La impunidad prevalece en los ataques de ácido contra mujeres en México La impunidad prevalece en los ataques de ácido contra mujeres en México
Esmeralda Millán, víctima de ataque con ácido en el 2018 Foto: Facebook.com/fundación Carmen Sánchez MX

El 20 de febrero del 2014, María del Carmen Sánchez fue víctima de un ataque con ácido en Ixtapaluca, Estado de México. Su expareja, Efrén, la agredió de esta manera luego de que ella se negó a continuar con su relación sentimental. Ya habían sido diez años de insultos y golpes que no estaba dispuesta a soportar.

Luego de un momento de discusión, Efrén sacó un frasco y roció ácido en el rostro de Carmen. El ataque ocurrió en la casa de la mamá de ella, por lo que al escuchar sus gritos su familia corrió para auxiliarla, sin embargo, ese momento también fue aprovechado por el agresor para darse a la fuga.

Tuvieron que pasar siete años para que Carmen se acercara un poco a la justicia. En mayo del 2021, Efrén fue detenido en Monterrey, Nuevo León. Unos meses antes renovó su licencia de manejo y ese movimiento puso en alerta a las autoridades, quienes ya habían sido advertidas sobre su posible paradero.

“Cuando yo lo denuncié dije que estaba en Monterrey. En 2020 renovó su licencia de manejo, a pesar de que las autoridades me dijeron que ya lo estaban buscando, que había una alerta, y en realidad hacía sus movimientos en sus narices”, lamenta Carmen. “Me llenó de tristeza saber que Efrén ni siquiera vivía con miedo ni escondiéndose, solo se cambió de ciudad y no sabemos si agredió a otras mujeres”.

El caso de Carmen avanzó gracias a su insistencia y la visibilización de su historia. En unos años pasó de ser una víctima a una activista por los derechos de las mujeres que han sido atacadas con ácido en México.

En enero del 2021, junto con la investigadora Ximena Canseco, creó la Fundación Carmen Sánchez, con la que ha documentado 32 casos de personas que sobrevivieron a la “violencia ácida”. Estos hechos ocurrieron en las últimas dos décadas y 28 casos son de mujeres, algunas de ellas agredidas por alguien de su círculo cercano.

“De las 28 mujeres solo 22 lograron sobrevivir. Cuatro mujeres fueron torturadas con ácido antes del feminicidio. Una murió días después por la gravedad de las lesiones. Otra murió dos años después del ataque con ácido por complicaciones de Covid-19”, describe Carmen sobre los hallazgos que han hecho desde su fundación.

Sobre las entidades federativas donde han ocurrido esos 28 ataques contra mujeres, dice que en la Ciudad de México, Puebla y Estado de México han sido seis; en Oaxaca y Coahuila, dos; en Aguascalientes, Veracruz, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato y Quintana Roo, uno.

“Cuando me quemaron en el 2014 me imaginé que era la única mujer atacada con ácido en el país, me sentí chiquita en un mundo tan grande, pero con toda esta investigación nos hemos dado cuenta de que hay más mujeres”, indica Carmen.

Impunidad en ataques con ácido

Si bien la Fundación Carmen Sánchez ha hecho este conteo, los datos no son definitivos. Ni siquiera las autoridades estatales tienen certeza de cuántos ataques con ácido o con sustancias inflamables han ocurrido contra mujeres en México.

La-Lista realizó solicitudes de información a todas las fiscalías estatales para saber cuántas carpetas de investigación han abierto por estos crímenes, pero solo las instituciones de Durango, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tamaulipas y Yucatán dijeron tener conocimiento de 33 casos.

Dentro de estas entidades destaca Querétaro, que acumula 14 ataques entre el 2016 y el 2021. La fiscalía ha investigado estos incidentes como homicidio en grado de tentativa, feminicidio, daños dolosos, lesiones calificadas, violación en grado de tentativa e incluso robo calificado. La autoridad no reportó ninguna sentencia.

