¿Por qué el Vaticano usa humo para anunciar al nuevo Papa? Esta es la historia
En estos tiempos de la inmediatez de la noticias y la tecnología, en el Vaticano se sigue utilizando una tradición de hace siglos como lo es el humo para el anuncio papal

Cuando los cardenales se han puesto de acuerdo para elegir al nuevo Papa, sale humo blanco de la chimenea de la capilla sixtina.
/Archivo
El cónclave para elegir al nuevo Papa ha comenzado y a partir de este miércoles los cardenales del mundo están reunidos para deliberar y llevar a cabo las votaciones para manifestar sus preferencias por alguno que tome el lugar del fallecido Francisco.
Y una vez que la persona haya sido elegida, se seguirá el mismo protocolo de hace siglos: el anuncio será con una señal de humo blanco.
Mientras drones vigilan la plaza de San Pedro, se bloquea la señal de móviles en todo el microestado y se confiscan los teléfonos de los cardenales electores, adentro se repite un ritual que tiene siglos: “Extra omnes” (“Todos fuera”), que marca el momento en que se cierran las puertas y comienza la deliberación secreta de los cardenales electores. Mientras tanto afuera, el mundo espera ansioso. Adentro, se vota con papel, se quema con fuego, se comunica con humo.
¿Por qué se usa humo para anunciar al nuevo Papa?
El humo que se ve salir de la chimenea de la Capilla Sixtina durante un cónclave papal es una señal visual tradicional que indica el resultado de las votaciones para elegir al nuevo Papa. Es una forma antigua, simbólica y universal de comunicación.
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Se empleó porque durante siglos no había medios modernos de comunicación (como micrófonos, radio o internet), y el humo era una forma clara y visible de anunciar el avance del cónclave a la gente reunida en la Plaza de San Pedro.
Lo que más impacta en la actualidad es que en una época donde los cardenales tienen cuentas de Instagram, donde cada rostro es reconocido por software biométrico, donde todo lo que se dice puede ser replicado en segundos, el Vaticano opta por el aislamiento total y seguir la tradición de la quema de papeletas y el humo.
¿Qué significan los colores?
Durante el cónclave se puede presentar dos escenarios: uno en que por la chimenea sale humo negro, lo cual es señal de que “Todavía no hay Papa”, es decir, que ningún candidato alcanzó los votos necesarios. Se produce al quemar las papeletas con sustancias que oscurecen el humo.
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Y el humo blanco o “¡Habemus Papam!” (¡Tenemos Papa!), que significa que un nuevo Papa ha sido elegido. Las papeletas se queman con sustancias químicas que producen humo blanco.
¿Cómo se produce el humo?
Las papeletas de votación se queman en una estufa especial dentro de la Capilla Sixtina, se mezcla con productos químicos para que el humo sea claramente negro o blanco y sale por una chimenea visible al público, justo encima de la capilla.
El humo blanco parece un milagro, pero es una coreografía precisa de química, ingeniería y siglos de liturgia. Detrás de esa voluta que anuncia al nuevo pontífice hay perclorato de potasio, lactosa, resina de pino y un sistema de doble estufa que busca evitar errores, confusiones o falsas alarmas como las del pasado.
¿Por qué se sigue usando el humo?
Aunque ya existen tecnologías modernas, el Vaticano mantiene esta tradición por su valor simbólico, histórico y espiritual. Es un momento emocionante y esperado por millones de personas, tanto católicas como no creyentes.
¿Cómo se desarrolla el cónclave?
Para este cónclave 133 cardenales ingresaron a la Capilla Sixtina, el mayor número en la historia. Representan a 70 países y esta tarde realizarán la primera votación. A partir de mañana, seguirán con cuatro escrutinios diarios —dos por la mañana y dos por la tarde— hasta alcanzar un consenso. Para que uno de ellos sea elegido Papa, necesita al menos 89 votos. Y cuando eso ocurra, si ocurre, se sabrá mirando al cielo: porque todavía, en pleno siglo XXI, la noticia más esperada del mundo comienza con una voluta de humo blanco.
Y entonces, se abrirá el balcón central. Y el protodiácono, vestido de oro, pronunciará las palabras que el mundo ha esperado: “Anuncio vobis gaudium magnum: habemus papam”.