Maricela Lecuona, la abogada frente a la negociación inédita
Maricela Lecuona trabajó para asegurar que el gobierno de México tuviera las mejores condiciones para comprar vacunas. ©Fotografía: Angélica Escobar/La-Lista.

La pregunta que le obligó a despertar el 28 de de febrero de 2020 fue la misma que se han hecho millones de mexicanos: ¿Qué pasará con nuestras vidas?

Maricela Lecuona, abogada general de la Secretaría de Salud, se enteró de la existencia del SARS-CoV-2 cuando en los noticiarios era sólo la noticia del día que le daba la vuelta al mundo desde el continente asiático. Pero el virus apenas comenzaba a escribir su historia y a transformar la nuestra. Para diciembre de 2020, casi un año después, en México han muerto más de 1 millón de personas debido al contagio.

No habíamos tenido en la historia moderna de nuestro país una situación tan extraordinaria como ésta”, enfatiza Lecuona.

El Consejo General de Salud en México se vio obligado a actuar frente a un virus de relevancia epidemiológica extrema. Es entonces cuando, por designación del Secretario de Salud, Jorge Alcocer, Lecuona fue asignada como parte del equipo negociador para traer la vacuna a México. “La oficina (a mi cargo) tiene las atribuciones para analizar los instrumentos jurídicos de carácter internacional en los que la secretaría es parte”. 

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Misión enriquecedora, no sencilla

La instrucción hacia la abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en Derecho Administrativo y de Regulación fue clara: asegurar que el gobierno de México tuviera las mejores condiciones para comprar vacunas, y que las atribuciones de la Secretaría de Salud estuvieran delimitadas y perfectamente cuidadas dentro de ese marco de incertidumbre.

Nunca habíamos estado ante un contrato de una vacuna que no existe, es decir, todos los contratos son aspiracionales y están sujetos a que, en efecto, exista una vacuna, después de todas las fases de ensayo e investigación, pero también a que esté autorizada por las agencias regulatorias. Esta contratación fue inédita”.

Bajo coordinación y supervisión de Lecuona, las empresas con las que se hizo contrato de forma preliminar o definitiva enviaron sus instrumentos y proyectos para el análisis de los mismos. Y el secretario de Salud firmó desde octubre varios compromisos para llegar a los proyectos definitivos. 

No fue fácil. “La regulación en México no es sencilla. Estamos ante una excepción a la Ley de Adquisiciones y era importante hacerlo notar. Era difícil hacer ver que México necesitaba ciertas condiciones o bien eliminar otras. Ha sido una experiencia enriquecedora en ese sentido, pero no fácil por los temas regulatorios”.

La mayor lección de esta experiencia de aprendizaje y aportación a nivel profesional de la ex funcionaria de la Secretaría de Agricultura y el Instituto Mexicano del Seguro Social radica en la asertividad: “Participar con representantes de otros países significa ser muy claro en tus peticiones o solicitudes, con el grado de complejidad que implica estar manejando términos jurídicos en un contexto desconocido para el otro”.

La incertidumbre del momento nos ha llevado a la expectativa diaria. “Personalmente me hubiera gustado ver mayor conciencia social. Hoy más que nunca debemos asumir que una acción individual y elemental, como la higiene, tiene un impacto grave, incluso mortal, en quien nos rodea. Debemos estar conscientes de que todas nuestra acciones tienen un efecto colectivo”.

Si bien es cierto que la vacuna no es una herramienta epidemiológica única para la mitigación y el control de la misma, sí representa una esperanza y un mecanismo muy alentador para tratar la epidemia. “Hacemos todo lo posible para que la vacuna sea universal y gratuita. Todos tenemos familia, hijos… Para mí es un reto personal”.

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