La-Lista de 5 científicas mexicanas en pie de lucha

Su vocación las lleva a trascender en el mundo de la ciencia. Son investigadoras mexicanas que todos los días dedican horas y horas a combatir males como el cáncer y proteger al medio ambiente con proyectos sólidos que han valido el reconocimientos de sus comunidades.

Estas 5 científicas tienen un denominador en común: desde la niñez sintieron la necesidad de encontrar respuestas a los problemas y tuvieron la valentía para perseguir sus sueños con tenacidad respetando al método científico.

Itzel, Lorena, Priscila, Érika y Judith representan al México que busca el conocimiento y utilizarlo en pro de la salud y evitar el calentamiento global. Sus investigaciones les han servido para ser elegidas por la empresa 3M dentro de la iniciativa 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica y La-Lista presenta sus historias.

Itzel Montserrat Lara Mayorga (Investigadora postdoctoral en el ITESM)
Tratamiento personalizado contra el cáncer de mama

Desde muy pequeña, Itzel Montserrat veía a su madre con admiración. Le parecía fascinante que, como psicóloga, buscara explicaciones para comprender el comportamiento humano y, mejor aún, que encontrara las respuestas. Fue, quizá sin quererlo, una mentora para su hija.

Entonces, Itzel siguió los pasos de su progenitora y encontró el camino hacia la ciencia y el hallazgo de soluciones a los problemas humanos, sobre todo, para evitar el sufrimiento que producen las enfermedades letales. Cuando entró por primera vez a un laboratorio, supo que ya no querría salir de ahí, por lo que comenzó su camino hacia ser una científica para combatir el cáncer de mama.

Su proyecto consiste en un método para fabricar esferoides de cáncer de mama, que abren el camino hacia la medicina personalizada. Gracias a esto, en un futuro será posible cultivar y probar fármacos en biopsias de pacientes, determinando cual es el tratamiento anticancerígeno más adecuado para un paciente en particular.

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“Escogimos el cáncer de mama porque cada vez es más común que nos enteremos de alguien cercano que lo padece. Es importante hacer investigación para atender algo que afecta a las mujeres.

“Lo que hacemos es que en lugar de investigar capas de cáncer, tratamos de hacer microtumores y una microesfera, que es más parecido a lo que puede ocasionar un tumor en el cuerpo. Esos microtumores lo metemos en microdispositivos y lo que hacemos es cultivarlos para simular lo que pasa en el organismo humano”, detalla la Dra. Lara.

A nivel nacional, la tasa de mortalidad por cáncer de mama es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años o más, según el Inegi, una estadística que Itzel Montserrat quiere disminuir con su proyecto.

“Mi sueño es que el tratamiento sea para cada persona, que se sepa cuál es el proceso que más le conviene para que tenga una recuperación pronta y reaccione mejor”, señala.

Judith Zavala Arcos (Doctora en Biotecnología por la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del ITESM)
Solución a la escasez de córneas

La estadística es demoledora. Cada paciente que necesita un transplante de córnea se ve obligado a esperar entre 9 meses y 2 años para recibirlo. Un problema que Judith Zavala Arcos busca erradicar.

La doctora Zavala trabaja, junto con su equipo, en el desarrollo de un tejido artificial y transplantable para “darle una solución a la ausencia de donadores” y resolver el problema de la pérdida de la visión en quienes requieren de una córnea. Su proyecto ofrece una alternativa para la cura de la ceguera corneal.

“Estamos formando un tejido artificial en el laboratorio con pruebas funcionales y nos encontramos ahora en el desarrollo preclínico. Trasplantamos este tejido y se está obteniendo claridad en una córnea opaca y eso implica recuperar la vista en los conejitos con los que estamos probando. Nos ha llevado 8 años y tengo 5 pasos bien grandes: sistema de cultivo, desarrollo de membrana, el desarrollo del constructo, desarrollo de modelo animal y trasplante. Era un sueño y ahora vamos a empezar con el cultivo. Vamos a tener resultados tangibles; aún falta, pero trabajamos para eso“, indica.

Desde la adolescencia, Judith Zavala mostró su vocación hacia la ciencia. Había probado ser parte de la escolta, el coro y las artes plásticas, pero no le convencieron del todo. Ella quería descubrir y darle respuesta a los problemas de salud de las personas. No había, como ahora, carreras en Ciencias Genómicas o Biociencias, por lo que estudió para ser quimicoclinicobióloga

“Al analizar muestras de sangre en el laboratorio era la parte que disfrutaba mucho porque pensaba en cómo se relacionan los síntomas con lo que yo veo en el microscopio. Surge la intención de hacer algo más y decidí estudiar en la maestría de biotecnología y luego el doctorado”, revela.

Hoy para Judith, la ciencia es “mi modo de ganarme la vida y tener una plataforma, de contar la historia y compartir lo gratificante de es (poder ayudar a la gente a recuperar la vista). Quiero que mis hijas puedan ver a lo que pueden aspirar, porque muchas veces la ciencia no está dentro de lo que puede aspirar una niña”.

Lorena Díaz de León Martínez (Maestra con doctorado en curso en Ciencias Biomédicas por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí)
Detección temprana del cáncer de mama

Lorena no se conformó con lo que establece la vida y decidió llevarle la contraria. Ella no se sentía cómoda con un vestido y quedarse callada, sino todo lo contrario: se convirtió en una mujer de soluciones y no de problemas.

