#ExigeATuCandidat@: La-Lista de demandas de los responsables del hogar a las y los aspirantes

Uno de los principales problemas que enfrentamos las amas de casa y cuidadoras es el desequilibrio en las tareas. En los últimos años de su vida, yo cuidé de mi mamá 24/7; de hecho, me jubilé para eso, mientras que algunos de mis hermanos se desentendieron de esta obligación. Y no recibí ningún apoyo económico, ni por parte de la familia ni del gobierno (aún y cuando solicité el apoyo para cuidadoras, que finalmente no se me otorgó).

El trabajo doméstico no remunerado, y más cuando la salud de otra persona depende ti, coarta tus aspiraciones y el cuidado personal. Es muy desgastante. Y a menudo, nuestras contribuciones al hogar y a la familia no son reconocidas ni valoradas.

Además de ser ama de casa, soy cuidadora y comerciante. Ama de casa cuando no puedo salir a trabajar, cuidadora cuando le ayudo a mi hija con su bebé y comerciante cuando sí tengo oportunidad de trabajar. El principal problema que yo veo son las dificultades que enfrentamos para acceder a oportunidades de empleo fuera del hogar. Atender la casa, ir a hacer las compras, lavar y hacer la comida nos toma tanto tiempo que, al final del día, de lo único que tenemos ganas es de descansar.

El trabajo doméstico y de cuidados es agotador física y emocionalmente, especialmente cuando no se comparte al parejo entre todos los miembros de la familia. Y ahí es donde entra otro problema: la falta de apoyo y recursos a nivel gubernamental, las estancias infantiles serían de gran ayuda, o mínimo que podamos acceder a programas de apoyo económico, que nos permita pagar por estas actividades a una tercera persona.

Soy enfermera en el Hospital General y siempre he buscado una preparación constante. Sin embargo, la carga de trabajo en la casa es tan grande que no me da tiempo de continuar con mis estudios como me gustaría. Yo creo que el principal problema que enfrentamos como amas de casa es la falta de reconocimiento y valoración adecuada a nuestro trabajo. El solo hecho de encacillarnos como “amas de casa” ya me parece falto de respeto.

Se ha normalizado tanto que nuestro lugar es en la casa que se sigue pensando que solo es nuestra obligación. Si se reconociera el trabajo doméstico como lo que es, trabajo, habría más apoyo entre los miembros de la familia y recursos económicos para las amas de casa y cuidadoras, y no solo hablo de tarjetas o vales de despensa, sino de recursos que nos permitan prosperar también como profesionistas.

El principal problema que observo es el de los horarios. La verdad es que las jornadas en la casa son extenuantes, sobre todo si consideramos que a veces empezamos nuestras labores desde las seis de la mañana y terminamos hasta muy tarde. A eso hay que sumarle la demanda de tiempo y energía que implica el cuidado de los hijos. Dedicarse al hogar suele ser un trabajo menospreciado -no sólo de manera pública sino entre los propios integrantes de la familia- y eso también lo vuelve inequitativo. La idea que se reproduce, aún hoy en día, es que quien debe de llevar la mayor carga es la mujer.

El principal problema son los tiempos para combinar el trabajo y las actividades de la casa. En mi caso, adecuar mis horarios a los de la escuela de mi hijo, pero también destinar espacio a las tareas y los pendientes laborales.

Como ama de casa y cuidadora, pienso que los candidatos no prestan suficiente atención a problemas que están a la vista de todos. El reconocimiento y valoración de nuestro trabajo es un buen punto de partida.

Sería importante que los candidatos presidenciales aborden políticas que reconozcan y valoren este trabajo, y después implementen medidas para apoyar a quienes lo realizamos.

Faltan servicios de cuidado infantil confiables, con precios justos y de calidad, lo que podría disminuir nuestro tiempo de trabajo doméstico y de cuidados. Sería importante que los candidatos propongan medidas para implementar estos servicios y hacerlos más accesibles para todas las familias.

Necesitamos propuestas concretas que nos despeguen de las tareas del hogar para que podamos también desarrollarnos personal y profesionalmente.

Los candidatos también deben saber que hay muchas mujeres relegadas al trabajo doméstico y que sufren violencia en sus hogares, esa es otra realidad errónea de ser amas de casa. Yo creo que deben garantizar seguridad a todas las cuidadoras que padezcan esta situación.

