¿Latigazos, multas y cárcel por vapear? Aprueba Singapur castigar con azotes a quien consuma o venda cigarros electrónicos
Singapur aplicará azotes, multas y cárcel a quienes consuman o vendan cigarros electrónicos. Te contamos de esta política de cero tolerancia.
El polémico castigo de los azotes por vapear o vender cigarros electrónicos forma parte del sistema judicial de Singapur.
/Especial
En un movimiento que ha dado la vuelta al mundo, Singapur anunció una nueva y polémica medida contra el consumo y la venta de cigarros electrónicos: los infractores podrán ser castigados con azotes, además de enfrentar sanciones económicas y penas de cárcel. La medida busca frenar el aumento del vapeo, especialmente entre los jóvenes, en un país conocido por sus estrictas leyes en materia de salud pública y convivencia social.
La disposición se suma a una de las legislaciones más duras del mundo contra el cigarro tradicional y los dispositivos electrónicos de nicotina. En Singapur, desde hace años está prohibida la importación, posesión y distribución de cigarros electrónicos, pero las autoridades reconocen que el mercado negro se ha expandido y que millas de jóvenes han comenzado a consumirlos.
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El anuncio generó un intenso debate global, pues para muchos es una medida desproporcionada y excesiva, mientras que otros la ven como un paso contundente para reducir los daños a la salud que genera el vapeo.
Una política de cero tolerancia a los cigarros electrónicos
La Health Sciences Authority (HSA) de Singapur advirtió que las personas sorprendidas consumiendo o distribuyendo cigarros electrónicos podrán enfrentar multas de hasta 2,000 dólares singapurenses (unos 1,500 dólares estadounidenses), pero lo que más llamó la atención es que, en algunos casos los acusados podrán ser condenados a castigos corporales con vara, conocidos como “caning”, un tipo de azote regulado por el sistema judicial del país.
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En la práctica, que desde el 1 de septiembre se castigará con hasta 20 años de prisión y un máximo de 15 golpes de vara a los proveedores de vapeadores que contengan etomidato, una sustancia con efecto anestésico.
Los azotes son aplicados bajo supervisión médica y legal, y es una práctica que ya existe en Singapur para otros delitos como vandalismo o tráfico de drogas.
¿Por qué el vapeo es un problema para Singapur?
Las autoridades han argumentado que el vapeo representa un grave riesgo de salud pública en Asia, especialmente porque la industria lo promueve como “menos dañino” que el tabaco, algo que, según los reguladores, no está comprobado de forma concluyente.
El gobierno sostiene que muchos dispositivos contienen niveles elevados de nicotina y sustancias químicas que pueden causar adicción severa, daños pulmonares y cardiovasculares. Además, advierte que el vapeo actúa como puerta de entrada al consumo de tabaco en adolescentes.
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Debate por azotes en Singapur
En redes sociales, la noticia desató polémica. Mientras que algunos aplaudieron la medida como un ejemplo de disciplina y control, otros la tacharon de medieval y contraria a los derechos humanos. Diversos organismos internacionales ya han señalado que castigos como los azotes pueden considerarse trato cruel e inhumano, aunque Singapur ha defendido por años esta práctica como parte de su sistema de justicia.
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En contraste, varios padres y organizaciones locales de salud celebran la decisión, pues consideran que será una advertencia clara para quienes promueven la venta ilegal de vapeadores entre menores.