¿Un espectáculo para extranjeros? La Guelaguetza 2022 en imágenes

El Covid-19 provocó la cancelación por dos años seguidos de la Guelaguetza, la fiesta étnica más importante de Oaxaca. Pero el festejo volvió en este 2022.

El regreso de la fiesta a las calles y al Cerro del Fortín estuvo marcado por una ola de críticas al gobierno y al espectáculo montado en la capital del estado. El lunes 25 de julio, la saxofonista María Elena Ríos, quien fue atacada con ácido en 2019, fue expulsada del Auditorio Guelaguetza después de protestar con una manta en la que se leía “Oaxaca feminicida”.

Una semana después, una mujer se acercó al gobernador Alejandro Murat y le pidió una foto con un letrero que decía: “Oaxaca lo tiene todo”. Se puso a su lado y dejó ver el mensaje real: “666 feminicidios feminicides 2016-2022”. El gobernador y su esposa la ignoraron y siguieron caminando.

El priísta Murat abandonará su cargo el 30 de noviembre para dejar en el poder al exsenador morenista Salomón Jara. La actual forma de celebrar la Guelaguetza se debate entre el cambio o la perpetuidad.

Para poder formar parte de la “fiesta étnica y racial más importante de Latinoamérica”, las delegaciones representantes de las ocho regiones del Estado tienen que recibir la visita del Comité de Autenticidad y pasar los filtros que la organización dicta para poder mostrar sus tradiciones. Esta práctica ha provocado inconformidad en varias comunidades que tradicionalmente participan en el espectáculo y que fueron rechazadas por dicho comité, como Santa María Huatulco y Santa Catarina Juquila. Hasta 2015 se aceptó la entrada de pueblos afromexicanos como Santiago Llano Grande, con la danza de los diablos.

El festejo escenificado en la capital del estado ha sido criticado por parecer más un espectáculo para extranjeros. En este 2022, Oaxaca de Juárez se atiborró de turistas. Las terrazas lujosas de Santo Domingo lucieron llenas de espectadores listos para observar las calendas y convites que se organizan en las calles de la ciudad. De acuerdo con usuarios de redes sociales, los boletos para el Auditorio Guelaguetza alcanzaron precios superiores a 300 dólares (unos 6 mil pesos mexicanos) y las secciones designadas para la entrada gratuita rebasaron su capacidad.

 Danzantes de Zaachila, región ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca, participan en la Guelaguetza 2022. La danza de la pluma es de origen azteca y se considera uno de los bailes más importantes de México.

 Un turista captura una foto de las chinas oaxaqueñas previo al segundo desfile de delegaciones.

En esta edición de la fiesta oaxaqueña, más de 30 mil personas asistieron a las diferentes actividades. De acuerdo con el gobernador, Alejandro Murat, hubo una gran afluencia turística, lo que representó una derrama económica de más de 500 millones de pesos.

Afuera del Auditorio Guelaguetza, una niña juega con su sombrero con vista a la inmensa ciudad Oaxaca de Juárez.

La agrupación de las chinas oaxaqueñas se prepara para el desfile de delegaciones. Una de ellas sostiene un periódico con el titular “Hunden a feminicida”. Según un informe del Centro de Documentación del Grupo de estudios sobre la mujer Rosario Castellanos, del 1 de enero al 2 de agosto del 2022, 87 mujeres han sido asesinadas en Oaxaca.

Docenas de personas esperan el ingreso al Auditorio Guelaguetza. Las rejas fueron cerradas por la saturación de las secciones de entrada libre.

Los boletos para el Lunes del Cerro en el Auditorio Guelaguetza alcanzaron precios superiores a 6 mil pesos mexicanos.

Integrantes de la Banda Tierra Mojada durante su presentación en el Auditorio Guelaguetza.

Integrantes de la delegación de Putla Villa de Guerrero bailan durante el segundo desfile de delegaciones en el centro histórico de Oaxaca de Juárez.

Un mural de grabado se ilumina con las luces de una patrulla, en él se puede leer: “Aunque el fascismo se vista de pueblo, fascismo se queda”. Por las calles del centro histórico de Oaxaca de Juárez se observaron diferentes pintas e intervenciones de protesta.

El gobernador Alejandro Murat aseguró que “Oaxaca lo tiene todo” y que es “un pueblo único, que tiene todo que ofrecer”. En contraste, más de 20 colectivas feministas oaxaqueñas condenaron la represión que sufrió la saxofonista María Elena Ríos cuando protestó con una manta en el primer Lunes del Cerro.