Nadin Reyes: ‘El Estado ha garantizado impunidad para el Ejército’
Edmundo Reyes Amaya fue víctima de desaparición forzada en 2007. La Corte ordenó en una sentencia histórica que por primera vez se abrieran los cuarteles militares para buscarlo a él y a Gabriel Cruz, integrantes del EPR. Han pasado dos años de esta resolución, pero la misma no se ha cumplido a cabalidad.

La última vez que Nadin Reyes Maldonado besó y abrazó a su papá fue el miércoles 23 de mayo de 2007. Él planeaba tomar un autobús rumbo a Oaxaca, donde la abuela lo esperaba con una comida. Se despidió como siempre, vestía una playera a rayas de manga larga y una gorra de béisbol. Pero Edmundo Reyes Amaya nunca llegó a su destino.
Unos días después, en la radio, uno de los tíos de Nadin escuchó que Edmundo había sido detenido junto a Gabriel Cruz Sánchez en un fuerte operativo en el que participaron integrantes del Ejército, agentes de la Dirección General de Seguridad Pública, policías ministeriales y municipales. Desde entonces han pasado 17 años y Nadin no ha dejado de darle vueltas a una pregunta: ¿dónde está mi papá?

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Edmundo Reyes y Gabriel Cruz fueron parte del Ejército Popular Revolucionario (EPR), una organización guerrillera formada en los años 90, que combinaba la resistencia civil pacífica con acciones de autodefensa. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ambos fueron vistos con vida por última vez en el Campo Militar número 1, en Ciudad de México.
El caso de su desaparición llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que dictó el 10 de agosto de 2022 una sentencia histórica para reconocer su calidad de víctimas de desaparición forzada, crear una Comisión Especial de Búsqueda y buscarlos, incluso, al interior de cuarteles militares.
Este 2024 se cumplen dos años de la resolución, que no se ha cumplido a cabalidad. Nadin no quita el dedo del renglón y confía en que una vez que logren inspeccionar instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) encuentren algún rastro de lo que ocurrió.
La sentencia histórica sobre el caso de tu papá abre la puerta –por primera vez– a la búsqueda en cuarteles, ¿qué lo ha impedido hasta este momento?
Todavía no llegamos a ese punto porque estamos viendo los lugares. Es un proceso largo y que no ha sido fácil. Va a ser uno de los puntos más complicados. Seguramente va a haber esa negativa de no permitir el acceso. Sin embargo, la sentencia (de la SCJN en el caso de Edmundo Reyes Amaya) dice que el Ejército tiene que dar las facilidades, sin previo aviso. Es decir, que nosotros podemos ir en cualquier momento y sin avisar, ellos tendrían que dar facilidades para el acceso. De lo que se trata es de no avisar, así no das tiempo a que se oculten o se muevan cosas.
Se ha dado (recientemente) en el caso Ayotzinapa, pero no ha existido como tal una diligencia de búsqueda, que implicaría llevar a los peritos, y ver las zonas modificadas (en los cuarteles).
¿Qué significaría para ti concretar este mandato?
Sería reafirmar lo que se ha venido denunciando de manera histórica, no solamente con la desaparición de nuestros familiares, sino reafirmar que hubo participación directa de los militares en este tipo de crímenes de Estado. Es algo que siempre se ha querido borrar, que se ha negado.
En México no se ha dado como tal la experiencia de búsqueda en cuarteles y creo que sería también un reto importante. Se han dado diligencias de inspección, de reconocimiento, pero como tal búsquedas no se han hecho. Sabemos que no va a ser fácil, pero es algo que se tiene que lograr y seguir empujando.
¿Por qué la desaparición de tu padre es un crimen de Estado?
Como la misma sentencia lo dice, es un crimen de Estado porque hay evidencia de la participación de agentes del Estado. Mi padre y Gabriel fueron detenidos por policías estatales que eran parte de un grupo especial que se conformó para combatir a la guerrilla en Oaxaca. Este grupo los tortura y los entrega al Ejército, hay una clara complicidad y se comete desde las altas estructuras del Estado.
La desaparición forzada de ambos (Edmundo Reyes Amaya y Alberto Cruz Sánchez) se cometió en el gobierno de Felipe Calderón, y a nivel local estaba el gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Ellos también tienen que ser llamados a comparecer, porque no puede ser que haya pasado una desaparición de tal magnitud sin que ellos supieran.
¿Hay un poder militar en México?
Ha habido un encubrimiento por parte del Estado al Ejército. Al final es el grupo armado del Estado y tiene que proteger sus intereses y lo dota de impunidad. Ha servido para cometer muchas violaciones graves a derechos humanos y esa parte es la que no se ha querido reconocer: el poder que tienen es porque el Estado se los da, no es que sean un ente aparte.
Este poder de impunidad que el Estado les ha dado los mantiene así. No ha cambiado y desafortunadamente permanece hasta ahora.
¿Cómo has vivido el acceso a la justicia en México?
No existe eso de ‘justicia pronta y expedita’, ya lo hemos comprobado, no solamente en el caso de nuestros familiares sino en la mayoría de casos que son para el pueblo. Cuando se trata de obtener justicia y acceso a la justicia por parte del pueblo siempre hay demasiadas trabas.
Se ha ido avanzando, pero ha costado mucho. La sentencia la logramos gracias a todo un proceso de lucha, de solidaridad, que nos han brindado compañeros.
Sabemos que ha habido otras graves violaciones a derechos humanos, hemos perdido compañeros que han sido ejecutados extrajudicialmente; en el caso de los compañeros del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, hay quienes que han sido desaparecidos, y tenemos presos por motivos políticos, aquellos que exigieron la presentación con vida de mi padre, Edmundo Reyes Amaya, y del señor Gabriel Alberto Cruz.
