Red de misión crítica en México, en jaque por la desidia de los gobiernos
foto: República/Pixabay.com

Las redes de misión crítica de México han operado durante los últimos años bajo la obsolescencia. Esto ha limitado no solo el uso adecuado y óptimo de las comunicaciones entre agencias de seguridad y servicios de emergencia, sino que también ha significado “un despilfarro” de recursos que se estima en casi 2,000 millones de dólares.

En los últimos 20 años, hasta antes del inicio del actual gobierno, se desembolsó dicha cantidad para mantener en operaciones la Red Nacional de Radiocomunicación. Sin embargo, la tecnología y los equipos para su funcionamiento son considerados obsoletos y generan gastos históricos en telecomunicaciones estimados en hasta 100 millones de dólares anuales, a pesar de que bajo ese funcionamiento ponen en riesgo la seguridad pública y otros servicios estratégicos que reciben los mexicanos.

“En los pasados 20 años se han despilfarrado 2,000 millones de dólares en un sistema que debía haberse cambiado desde hace uno años”, menciona Óscar Fernández, director de Teltronic México, empresa que participa en este sector. Para el especialista, es necesario contar con un mercado abierto a la competencia para poder modernizar, a buen costo, esta red de la que dependen las comunicaciones de dependencias clave, entre ellas, la Guardia Nacional o las policías estatales.

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La red de misión crítica es aquella tecnología y dispositivos con los cuales se comunican las agencias de seguridad, servicios de emergencia y otros organismos de los diferentes niveles de gobierno para atender cuestiones como desastres naturales, combatir al crimen organizado o coordinar otras actividades. Cuenta con características especiales, como la alta disponibilidad en donde nunca puede estar un teléfono desconectado o una línea ocupada.

En términos más amplios, se trata de una comunicación privada que también puede ser utilizada por empresas de transporte, como metros o aeropuertos. Aunque su uso principal tiene que ver con la seguridad del país.

El contrato firmado originalmente con la empresa Matra –poco después adquirida por la francesa Airbus– obliga al gobierno a operar en un estándar “propietario”, es decir, que esa compañía tiene la propiedad única y absoluta para la gestión de las comunicaciones de misión crítica: ningún otro jugador del mercado puede vender siquiera una antena o una batería.

“Se ha constituido un monopolio que mantiene atado al gobierno federal”, señala el experto en este sector.

El servicio de esta red es obsoleto. La Guardia Nacional no tiene manera de grabar, tomar fotos ni mandarlas en tiempo real con la actual infraestructura de misión crítica, pero bajo los estándares internacionales podrían tener estas capacidades, y no solo el servicio de voz y mensajes que hoy usa.

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“Se está volviendo vulnerable la seguridad de las comunicaciones de la Guardia Nacional y de las policías estatales y federales porque un sistema que tiene 20 años no tiene la tecnología para encriptar y para codificar las comunicaciones que tienen una terminal actual”, comenta Fernández. “No puedes dejar que un delincuente esté escuchando las comunicaciones de la policía”.

Al considerar que este oneroso gasto va en contra de las políticas de austeridad del actual gobierno, que hace muy costoso su mantenimiento, la administración federal está mostrando intenciones para abrir esta red al mercado. Es decir, permitir que sean los jugadores interesados en participar los que generen esa dinámica de oferta y demanda, no solo para reducir costos, sino para modernizar estas comunicaciones, dejando atrás el esquema en el que un solo actor determina la tecnología y los costos, apunta el especialista.

El 30 de diciembre de 2020, en el Diario Oficial de la Federación se publicó un acuerdo del Consejo Nacional de Seguridad Publica, en el cual se reconoce la necesidad de abrir este mercado a la libre competencia para buscar una modernización de las telecomunicaciones de misión crítica.

Si bien algunos estados y corporaciones policiales han optado por modernizarse de manera unilateral, a nivel federal permanece el rezago y así será, en opinión del experto, hasta que los diversos fabricantes en el mercado puedan competir para ofrecer mejor tecnología y menores precios al Estado.

Para avanzar se necesita la voluntad de la administración actual, creemos que se están dando pasos en la dirección adecuada. Sin embargo, lo que exigimos como mexicanos y contribuyentes es que esto se haga de una manera transparente”, señala el directivo de Teltronic.

Por último, apunta que los retos para modernizar la red de misión crítica serán compaginar la austeridad con las tecnologías requeridas, pero además poder constituir una infraestructura no sólo de última generación, sino que también permita actualizarse fácilmente según vayan apareciendo nuevas tecnologías. Para no repetir la situación que hoy tiene en jaque a la red de misión crítica.

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