Firman alianza para la prevención del embarazo adolescente en Yucatán

Cada año, se registran en México más de 360 mil embarazos en menores de edad, lo que representa la tasa más alta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), solo superada a nivel mundial por Centroamérica y el África Subsahariana. De acuerdo con el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), el 55% de los embarazos en nuestro país son no deseados o no planeados, lo que tiene graves consecuencias para la vida de mujeres, adolescentes y niñas, y es un importante problema social, económico y de salud.

Para hacer frente a este problema, se ha establecido una alianza entre empresas privadas y entidades públicas con el fin de desarrollar soluciones financieramente sostenibles para la distribución de métodos anticonceptivos gratuitos y el acceso a información sexual oportuna en las comunidades más vulnerables.

Esta iniciativa es única en su tipo, ya que busca no depender únicamente del presupuesto público de los estados para garantizar su continuidad en el tiempo, sino que se tejen alianzas con organismos internacionales y el sector privado. Se trata de unir esfuerzos en un esquema de inversión sostenible y estrategias innovadoras con un solo propósito: prevenir el embarazo en la niñez y la adolescencia.

Este modelo, liderado por la farmacéutica Organon, comenzó en la alcaldía Xochimilco de la Ciudad de México y se busca que sea expandido a una escala mayor en el estado de Yucatán, la tercera entidad con más embarazos en el país, donde el gobierno local ya inició importantes esfuerzos para combatir el problema.

¿En qué consiste la alianza para la prevención del embarazo adolescente en Yucatán? Se trata de la unión de esfuerzos en favor de la prevención del embarazo en la niñez y adolescencia. Es una iniciativa encabezada por el gobierno de Yucatán, la farmacéutica Organon, la consultora Deloitte y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que se espera que tenga impacto en 25 municipios prioritarios para el año 2025.

Para llevar a cabo este compromiso, el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, firmó una carta de intención con la representante de UNFPA, Alanna Armitage; el director de Organon México, Fernando Fogarin; la socia de Sostenibilidad y Cambio Climático en Deloitte Spanish Latinoamérica, Claudia Restrepo Múnera, y la titular de la Secretaría de las Mujeres (Semujeres), María Cristina Castillo Espinosa.

Yucatán, punta de lanza contra el embarazo adolescente

Con este proyecto se busca que niños, niñas y adolescentes puedan desarrollar su potencial y alcanzar sus metas personales. La estrategia es clara, efectiva, propositiva e innovadora, lo que convierte a Yucatán en una entidad pionera en el país al llevarla a cabo. El compromiso es que cada vez más niños y adolescentes tengan la oportunidad de desarrollar su potencial y alcanzar sus objetivos personales.

“Yucatán ha dado pasos firmes en la prevención de embarazos adolescentes implementando estrategias y acciones en cada una de las entidades e instituciones de gobierno. Sin embargo, nuestros esfuerzos necesitan otro impulso, de ahí la necesidad de sumarnos a esta alianza”, dijo María Cristina Castillo, secretaria de las mujeres del estado de Yucatán.

Alanna Armitage, representante de UNFPA en México, explicó que es responsabilidad de toda la sociedad garantizar los derechos de los niños y adolescentes para que no vean truncados sus objetivos o tengan la oportunidad de soñar.

“Cuando una niña o adolescente queda embarazada, significa que no hemos logrado garantizar sus derechos. No hemos logrado erradicar las violencias que ocurren con la complicidad de las familias, violencias que son ocultas, invisibles o, peor aún, donde las niñas son revictimizadas. La alianza que formamos el día de hoy es una de las más importantes para Naciones Unidas, y Mérida hace historia al ser la entidad pionera en impulsarla. Si lo logramos aquí, seguramente podremos lograrlo en muchas otras partes de México y del mundo”.

La estrategia ha sido pensada para los próximos 3 años, con una inversión inicial aproximada de 3,2 millones de dólares, con recursos estatales, de Organon y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Fernando Fogarin, director de Organon México, agradeció a todos los participantes por confiar y concretar este proyecto, a través del cual se podrá visibilizar y atender tanto esta problemática como las violencias estructurales.

“Estamos comprometidos con que cada niña, niño y adolescente pueda ejercer sus derechos, con la libertad y seguridad de que está a salvo y su cuerpo le pertenece, por lo que nos congratulamos por esta colaboración”, señaló, tras mencionar que los embarazos a estas edades, particularmente en poblaciones alejadas, marginadas e indígenas, son resultado de varios factores invisibilizados y no atendidos.

Mauricio Vila destacó que los últimos años han sido de grandes avances en Yucatán en cuanto a calidad de vida, seguridad y economía, pero que aún queda mucho por hacer. Respecto a los embarazos en adolescentes, el mandatario dijo que la ONU ha reconocido a la entidad por sus buenas prácticas y se ha logrado reducir la tasa de incidencia de esta problemática en un 17% en niñas de 10 a 14 años y en un 34% en adolescentes de 15 a 19 años.

“Desde hace algunos años iniciamos un programa de prevención de embarazos en niñas, niños y adolescentes que nos ha dado muy buenos resultados, pero esto no es suficiente. Estos esfuerzos nos pusieron en el radar de Organon, del Fondo de Población de las Naciones Unidas, porque ellos ya traían este proyecto y estaban buscando dónde implementarlo. Sin embargo, no es lo mismo implementarlo en un estado donde no se hace nada al respecto que en Yucatán, donde estamos trabajando activamente y además destinamos presupuesto a este problema”, dijo Vila.

Por último, el gobernador señaló que la iniciativa privada estará invirtiendo hasta diez veces más del presupuesto asignado por el gobierno, lo que generará sinergias y la posibilidad de crear mejores resultados, permitiendo que más niñas, niños y adolescentes continúen con sus estudios y tengan acceso a una vida mejor, lo cual, a largo plazo, reducirá el índice de pobreza.

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