la empujó y eso derivó en un embarazo de alto riesgo.

Ella no denunció por su condición de salud y porque estaba bajo sus cuidados. Él le controlaba el dinero a través de la tarjeta de su trabajo y tuvo que comer alimentos echados a perder.

A pesar de la violencia, Karla Daniela regresó dos veces a vivir con él. Las lunas de miel y la escalada en la violencia no fue algo que pudo evitar. En un enojo, él la mordió y estampó su cabeza en un parabrisas, la intentó asfixiar hasta perder la conciencia y cuando despertó él le dijo que le comprobara que le había hecho algo. Él se presentó en su trabajo y en casa de su madre para amenazarla y la historia parecía no tener fin. 

De los peritajes psicológicos de Karla Daniela, el primero lo extraviaron y nunca tuvieron los resultados. Los otros arrojaron un resultado “sin afectación”. 

Ella recuerda que le preguntaron cómo habían sucedido los hechos, le aplicaron montones de cuestionarios con preguntas repetitivas y confusas, le pidieron hacer figuras y dibujos. Una de las pruebas la aplicó una estudiante nerviosa por no conocer el proceso o el paso siguiente, mientras el encargado entraba y salía del cubículo sin regular el ambiente necesario para una víctima.

Karla Daniela considera que algunas de las preguntas son revictimizantes. En algunos casos son confusas, pues existen cuestionamientos como ¿siente odio hacia él? o ¿lo quiere matar? Lo que sentía era miedo, pero tal vez el miedo no importa cuando las preguntas parecen apuntar a cuestionar si son las mujeres las que provocan la situación. 

Su resultado muchas veces fue sin afectación: aunque a Karla Daniela le faltara un pedazo de cabello por estrés, aunque no pudiera hablar sin llorar, aunque su peso fluctuara, aunque estuviera hiperalerta porque tenía era miedo, eso no importaba para las autoridades, ella no tenía ninguna afectación. Uno de los peritos le dijo que ella “era una mujer resiliente”. Y ella exclama: “pues a lo mejor yo he mostrado mucha resiliencia, pero el delito ahí está”.

Hasta ese momento, Karla Daniela no conocía el concepto de la palabra resiliencia y pidió que se lo explicara: “cuando adquirías esa fuerza o ese poder de resolver tus problemas sin ayuda de nadie”.  Esto lo ha experimentado con otros servidores públicos que le han dicho “ya quítate de la cabeza que eres víctima”, “tienes que pasar del otro lado o tú solita, te sigues revictimizando”. 

Karla Daniela reitera: “soy víctima, fui víctima y sigo siendo víctima”.

Su caso avanzó por un peritaje particular presentado y porque existe una opinión técnica de los dictámenes psicológicos elaborada por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, donde concluyen que “los resultados de estas (pruebas) no son detallados de manera exhaustiva y tampoco son integrados de forma amplia y detallada con el resto de las pruebas aplicadas”. También destacan “que (en) los dictámenes realizados se hallan sesgos relacionados con el uso de la perspectiva de género y el enfoque diferencial”.

La opinión técnica también destaca su fortaleza porque la ven activa luchando, marchando o haciendo acciones en la fiscalía para exigir justicia. Para ella, exigir justicia es una forma de autoprotección. Ha sido señalada por pertenecer a un colectivo feminista y esa situación también la ha puesto bajo una lupa.

Ella vive el feminismo desde el acompañamiento: “hay muchas hermanas más a mi lado, que me entienden, que no me juzgan y que me apoyan”. Porque, además, ella piensa que aunque se resuelva su proceso, no dejará de luchar y acompañar a las mujeres que vienen detrás de ella. 

El caso de Karla Daniela avanza, actualmente se encuentran en espera de la audiencia de fallo para que un juez determine si el agresor en custodia es culpable o no y, con base en eso, determine la condena.

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