También se encuentra Puebla, donde la fiscalía tiene registradas ocho víctimas de estos ataques; seis los ha investigado como lesiones dolosas y violencia familiar, y otros dos como feminicidio y feminicidio en grado de tentativa sin contabilizar alguna sentencia. De igual forma en Yucatán ha habido seis casos, aunque la fiscalía tampoco reportó ninguna sentencia.

Solamente la fiscalía de Durango dijo en su solicitud de información que en 2019 abrió una carpeta de investigación por un ataque contra una mujer, lo investigó como lesiones dolosas y obtuvo una sentencia condenatoria de 2 años y 10 meses de prisión contra el responsable, además de una reparación del daño de 10 mil pesos para la víctima.

Carmen Sánchez, la activista que lucha contra estos ataques, lamenta la impunidad que prevalece en estas agresiones. Asegura que de los 32 casos que ha conocido, solo en uno ocurrido en Naucalpan, Estado de México, ha habido una sentencia de siete años contra el responsable porque se declaró culpable.

En su caso particular, que ya es investigado como feminicidio en grado de tentativa luego de que la carpeta de investigación fue iniciada por lesiones dolosas, Carmen busca que a Efrén, su agresor, le den 70 años de prisión.

“Estamos luchando para que le den 70 años porque no solo dañó mi piel, este tipo planeó cómo iba a matarme, yo pude haberme tragado el ácido, pude haber perdido mis ojos, entonces, no creo que pocos años sean justos”, dice la activista.

‘Los ataques con ácido deben investigarse como feminicidio’: reclaman organizaciones

El 8 de marzo de 2017, Martha Ávila fue atacada con ácido por su exyerno. Su agresor le arrojó el líquido y perdió una oreja, se ha sometido a 13 cirugías reconstructivas de su brazo izquierdo, sus piernas y su espalda.

El 2 de diciembre del 2018, Esmeralda Millán fue atacada con ácido por su expareja. La sobreviviente lleva 16 cirugías reconstructivas, sufrió quemaduras en la cara y el cuello, perdió la córnea de su ojo derecho y se le dañó el esófago.

Estos son algunos de los casos documentados por la Fundación Carmen Sánchez y hay más. El 9 de septiembre del 2019, María Elena Ríos, una joven saxofonista de Oaxaca, fue agredida con ácido. Por su caso hay cuatro detenidos y una persona prófuga.

“El caso de Male (como le dicen de cariño a María Elena) es prioridad porque no solo representa el caso de una sola mujer, ella es la voz de muchas mujeres mexicanas que han sido violentadas y que al gobierno no le importa”, señala Diana Cristal González Obregón, abogada de la joven saxofonista.

Ante la impunidad que ronda en estos casos, la experta en Derecho considera que los ataques con ácido contra mujeres deben ser investigados con perspectiva de género y los responsables deben ser juzgados por el delito de feminicidio o su tentativa, no solo como lesiones como suele suceder en algunos casos.

“En este tipo de delitos se percibe claramente el odio, el repudio, el dolo, las ganas intensas de querer privar de la vida a la mujer”, asevera González Obregón y retoma el caso de su representada. “Las palabras que Male recibió le dieron a entender que hasta ahí llegó, eso te habla de la malicia y la misoginia que existe por parte de los hombres, quienes dicen ‘si no eres mía no eres de nadie’”.

Expertas y activistas piden que los ataques con ácido sean tipificados en todos los estados con sanciones parecidas a las de los feminicidios, aunque esto aún parece estar lejos de cumplirse. 

El 8 de marzo de este año la Cámara de Diputados abrió la posibilidad de empezar a atender esta exigencia al modificar el artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el objetivo de tipificar como violencia física los daños con sustancias corrosivas y/o tóxicas.

Esta modificación aprobada por los diputados fue enviada al Senado de la República, pero la Comisión de Igualdad de ese recinto aún no la analiza, un acto que despierta críticas entre quienes piden acelerar la tipificación de este crimen para sancionarlo y sobre todo para concientizar a la población sobre sus consecuencias.

“Como jurista te digo que como está ahorita está bien, (un ataque con ácido) puede ser considerado como feminicidio o tentativa, pero para sensibilizar a la gente, ministerios públicos, fiscales, peritos y policías sí hay que tipificarlo”, concluye la abogada González Obregón.

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