¿Cuál ha sido el papel de la Comisión Especial de Búsqueda?
Hay diferentes dependencias en esta Comisión están la Secretaría de Gobernación, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la Comisión Nacional de Búsqueda, la Secretaría de la Defensa, la Fiscalía General de la República, nosotros como familiares, nuestros representantes legales y organizaciones acompañantes. Logramos integrar a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en México y al grupo de trabajo sobre desaparición forzada de la ONU.
(La comisión) tenía que haberse hecho desde la desaparición forzada de nuestros familiares y solo gracias a la sentencia de la Corte fue que la concretamos. Ha sido bueno por ese lado, costó mucho trabajo, y fue algo que se se arrancó producto de la de la lucha.
Pero, pese a la misma, la FGR sigue con la negativa de no querer reunirse. Ellos quieren dividir: que la Comisión Nacional de Búsqueda se dedique a hacer la búsqueda y la fiscalía argumenta que ellos solamente tienen que ver con la investigación. La sentencia es muy clara al decir “tienen que coordinarse”, seguimos peleando con eso.
¿Por qué es un precedente la creación de esta comisión?
Porque se están creando nuevas comisiones especiales de búsqueda a raíz de esta sentencia para Edmundo Reyes Amaya. Eso es muy importante, se le está obligando al Estado a hacer el trabajo que no ha querido llevar a cabo.
Pero el Estado tiene que voltear a ver que se necesitan más cambios estructurales, empezar a atender los casos y no dejar correr más tiempo. Al final, se va a saturar todo lo que tiene que ver con las instituciones de búsqueda y no habrá capacidad para crear una comisión especial por cada caso.
Y claro que jurídicamente la sentencia ya es, por ejemplo, una lectura obligada para muchos estudiantes de Derecho.
Lograste que la SCJN reconociera a tu padre Edmundo Reyes Amaya y a Alberto Cruz Sánchez como víctimas de desaparición forzada, ¿por qué es importante el concepto?
El término de desaparición forzada le sigue causando escozor el Estado. Le quieren llamar desapariciones a secas porque invisibiliza la responsabilidad del Estado. Han tratado de borrar toda esa responsabilidad al llamarlas solo desapariciones o al clasificarlas como desapariciones de particulares, pero este término los obliga a hacerse cargo.
¿Has considerado buscar a tu papá en fosas?
Nuestra exigencia siempre ha sido buscarlos en vida y es algo que también la sentencia lo reconoce, parte de la presunción que todas las personas desaparecidas tienen que ser buscadas primero en vida.
El Estado ha obligado a las familias a buscarlos en fosas. Es muy perverso que acepten que su ser querido ya no está vivo. Quien tiene que dar por muertos a nuestros familiares es el Estado, se trata de obligarlo a que construya una línea de investigación.
Hemos buscando a mi padre vivo, así como ellos se lo llevaron. Hasta el momento tampoco hay una hipótesis que diga que mi padre Edmundo Reyes Amaya y el señor Gabriel estén muertos.
En 17 años, no hemos dado nunca una muestra de ADN porque también es parte de esa narrativa perversa del Estado, que lo primero que te pida sean las muestras de ADN. Con la mano en la cintura te puede decir: ‘encontramos un cuerpo y es tu familiar’, como lo ha hecho con muchos casos.
¿Qué significa la ausencia de tu padre Edmundo Reyes Amaya?
Es una tortura permanente porque no puedes hacer un duelo. Cuando tienes a una persona desaparecida, no puedes estar tranquila, no sabes cómo está, en dónde está, si come, es algo muy muy fuerte y la ausencia nunca dejas de sentirla.
Muchas personas nos han dicho: ‘ya cierra ese proceso y sigue con tu vida’. No es lo mismo cuando pierdes a un familiar porque falleció, sabes que lo enterraste, que hiciste todo un duelo y al no saber en dónde está no tienes certeza de nada.
Al final la misma lucha, por lo menos para mí, es lo que le ha dado mucho sentido a este proceso de búsqueda. Te da la fortaleza para poder afrontar esa ausencia, esa desaparición forzada.
Siempre has dicho que te sientes orgullosa de tu padre Edmundo Reyes Amaya...
Siempre lo he admirado y respetado por el hombre y la persona que es. Nosotros no conocíamos la militancia política de mi papá y cuando él desapareció, nos enteramos que era reivindicado por esta por esta guerrilla (EPR). Ahora que lo sabemos, lo admiro y lo respeto más.
Independientemente de la forma de lucha por la que mi padre y el señor Gabriel optaron, fueron desaparecidos por luchar. Es algo por lo que han sido criminalizados, porque los vieron al principio como delincuentes y como terroristas, y no como lo que son: dos personas.
Desaparecieron a nuestros familiares por tener esos ideales de transformación, por accionar mediante una vía que, estemos o no estemos de acuerdo, es respetable y nosotros en ese sentido respetamos la decisión que nuestros familiares tomaron.
¿Hasta dónde vas a llegar para localizar a tu padre?
Voy a seguir luchando siempre con la frente en alto y nunca voy a permitir que nos sobajen, que nos humillen. Se trata de siempre seguir buscándolos, con dignidad y nunca desistir.
Vamos a seguir insistiendo hasta donde la vida nos dé, hasta donde la salud nos dé porque también es muy complicado, este proceso. Es muy difícil (todo lo que ocurre), pero mientras vamos a seguir luchando, hasta encontrarlos.