Nuevo Laredo: jóvenes recibieron hasta 12 disparos por parte de militares

Un reporte forense al que tuvo accedo el diario El Universal detalla que los cinco jóvenes que murieron el pasado fin de semana en Nuevo Laredo, Tamaulipas, recibieron hasta 12 disparos por parte de militares.

De acuerdo con el medio, el peritaje fue hecho por la Fiscalía General de la República (FGR) y en este se da cuenta del número de disparos que recibió cada víctima, así como la zona en la que fueron heridos.

Por ejemplo, el “cadáver A” ─identificado como Gustavo Pérez Beriles─ tenía dos impactos en el antebrazo izquierdo y otro en el costado izquierdo.

Otra víctima ─Gustavo Ángel Suárez, de nacionalidad estadounidense e identificado como “cadáver D”, fue quien recibió más disparos. En total, 12 impactos, uno de ellos en la sien.

Mientras que Wilberto Mata Estrada ─clasificado como “cadáver B”─ presentó 10 impactos, todos con orificio de entrada y de salida. Jonathan Aguilar Sánchez ─ubicado como “cadáver C”, tenía un solo impacto, con “orificio de entrada por arriba de la oreja izquierda y con orificio de salida en la región posterior del cráneo, que ocasiona estallamiento craneal con exposición de masa encefálica”, según el peritaje.

En el “cadáver E”, cuyo nombre es Alejandro Trujillo, se contaron cinco impactos de bala. La información proporcionada no precisó el calibre de las balas.

Una sexta víctima se mantiene hasta este jueves en estado de coma. Las autoridades todavía no informan sobre las lesiones que sufrió.

En estos hechos, que involucran a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solo un joven resultó ileso, aunque ante las autoridades testificó que fue amenazado por los uniformados para aceptar una declaratoria de culpabilidad.

La madrugada del pasado 26 de febrero, los siete jóvenes ─de entre 20 y 27 años de edad─ viajaban a bordo de una camioneta cuando, en la colonia Cavazos Lerma, fueron interceptados con disparos por elementos del Ejército.

Testigos en el lugar indican que al menos dos de las víctimas fueron ultimadas con disparos directos en la cabeza cuando ya estaban heridas en el suelo, según el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.