De entrada, los candidatos no toman en cuenta a las amas de casa. Se trata de un sector ignorado por la política que sí requiere de apoyos institucionales. Muchas mujeres que nos dedicamos al hogar también salimos a trabajar y las cargas de esfuerzo se duplican, pero además hay un número importante de mujeres que requiere de un ingreso adicional y que no puede tomar un empleo de 8 horas, porque no consigue un lugar cercano y seguro donde le puedan cuidar a sus hijos.

Creo que hace falta voltear a ver este sector y sus necesidades, últimamente hay destellos con los que los políticos pretenden prestarnos atención, pero es poco y no es trascendente. Algunos padres que nos hacemos cargo del hogar y trabajamos al mismo tiempo, tenemos complicaciones para quedarnos en casa a atender a nuestros hijos, por ejemplo cuando se enferman, también puede llegar a ser imposible cumplir con los compromisos escolares.

Todos los programas relacionados con la educación, la alimentación y la salud pública deben permanecer, deben continuar en cada gobierno. Programas como Prospera eran de gran ayuda para las familias, pero más para nosotras como amas de casa y cuidadoras, que muchas veces no podemos acceder a este tipo de servicios.

Deben regresar las estancias infantiles, porque a final de cuentas, yo como abuela que cuida a sus nietos, tampoco recibo el apoyo del que tanto se habló en este gobierno. Los apoyos a madres solteras también deben permanecer, y por supuesto las becas para estudiantes.

Creo que los Programas para el Bienestar que se iniciaron en este gobierno son buenos, solo se deben mejorar. A los adultos mayores se les complica cobrar sus pensiones, no todos los cuidadores pueden acceder al apoyo, todas las madres solteras también tendrían que poder cobrar un apoyo económico y sin duda pienso que el programa de estancias infantiles debe regresar.

El programa de las estancias infantiles es un ejemplo de política que no debió echarse abajo. Era un esquema en el que Gobierno federal y familia cooperaban por el bienestar de las hijas e hijos y gracias al que muchas madres podían trabajar sin presiones. Eran -en su mayoría- lugares de calidad y en los que sí se supervisaba la labor educativa. Claro que no estaba exento de “malos manejos”, pero podían haberse subsanado sin erradicarlos de tajo.

No deberían quitar tampoco el programa conocido como “salario rosa” en el Estado de México, pero a mí parecer tendría que fortalecerse y ampliarse; sé de muchas amas de casa que en condiciones de pobreza no fueron seleccionadas para recibirlo y entonces no sirve de mucho.

Los programas existentes no creo que deben eliminarse o modificarse, en especial si favorecen a las personas encargadas del hogar y por el contrario, creo deberían ampliarse.

Una propuesta de política pública que considero sería positiva para las amas de casa y cuidadoras es la creación de programas de apoyo integral para las familias, que incluyan medidas para reconocer y valorar el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado; así como mejorar los programas sociales para que todas las cuidadoras podamos acceder a apoyos económicos.

Pienso que todo parte del reconocimiento. Si nos reconocen nuestra labor en las leyes se podrían hacer muchas cosas, como apoyos económicos para el cuidado de la familia o que nos garanticen la seguridad social para quienes realizamos este trabajo, porque hasta la fecha eso no existe.

Y voy a insistir con el tema de las estancias infantiles de calidad y accesibles, porque creo que eso de verdad nos reduce la cantidad de trabajo que tenemos que hacer como amas de casa y cuidadoras.

Se pueden hacer muchas cosas. En primer lugar se necesita una política pública integral que reconozca nuestro trabajo en el hogar, porque es cierto que lo que no se nombra no existe.

Otro punto que se me ocurre es la flexibilidad laboral para amas de casa y cuidadoras, permitiéndonos equilibrar nuestro trabajo asalariado con el trabajo en el hogar, incluso si tenemos un familiar enfermo que está a nuestro cuidado, lo ideal sería que se nos otorgaran licencias laborales.

Yo propondría al Gobierno que gestionara lugares recreativos para las amas de casa, a donde pudiéramos asistir a distraernos, formarnos y superarnos con variedad de talleres: pediría que fueran lugares de fácil acceso y que hubiera una gran cantidad para que a todas nos quedara uno cerca. Yo lo imagino como un sitio a donde pudiéramos acudir con nuestras hijas e hijos, precisamente para no tener el pendiente de dónde los dejamos. Asimismo, fomentaría en los planes educativos la sensibilización frente a la labor que hacemos en el hogar.

Yo propondría que en los trabajos hubiera más flexibilidad de horarios, una especie de programa que diera facilidades a quienes atendemos la casa y que nos permitiera cumplir con ambas obligaciones: las de la crianza y las del empleo.