Monterrey recupera monitoreo de calidad del aire, pero persiste preocupación por partículas dañinas
La reanudación incluye mediciones tanto en tiempo real como registros históricos, provenientes de las 15 estaciones que conforman la red de monitoreo ambiental en el área metropolitana.

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Después de meses sin acceso a datos públicos, el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (Sinaica) reactivó su plataforma para mostrar información sobre la contaminación en Monterrey y otras regiones del país. La reanudación incluye mediciones tanto en tiempo real como registros históricos, provenientes de las 15 estaciones que conforman la red de monitoreo ambiental en el área metropolitana.
Aunque la actualización representa un avance en transparencia y acceso a la información, persisten fallas relevantes. Algunas estaciones, como San Bernabé y Apodaca, siguen sin reportar niveles de partículas PM2.5, y la estación ubicada en Pesquería aún carece de capacidad para medir este tipo de contaminantes, considerados por expertos como los más peligrosos para la salud humana.
Estas partículas, con un diámetro inferior a 2.5 micrómetros, pueden alojarse en los pulmones y alcanzar el torrente sanguíneo. Su exposición prolongada está vinculada con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, y cáncer de pulmón. Organismos como el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire advierten que su presencia constante en zonas urbanas e industriales representa un riesgo permanente para la población.
A pesar de que la calidad del aire en la ciudad ha sido clasificada en los últimos días como “aceptable” o “buena” por los sistemas disponibles, especialistas sostienen que estos indicadores podrían estar distorsionados por la falta de información precisa sobre PM2.5.
Además, fuentes consultadas por medios locales revelaron que el sistema estatal de monitoreo enfrenta obstáculos técnicos y financieros: desde hace 17 meses, el gobierno de Nuevo León mantiene un adeudo de medio millón de pesos con un proveedor exclusivo de refacciones. Este proveedor tiene la concesión para distribuir piezas necesarias en todo el país, lo que ha frenado reparaciones cruciales en estaciones clave.
Mientras se restablece el acceso a datos a nivel federal, organizaciones civiles continúan pidiendo una inversión urgente en la infraestructura estatal de medición, así como una estrategia clara para proteger la salud pública ante los efectos de la contaminación crónica por partículas ultrafinas.