EU retira cargos por narcotráfico a exsecretario mexicano
El General Salvador Cienfuegos durante una visita a Fort McNair, Washington D.C., para un diálogo de estrategia de los jefes de defensa de México en la National Defense University el 15 de julio de 2013. Foto: Sean K. Harp/Chairman of the Joint Chiefs of Staff/Wikimedia Commons.

Tom Phillips, Corresponsal en América Latina

La sorprendente decisión de EU de retirar los cargos en contra del exsecretario de la Defensa de México acusado de tráfico de drogas y lavado de dinero fue objeto de celebraciones, consternación y asombro.

El general Salvador Cienfuegos fue detenido en el aeropuerto de Los Ángeles el mes pasado y fue acusado de participar en una conspiración multimillonaria para contrabandear enormes cantidades de drogas hacia EU.

Los fiscales alegan que durante los seis años que estuvo al frente del ejército mexicano, el general de 72 años aceptó sobornos para ayudar a un cártel de drogas a mover “miles de kilogramos de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas” en la frontera norte. Cienfuegos niega los cargos.

Cienfuegos es el oficial de más alto rango de México en haber sido arrestado por ese tipo de delitos. El caso representó una gran sacudida para el establishment político y militar en la segunda economía más grande de América Latina.

Sin embargo, el martes, en un giro sorpresivo, el Departamento de Justicia de EU anunció que retiraría los cargos en contra de Cienfuegos.

Los fiscales dijeron al juez que “ consideraciones sensibles e importantes de política exterior sobrepasan el interés del gobierno en seguir con el proceso del acusado”.

Un juez de Nueva York aprobó la petición el miércoles en la mañana a pesar de lo que llamó “cargos muy severos en contra de una figura muy importante”, lo que quiere decir que el general puede regresar a México.

Los abogados de Cienfuegos estaban felices, y declararon a Vice News que se trataba de la victoria de “un hombre que ha hecho mucho por su gobierno y su comunidad”.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, también celebró lo que considera una “señal de respeto” hacia México y a sus fuerzas armadas, y no un “camino hacia la impunidad” para un supuesto criminal.

Ebrard negó que la decisión estuviera relacionada con las elecciones en EU, cuyo resultado aún tiene que reconocer el líder nacionalista de México, Andrés Manuel López Obrador.

El no reconocer la victoria de Joe Biden ha hecho creer a muchos que la decisión de retirar los cargos en contra de Cienfuegos es una recompensa de Donald Trump a su contraparte mexicano.

Mike VIgil, exdirector de operaciones internacionales de la DEA, dijo a AP que la decisión resulta “totalmente desalentadora y decepcionante” y que es un “enorme regalo” de Trump.

Fernando Belaunzarán, un funcionario de alto rango del antiguo partido del presidente mexicano, dijo a The Wall Street Journal: “No hay duda de que se trata del último favor de Trump a López Obrador, es la culminación de su hermosa amistad”.

Estas declaraciones dejaron pensando a los analistas en los motivos del gran interés del gobierno mexicano en repatriar a Cienfuegos, a quien sus contactos del bajo mundo supuestamente llaman “El Padrino”.

“No lo sabemos”, escribió el experto en seguridad Alejandro Hope en el periódico El Universal el miércoles, “ pero es muy posible que las presiones de las fuerzas armadas hayan jugado un papel determinante”.

Se piensa que los militares de más alto nivel, que han sido una importante fuente de apoyo para la administración de López Obrador, estaban al borde del infarto por el arresto de Cienfuegos en tierra extranjera, lo cual dejó al presidente bajo fuerte presión para actuar.

Chris Dalby, el editor ejecutivo de Insight Crime, dijo que para López Obrador el regreso a casa de Cienfuegos representa una gran victoria política.

“Sus seguidores afirmaban que el arresto de Cienfuegos se hizo sin el conocimiento del gobierno mexicano. Así es que las bases aplaudirán su regreso”.

La vuelta en U de EU provocó cuestionamientos incómodos sobre impunidad y corrupción y temores de que nunca se juzgará a un hombre contra el que las autoridades tenían un fuerte caso armado.

“Los fiscales de AMLO van a tener que analizar la evidencia en contra de Cienfuegos para ver si es lo suficientemente fuerte como para garantizar un juicio público que cuestione la lealtad del ejército y además ver si quiere mantener al ejército de su lado”, dijo Dalby.

Al igual que muchos observadores, duda mucho que el general enfrente un juicio civil. Agrega que Cienfuegos tiene muchos amigos en altos puestos”.

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