“La curiosidad me llevó a donde estoy hoy que es el llevarle la contraria a la vida. Nunca fui una niña que se conformaba con un vestido o quedarse callada sin preguntar por qué. Mi papá es químico, mi mamá es médico y esos ejemplos tan fuertes, te llevan. Soy una persona de soluciones y no de problemas”, afirma.

Para Lore, hay una gran problemática a la cual darle una respuesta desde la ciencia: el cáncer de mama en zonas vulnerables como las comunidades indígenas. Razón por la cual, trabaja en el desarrollo de un método para la detección oportuna del cáncer de mama por medio de la aplicación de tecnología olfatoria.

“El proyecto consiste en la aplicación de nanosensores a la detección de compuestos orgánicos volátiles. Es como si estuvieras entrenando una nariz de perro, soplas, hay un globo y la nariz los huele. Los nanosensores los detienen y este proyecto nace para poblaciones vulnerables”, describe Díaz de León.

Uno de los objetivos de este desarrollo es tener un buen pronóstico en la prevención del cáncer de mama, para así tener tiempo de tener un tratamiento. Se recolecta el aliento de la paciente en una bolsa, se emplea ‘la nariz’ y se arroja un resultado certero por encima del 98 por ciento.

“Lo que nosotros queremos es llevar la salud a la comunidades. Sabemos que no tienen médico y que muchas veces es un tabú hacerte una mastografía o una autoexploración. Buscamos que las mujeres con cáncer de mama sean detectadas y que no se vuelva un problema más grave”, concluye Lorena.

Priscila Pineda Villegas (Programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas por la UNAM)
Combate al cáncer de pulmón

Priscila se preguntaba algo cuando veía a Barbie. ¿Por qué la muñeca, además de ser maestra o diseñadora de modas, no se dedicaba a ser ingeniera?

“Soñaba con ver a Barbie ser astronauta, siendo bióloga, dando marometas porque en mis tiempos sólo era cocinera, maestra, diseñadora de moda…¿Por qué no hace otra cosa? Una Barbie ingeniera estaría bien cool, porque se vestiría padre, haría de comer, sabría matemáticas. Me dije: desde ahí tengo que trabajar”, recuerda.

Pineda aprendió a cocinar, andar en motocicleta y a tener una vida independiente como siempre lo quiso. Estudió Biología y ahora se encuentra en el doctorado con un proyecto que busca tener tratamientos adecuados para el cáncer de pulmón, cuya detección suele ser compleja. Incluso plantea proponer medicamentos coadyuvantes para la quimioterapia disminuyendo la probabilidad del desarrollo de metástasis.

“Trabajamos en la identificación de biomarcadores que podrían influir en la progresión del cáncer pulmonar. A veces es más difícil este cáncer porque el de mama puedes llegar a sentirlo a nivel tópico. En el pulmonar, si no es con una biopsia, no hay diagnóstico adecuado. Este cáncer se detecta en fase 3 y 4 cuando al paciente le quedan 4 o 5 meses de vida”, lamenta.

Su línea de investigación también quiere darle tratamiento certero a los latinoamericanos, “ya que casi todas las estadísticas y estudios están centrados en los caucásicos, que reaccionan muy distinto a los tratamiento.

“La importancia que tiene el proyecto es que me di cuenta de que en mayor medida el cáncer pulmonar se da en mujeres del interior de la República de edad avanzada y es curioso porque su cáncer estaba asociado a la combustión de biomasa como humo de leña. Me sorprendí”, asegura.

Priscila tiene mucha confianza en su trabajo. Afirma que “yo puedo hacer todo lo que quiera, siempre que sea constante. Me voy a encontrar con obstáculos y trabas de la pandemia. Pero yo veía el mundo de Beakman con su cabello así grande, su bata verde y contestaba la parte técnica y lo teórico. Yo quiero plantearme preguntas y responderlas”, concluye.

Erika Bustos Bustos
(Investigadora Nacional Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores)
Recuperación de suelos

Érika jugaba con muñecas cuando era niña. Exploraba las manos, brazos y cabello de sus juguetes para hacerse preguntas, porque quería saber el por qué de las cosas. Esacuriosidad la llevó hacia la ciencia y a descubrir que en sus vacaciones gustaba de ir a la biblioteca.

Hoy, Erika trabaja en un proceso de tratamiento electrocinético con un arreglo de electrodos circular para la rehabilitación biológica de suelo contaminado con compuestos orgánicos in situ y on site.

“Esto hace que se destruyan los contaminante como hidrocarburos o extraerlos y destruirlos fuera del suelo. Se reducen costos y tenemos un arreglo que le llamamos forma de panal en la que podemos adaptar la tecnología para extenderlo en áreas y remover los contaminante para rehabilitar los suelos. El principal aporte es a nivel ambiental y al ser humano” asegura.

Este trabajo permitiría que el medio ambiente pueda tener una mayor capacidad de regeneración, justo en el momento en que el cambio climático y los cuidados a la naturaleza han comenzado a cobrar auge en el mundo. El enfoque de Bustos es mejorar la calidad de vida en el planeta, mediante la tecnología.

“Con esto, podemos colaborar a la reducción del calentamiento global y ayudar a la generación de biodiesel”, explica.

Una de sus metas es no crear divisiones entre hombres y mujeres “porque creo que juntos podemos trabajar de la mano para crear proyectos muy interesantes que nos puedan servir a todos para vivir de una manera más sana con el ambiente”.