¿El Tren Maya tiene ‘abuelo’? Así era el Ferrocarril del Sureste, inaugurado en 1950 (FOTOS)
El Ferrocarril del Sureste fue el transporte que se abrió paso entre la selva y que sobrevivió a cinco administraciones federales, en la época de los 30.
El Ferrocarril del Sureste consolidó el sistema nacional ferroviario en 1950.
/Secretaría de Comunicaciones y Transportes
El Tren Maya es una de las obras de infraestructura que impulsó el expresidente Andrés Manuel López Obrador durante su gestión, bajo la promesa de llevar prosperidad al sur del país, pero, ¿sabías que tiene su antecedente en el Ferrocarril del Sureste?
En 1950, la locomotora finalmente alcanzó la Península y facilitó la conexión de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas, Tabasco y Veracruz, con el resto de México. No obstante, concretar esta obra no fue tarea fácil.
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El proyecto original nació en 1930 con el presidente Pascual Ortiz Rubio pero tardó en concretarse 20 años; primero, se interrumpió con la renuncia del mandatario en 1932 y luego diversas administraciones impulsaron las labores, pero se terminaron complicando por el terreno, el clima y hasta el contexto geopolítico.
En abril de 1936 se creó la Dirección General de Construcción de Ferrocarriles; la línea se organizó en dos divisiones, Puerto México y Campeche, y para 1939 se determinó que abarcaría una distancia de 738.8 kilómetros.
El Tren Maya y el Ferrocarril del Sureste son más parecidos de lo que podría pensarse y de hecho, el camino de vías original se usó la construcción del proyecto modernizado.
Dos décadas de trabajo
La construcción del Ferrocarril del Sureste se interrumpió en diversas ocasiones y por distintos factores, incluida la Segunda Guerra Mundial, que provocó la escasez de rieles, cemento o varillas corrugadas.
El desabasto del material de construcción ocurrió entre 1942 y 1945; dicha situación aplazó los planes de trabajo y las labores en campo. Pero la obra duró un total de 20 años.
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La idea original nació en los años 30 y los verdaderos avances se concretaron en el sexenio de Lázaro Cárdenas, cuando el general Francisco J. Múgica –en ese entonces, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas– y el Ingeniero Antonio Madrazo –presidente ejecutivo de los Ferrocarriles Nacionales de México– se decidieron a “conquistar la selva”.
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Un tren en medio de la selva
Las condiciones meteorológicas y del terreno también fueron factor de complejidad para el Ferrocarril del Sureste.
Según la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, la abundancia de ríos caudalosos en la zona de Tabasco y la temporada de lluvias en la región “solo permitían trabajar de forma regular cuatro meses al año”.
Además, “el clima húmedo afectaba los materiales empleados y propiciaba que los trabajadores de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) se enfermaran de paludismo (una enfermedad mortal transmitida a los humanos por mosquitos)”.
Trabajar en el sureste también obligó a la SCOP a transportar materiales, trenes y hombres para la obra, desmontar la selva y diseñar numerosos puentes que dieran continuidad a la vía.
México se vio en la necesidad de adquirir una flota de distintos tipos de embarcaciones, construir nuevas de pistas de aterrizaje y comprar avionetas, así como instalar una fábrica de tubos de concreto en Tenosique, Tabasco.
El Ferrocarril del Sureste fue inaugurado por Miguel Alemán Valdés y se constituyó como un transporte emblema para las mercancías, las personas y los alimentos.
