Teporingo, el conejo de los volcanes en peligro de extinción y su posible desaparición en el Nevado de Toluca
El teporingo no está extinto, pero su situación es crítica. Este pequeño conejo, considerado un símbolo de los volcanes mexicanos, necesita acciones inmediatas para evitar su desaparición.

Teporingo en peligro de extinción.
/Imagen: DGCS Unam
El teporingo (Romerolagus diazi), también conocido como zacatuche o conejo de los volcanes, es una de las especies más emblemáticas de México y, al mismo tiempo, una de las más vulnerables.
Endémico del Eje Neovolcánico, este pequeño mamífero enfrenta un escenario alarmante en 2025: la pérdida de hábitat, su baja capacidad reproductiva y la expansión urbana han puesto en jaque su supervivencia.
En las últimas semanas, especialistas y conservacionistas encendieron las alarmas al señalar una posible desaparición local en el Nevado de Toluca, donde las poblaciones de teporingo llevan varios años sin ser registradas. Aunque no existe un dictamen oficial que lo declare extinto en esta zona, la falta de avistamientos preocupa a la comunidad científica y pone de relieve la fragilidad de la especie.
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Rumores de extinción que desinforman
En agosto circularon en redes sociales noticias falsas asegurando que el teporingo ya se había extinguido. Sin embargo, tanto la UNAM como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) aclararon que el conejo de los volcanes sigue vivo, aunque en condiciones críticas y con poblaciones reducidas.
Este tipo de rumores genera confusión y puede desmotivar los esfuerzos de conservación, por lo que expertos recomiendan informarse únicamente en canales oficiales.
Un hábitat cada vez más reducido
El teporingo habita en pastizales de zacatón en zonas montañosas de los volcanes Iztaccíhuatl, Popocatépetl, Tláloc y, hasta hace unos años, también en el Nevado de Toluca. El zacatón no solo es su alimento principal, también le brinda refugio frente a depredadores como el coyote, el lince y, cada vez más, los perros y gatos domésticos que llegan a las áreas boscosas.
La deforestación, la apertura de caminos, la expansión de la mancha urbana y la extracción de recursos como madera y hongos han fragmentado su hábitat, aislando a las poblaciones y reduciendo sus posibilidades de reproducción.
Baja reproducción y muertes en cautiverio
Otro de los grandes retos para la conservación del teporingo es su baja tasa reproductiva. A diferencia de otros conejos, este lagomorfo suele tener camadas de apenas una o dos crías, lo que dificulta el repoblamiento natural de la especie.
A ello se suma la situación en cautiverio: entre 2023 y 2025, los zoológicos de Chapultepec reportaron la muerte de más de 300 ejemplares, además de una disminución del 42 % en los nacimientos. Estas cifras muestran que incluso bajo cuidado humano la especie enfrenta serias dificultades para sobrevivir.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en 2019 existían alrededor de 7 mil teporingos adultos distribuidos principalmente en los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl. Sin embargo, la fragmentación de su hábitat y las amenazas constantes han reducido estos números de forma preocupante.
La posible desaparición del teporingo en el Nevado de Toluca es una señal de alerta sobre lo que podría suceder en otras zonas si no se intensifican los programas de conservación.
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