Texas inicia construcción de muro flotante en Río Bravo; activistas se oponen
La construcción de la barrera flotante en la frontera con México causará impacto ambiental, según los activistas.
La construcción de la barrera flotante en la frontera con México causará impacto ambiental, según los activistas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, informó que este viernes 7 de julio inició la construcción e instalación de una nueva barrera marina en el Río Grande, en Eagle Pass.
“Hoy comienza la instalación de una nueva barrera marina en el Río Grande. El Departamento de Seguridad Pública de Texas (Texas DPS, por sus siglas en inglés) está supervisando el proyecto en Eagle Pass”, dio a conocer Abbott en su cuenta de Twitter.
Activistas y residentes del sur de Texas denunciaron que la instalación de una barrera flotante en el Río Grande, en la frontera de México y Estados Unidos, para impedir el cruce de migrantes indocumentados causará daños ambientales al alterar el flujo del afluente.
El gobernador Abbott ordenó el pasado 1 de julio comenzar a colocación de una ristra de boyas de más de 300 metros de largo y, en preparación para el despliegue de la barrera, las autoridades de Eagle Pass han aplanado una isla cerca del Parque Shelby en esa ciudad de 30 mil habitantes.
“Las boyas son otro intento de militarización de nuestra frontera que tiene un impacto en el río”, se quejó Adriana Martínez, geomorfóloga fluvial que ha publicado estudios sobre el efecto de la construcción de barreras en la frontera.
“Al igual que la cerca federal, estas boyas cambiarán la forma en que fluye el agua y, por lo tanto, cambiarán el curso mismo del río”, agregó Martínez, según un comunicado de la Coalición Fronteriza de Eagle Pass.
Álex Flores, un filmógrafo de Eagle Pass, dijo que “es necesario saber qué permiso ha obtenido el gobierno del estado para demoler una isla que altera el ecosistema y el flujo del río”.
“¿Qué estudios se hicieron para medir el impacto ambiental o para demostrar que esos esfuerzos disminuyen los cruces de la frontera?”, cuestionó Flores. “Están operando sin consideración para el impacto sobre la comunidad o las leyes que protegen nuestro ambiente”.
Jessie Fuentes, maestra retirada, sostuvo que “el Río Grande es un río, con vida silvestre, protegido por leyes federales y, como beneficiarios de esta fuente de agua que sustenta la vida, debemos protegerlo y respetarlo”.
–Con información de EFE.