10 de mayo: maternidades diversas que se alejan de la romantización

Claudia siempre soñó con ser mamá. Era el proyecto de vida que tenía definido desde su infancia: matrimonio, casa e hijos. Tras varios intentos fallidos a causa de la endometriosis que le fue diagnosticada, finalmente, a sus 31 años, tuvo a su bebé. Pero para entonces su matrimonio se había disuelto a causa de diversas situaciones de violencia. La concepción que tenía de “familia” ahora era otra: solo serían ella y su hijo contra el mundo. 

“Ser mamá soltera es objeto de burla sin razón. Hay mucho estrés y preocupaciones sobre cómo solventar los gastos y criar y sacar adelante a un hijo sola. Siendo mamá soltera, el trabajo se vuelve interminable. No hay tiempo de parar”, describe la joven de ahora 33 años.

Carmen tiene 21 años, también es mamá soltera y coincide: “La maternidad es hermosa, pero también desafiante y súper compleja”. 

En México hay alrededor de 38 millones de mujeres que son madres (Inegi, 2022), y cada una de esas maternidades es distinta, tanto por las condiciones en que tuvieron a sus hijas e hijos, como por los contextos sociales, económicos y culturales. 

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estima que el 11% de las madres mexicanas está en soltería; 12% son viudas; 47% están casadas; 20% vive en unión libre con su pareja; 7% están separadas y solo 3%, divorciadas.

Bajo este panorama, cada 10 de mayo en México se celebra el Día de las Madres. Suelen haber festivales escolares, rosas, chocolates y hasta electrodomésticos o comidas como obsequios, pero ¿realmente qué hay detrás de la maternidad? En La-Lista preguntamos a distintos tipos de mamás y esto es lo que nos dijeron. 

Para Norma Luna, de 59 años y quien enviudó a los 47, se debe desechar la romantización de la maternidad. “En mi caso, porque ser madre viuda significó ver a mis dos hijas sufrir (la pérdida del padre), y el proceso para sacarlas adelante y que terminaran sus estudios fue lo más cansado”, confiesa. 

Gloria Zúñiga, quien enviudó a los 52 años teniendo tres hijos, enfatiza que “no toda la vida como mamá es color de rosa” y delimita la línea entre brindarles apoyo y herramientas a los hijos y “volverlos inútiles que no saben enfrentarse a la vida”.

El trabajo de cuidados

En el marco del Día de las Madres, la organización civil Ipas resalta que la maternidad, la crianza y las labores de cuidados han sido atribuidas, históricamente, a las mujeres e identidades feminizadas, es decir, no hay una remuneración económica para las mamás que provén bienestar a sus familias. 

Esa carga de cuidados, agrega Ipas, es “irrenunciable” para las mujeres incluso en el periodo de posparto. “Esta desigualdad puede generar serias consecuencias para su desarrollo y bienestar”, alertó la organización en un comunicado. 

En México, por ley, las licencias de paternidad apenas llegan a 20 días, mientras que las licencias de maternidad son de hasta 84 días, con lo que se da por hecho que las mujeres son las que deben asumir la carga de cuidados del bebé. 

Hermelinda Jaramillo, de 72 años, sabe mejor que nadie la carga de trabajo que llega con la maternidad: tuvo ocho hijos. “Tener muchos hijos es trabajoso. No me arrepiento. La verdad quería tener tres o cuatro, pero gracias a Dios fueron muchos”, expresa. 

Y aun y cuando las mujeres decidan casarse, la carga no se distribuye equitativamente. De acuerdo con el Inegi, mientras que ellas dedican, en promedio, 30.8 horas a la semana en las labores del hogar y de cuidados, los hombres solo destinan 11.6 horas semanales.

Además, a eso hay que sumarle las paternidades ausentes, como le ocurrió a Lourdes, de 62 años, quien se asume como jefa de familia, en vista de que ella tomó el sostén del hogar y la crianza de sus tres hijas. “Los padres no siempre se hacen cargo, y cuando estás sola es complejo sacar adelante a los hijos”, dice.

Y el caso de Bertha Venegas, de 98 años y madre de seis hijos, también se encuadra en esta realidad. Pues reconoce que siempre llevó la mayor carga del trabajo doméstico y de cuidados. En sus tiempos, dice, los maridos eran muy estrictos y su esposo “se enojaba cuando las niñas se portaban mal”, además, “tenía que tener todo limpio y en orden y la comida a tiempo”, cuenta. 

Su esposo no sólo no ja ayudaba con el quehacer sino “que se portaba mal” y una vez hasta pensó en divorciarse, lo que no era común para las mujeres de su edad, especialmente para aquellas que tenían familia numerosa.

Maternidades libres y deseadas

“No podemos romantizar ser madres porque muchas mujeres no lo desean. Criar hijos es una labor muy compleja”, comparte Nadia Morón, quien fue madre por primera vez a los 16 años. 

En un informe, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, 2022) reveló que casi la mitad de los embarazos en el mundo no son deseados (60.5 millones), de los cuales el 60% concluye en un aborto, en su mayoría de forma insegura. 

“Esta crisis de derechos humanos tiene consecuencias profundas para las sociedades, las mujeres y las niñas y la salud mundial”, advierte la UNFPA, que aboga por la autonomía reproductiva.

Angi Díaz fue madre por primera vez a los 18 años. Hoy tiene 44 años y tres hijos, y tiene clara una cosa: “Procrear no te garantiza una familia feliz, no te asegura el matrimonio, y un hijo no significa una bendición”.

Con ella coincide Violeta, mamá de gemelas y quien formó un familia lesbomaternal en México. 

“Ser mamá es un cambio drástico para cualquier mujer, se traduce en un despojo total y completo de tu personalidad y vida. Esto no quiere decir que no ames a tus hijos, pero es demasiado duro. Y cuando decides tener una familia lesbomaternal, te enfrentas a otros retos como la aceptación o el miedo”. 

En conclusión, Larissa Andrade, de 49 años y madre adoptiva de una niña reconoce que “hay muchas maternidades y que cada una conlleva momentos hermosos e intensos, pero también atraviesa de otros complicados y retadores”.

Las madres de México celebrarán este 10 de mayo, como cada año, pero a través de sus testimonios reflejan que un sistema nacional de cuidados, la despenalización del aborto, la implementación de servicios de salud reproductiva, y el reconocimiento a todos los tipos de familia y sus derechos, podría ser la mejor forma de festejarlas.