Caso de violación tumultuaria en Juárez llega por primera vez a la SCJN: ‘Sé que habrá justicia’, dice la víctima
Victoria fue víctima de violación presuntamente por cuatro profesores de la UACJ. Foto: Samantha Guerrero/La-Lista

El 4 de mayo de 2019, Victoria* se preparó para ir a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), en Chihuahua, donde era docente y estudiante de posgrado. Aquel día, accedió a ir a una reunión con otros colegas, la cual había sido organizada con motivo del Día del Maestro y se llevó a cabo en la casa de uno de ellos. Ahí fue víctima de violación por parte de cuatro profesores.

Al regresar a su casa y en los días posteriores, los recuerdos de esa noche estaban “flotando” en su cabeza. No terminaba de entender lo que le había ocurrido ni cómo sentirse al respecto. No sabía si debía contárselo a alguien o era mejor olvidarlo. Finalmente decidió denunciar la violación tumultuaria de la que fue víctima ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua. Pero hasta hoy, los cuatro presuntos agresores siguen libres. 

El caso de Victoria es el único en su tipo que ha llegado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que el pasado 8 de noviembre ordenó al tribunal de apelaciones revisar el amparo presentado por la víctima. Esto luego de que uno de sus presuntos agresores, Geovani Esaú “G” –el único detenido hasta ese momento–, fue absuelto en diciembre de 2021. 

Si bien el fallo de la Corte no revierte la absolución y liberación del profesor acusado, reconoce que el tribunal debió priorizar y garantizar el derecho de la víctima para acceder a la justicia y tomar en consideración lo que resultara más cómodo para ella respecto a los plazos para ampararse. 

Ahora, el tribunal deberá emitir una nueva sentencia en la que reconozca que la demanda de amparo presentada por Victoria en contra de la absolución fue hecha en tiempo y forma. A partir de ahí deberá entrar al fondo del asunto de lo que la víctima denuncia: ​​no se juzgó con perspectiva de género.  

“Aunque la justicia es casi nula por la corrupción que hay en Ciudad Juárez, sigo manteniendo la esperanza. No tengo miedo, y el hecho de que mi caso llegara a la Suprema Corte me hace pensar que sí habrá justicia”, dice Victoria en entrevista para La-Lista

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Imagen de archivo de una protesta contra casos de violación y violencia feminicida en México. Foto: EFE

‘Pareciera que a la que están juzgando es a mí

En la sentencia absolutoria dictada el 24 de diciembre de 2021, la jueza Claudia Domínguez Curiel declaró textualmente lo siguiente: 

“Si la víctima tenía 27 años al momento del hecho, y se trata de una persona capaz que incluso es maestra y está estudiando un doctorado, entonces es claro e incuestionable que no se actualiza ni la hipótesis de la minoría de edad ni la de la incapacidad”.

Es decir, para la jueza Domínguez Curiel la víctima tuvo la oportunidad de resistirse a la violación por ser mayor de edad y tener estudios. Además le resultó “inverosímil” que una persona en estado etílico no pudiera negarse a ser abusada por cuatro sujetos. 

La sentencia fue leída en una audiencia en la que estuvo presente Victoria y su asesor jurídico, a quienes se les notificó personalmente de la resolución, pero después llegaron dos avisos más en fechas distintas, una a su domicilio y otra a su correo electrónico.

Victoria dio por válida la notificación electrónica, así que, en cumplimiento del plazo establecido de 15 días, presentó un amparo en el Tribunal de Alzada en contra de la absolución del presunto agresor. Sin embargo, los magistrados rechazaron darle trámite al señalar que el plazo corría a partir de la notificación presencial, por lo que, apuntaron, estaba fuera de tiempo.

Esta misma sentencia fue la que revisó la Primera Sala de la Suprema Corte, que cuestionó el hecho de que el Tribunal Colegiado priorizara los plazos para que la víctima interpusiera un amparo, antes que entrar al fondo del análisis sobre el hecho de que el juicio se llevó a cabo sin perspectiva de género y sugiriendo que Victoria debía demostrar que se resistió a la violación y por ello hubo un delito.

