“No aceptaremos el alza en aranceles al acero y aluminio como herramienta de presión política”, afirma Ramírez Cuéllar

Luego de que el gobierno mexicano expresara su firme rechazo ante el anuncio del gobierno de Estados Unidos de aumentar los aranceles sobre productos de acero, aluminio y sus manufacturas del 25% al 50%, el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar se sumó a la expresión de rechazo.

El legislador calificó esta decisión de unilateral y proteccionista, afirmando que contradice el espíritu de integración económica que ha sido la base de la relación bilateral entre ambos países.

El legislador alertó sobre los efectos negativos de esta medida, destacando que no solo impactará de manera severa a México, sino que también causará daños a la industria estadounidense y a los consumidores del país vecino. “Al elevar los costos de producción, se desincentiva el comercio y se presiona al alza la inflación, especialmente en sectores estratégicos como el automotriz, la construcción y los bienes de capital”, subrayó Ramírez Cuéllar.

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Ramírez Cuéllar recordó que México ha sido un socio confiable en el marco del T-MEC y otros acuerdos internacionales, subrayando que la imposición de nuevos aranceles rompe con la lógica de corresponsabilidad y cooperación que ha permitido el crecimiento conjunto en América del Norte. Aseguró que las decisiones unilaterales como estas afectan la estabilidad de las relaciones comerciales y dañan el clima de confianza entre ambos países.

Cabe mencionar que el 12 de marzo de 2025, ya se habían implementado aranceles del 25% a las exportaciones de estos productos, y la nueva medida, que representa una escalada en las tensiones comerciales, afectará gravemente a las exportaciones mexicanas.

En 2024, México exportó un total de 16,078 millones de dólares en productos de acero y aluminio, de los cuales el 81.73% tuvo como destino Estados Unidos, lo que representa el 2.13% del total de las exportaciones nacionales.

Finalmente, el diputado Ramírez Cuéllar reiteró el compromiso de México con los principios de comercio justo y cooperación regional. “No aceptaremos decisiones que encubran prácticas de competencia desleal ni que funcionen como herramientas de presión política. La relación bilateral debe construirse sobre la base de la confianza, la equidad y el desarrollo compartido”, concluyó.