“El Tribunal Colegiado debió computar el plazo para la presentación de la demanda de amparo a partir de aquella que fuera más beneficiosa para la mujer, en este caso, la realizada mediante correo electrónico. Era preciso solucionar esta problemática atendiendo al mayor beneficio de la víctima y a la maximización de la protección de sus derechos”, señaló la Corte en su fallo del pasado 8 de noviembre. 

Antes de llevar su asunto a la SCJN, Victoria agotó todos los recursos legales que pudieran realizarse en el Tribunal Superior de Justicia del Estado. 

“A nivel justicia hay mucha desigualdad entre las víctimas y los acusados. Más bien pareciera que a la que están juzgando es a mí. Me ponen muchas trabas para no maniobrar, mientras veo que ellos tienen más libertad de meter los amparos que quieran y cuando quieran”, denuncia Victoria.

“En este caso, la víctima soy yo y los agresores son ellos. Aún así tienen mucho margen de movimiento, desde abstraerse de la justicia hasta prepararse para el juicio, y yo solo tengo que aplicarme a los parámetros legales establecidos”, agrega. 

Victoria considera que en este caso la impunidad es alimentada por la corrupción y la relación que pudieran tener los defensores legales de los agresores con jueces y juezas. 

‘Siguen libres y yo desprotegida

De las cuatro personas que Victoria denunció como sus agresores, las autoridades solo emitieron tres órdenes de aprehensión. El cuarto presunto implicado se “libró” por considerarse que habría cometido una agresión sexual, más no una violación. 

En agosto de 2019, Geovani Esaú fue detenido por una infracción menor. En ese momento, el ministerio público detectó que había una orden de aprehensión en su contra por el delito de violación.

De las otras dos órdenes de aprehensión, la Fiscalía de Chihuahua se limitó a informar a La-Lista que siguen vigentes, lo cual también fue confirmado por Victoria, aunque está segura de que las autoridades no han hecho ningún esfuerzo para detenerlos. 

Incluso, recuerda que cuando se emitieron las órdenes de aprehensión los profesores acusados eran vistos ocasionalmente en las instalaciones de la UACJ. En seguida ella daba aviso a la fiscalía, pero los ministeriales tardaban en llegar y ya no los encontraban. 

En el juicio oral que se llevó a cabo en contra de Geovani Esaú, los otros tres profesores señalados por Victoria dieron testimonio vía remota. No es que estuvieran ilocalizables, “simplemente no han querido detenerlos”, dice.

“Y desde que liberaron al único detenido pienso que definitivamente ya no hay ningún intento por buscar a los otros”, enfatiza. 

Victoria sigue viviendo en Ciudad Juárez. En ningún momento de su proceso ha contado con protección del Estado. “Ellos siguen libres y yo, desprotegida. Sé que es posible que hagan algo contra mí, pero no estoy asustada”, expresa. 

La vida tras una violación sexual

Desde que su caso se filtró a medios de comunicación, Victoria ha sido revictimizada una y otra vez. En el tiempo que siguió laborando y estudiando en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez después de su denuncia, sufrió acoso y hostigamiento por parte de otros docentes que tenían amistad con los presuntos agresores. 

Después, mientras se realizaron las audiencias contra la única persona detenida, Victoria fue despedida de la UACJ.

Reconoce que en un inicio tuvo miedo a todo. ¿Qué más podían hacerle sus agresores? ¿Cómo la tratarían las autoridades? ¿Qué podría esperar del proceso?, eran preguntas que constantemente rondaban sus pensamientos. 

“Mi vida ha cambiado mucho y es muy diferente a lo que en aquel entonces era, pero a pesar de todo estoy tranquila y soy más consciente de lo vivo. Veo la mano de Dios en todo esto y es por eso por lo que ya no tengo miedo”, concluye. 

*Su nombre ha sido cambiado para proteger su identidad.

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