La semana de la moda de Nueva York 2021 será eclipsada por el Año Nuevo chino

La semana grande de Nueva York comienza el 14 de febrero, dos días después del inicio del Año del Buey, la pone frente a frente con las celebraciones del año nuevo chino. 

Hay más, el choque viene en un momento de debilidad de la industria de la moda de Manhattan. Pocos diseñadores de cualquiera de las capitales de la moda tienen esperanza de presentar colecciones nuevas frente a un público en las próximas semanas, y cada semana de la moda batalla por mantener visibilidad mientras lucha por banda ancha digital. 

Pero mientras que Milán, París y Londres todavía tienen nombres de la casa que ondean sus banderas en sus semanas de la moda virtuales, la semana de la moda de Nueva York sufrió una deserción poco ceremoniosa de su clase mayor. Ralph Lauren, Calvin Klein, Marc Jacobs y Tommy Hilfiger están ausentes en el calendario de la siguiente semana.

Mientras que la recuperación económica de China se eleva por encima de la de Europa y EU, los diseñadores dependen de los consumidores chinos para llenar sus arcas, y deben sincronizar sus relojes con el ambiente del momento de Shanghái en lugar de Nueva York, París o Milán. Dar regalos tiene un papel principal en los rituales del año nuevo lunar, y las marcas de lujo están interesadas en tomar la oportunidad para ganar nuevas audiencias al insertarse en las celebraciones familiares. 

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Un aumento reciente en los índices de infección puso los frenos en las fiestas y eventos en las tiendas en muchas partes de China. Cartier y la marca de prendas exteriores de lujo Canada Goose cancelaron sus celebraciones planeadas para finales de enero en Shanghái, mientras que la semana de la moda de Shanghái se pospuso hasta marzo. 

Pero con el inicio del 2020 completamente opacado por la emergencia del coronavirus, los consumidores chinos quieren celebrar el Año del Buey, y después de comprar en línea todo el año pasado, no los detienen las tiendas cerradas. Burberry ofrece una cápsula del Año del Buey en la que el monograma TB de las iniciales de Thomas Burberry incorpora una cabeza de buey, en gorras de béisbol y bolsas tote. 

La bolsa Balenciaga Little Ox tiene el caracter chino de “buey” junto al nombre de Balenciaga. Una sudadera Moschino roja, el color tradicional del año nuevo, con un buey de caricatura dorado está a la venta por casi 690 dólares. 

La semana de la moda de Nueva York ha sido el escenario para algunos de los momentos más famosos en la historia de la moda moderna. El movimiento grunge de la década de los 90 nació en la pasarela de Marc Jacobs en 1993. Tres años después, Alexander McQueen acaparó los encabezados al poner a Kate Moss en pantalones “bumster” en su desfile en el Lower East Side. 

En los dosmiles, las pasarelas de Manhattan marcaron el ritmo del glamour de las celebridades, como los helicópteros que aterrizaban detrás de la biblioteca pública de Nueva York para el desfile de DKNY en 2006, y Beyoncé, Lauren Hutton y Julianne Moore que aparecieron en una pasarela en la boutique de Tom Ford en la avenida Madison. 

Pero esta temporada, Jason Wu, quien presentó un desfile con distanciamiento social en una terraza la temporada pasada, es uno de los pocos diseñadores que intentarán un show físico. El clima de Manhattan en febrero, que no es ameno para eventos al aire libre, aumenta el reto logístico. Ralph Lauren, Marc Jacobs, Tommy Hilfiger, Michael Kors y Calvin Klein están ausentes, y muchos diseñadores eligieron presentarse después, para cerrar el espacio entre mostrar una colección en un desfile y en una tienda. 

Tom Ford, el presidente del Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos (CFDA), anunció la semana pasada un nuevo “Calendario de Colecciones Estadounidenses” que recopila las fechas y ubicaciones de las presentaciones de colecciones nuevas de estadounidenses. El CFDA insiste que la semana de la moda de Nueva York se mantiene como “el corazón y alma” del calendario de la moda estadounidense, pero la estrategia reconoce que las valoraciones de los desfiles de Nueva York caen rápido. 

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La industria de la moda ahora pone primero a China. Cartier presentó su reloj Pasha en China en julio, dos meses antes de que se lanzara en el resto del mundo. En agosto, mientras que las capitales europeas de la moda estaban en confinamiento, Louis Vuitton transmitió un glamoroso desfile al aire libre desde Shanghái. Moncler, la marca italiana de lujo cuyas chamarras se venden por más de 1,370 dólares, se mueve de la semana de la moda de Milán a la semana de la moda de Shanghái, mientras capitaliza en el creciente mercado doméstico para indumentaria para esquiar, que se predice que valga casi 4,120 millones de dólares en 2022, de acuerdo al centro EU SME, mientras que los resorts para deportes de invierno crecen en popularidad para los turistas domésticos en China. 

En 2019, los consumidores chinos conformaron el 35% de las compras de lujo, comparado con el 22% que generó EU y 17% los consumidores europeos, según Forbes. Para 2025, se predice que los consumidores chinos conformen más del 50%. El cambio en el curso se acentúa por la probabilidad de que los hábitos de viaje que se forjaron en el 2020 se mantengan, así que el poder adquisitivo del comprador chino se sentirá en ciudades chinas en lugar de en viajes a París, Londres o Nueva York. El impacto de esto se sentirá mundialmente, mientras las tradiciones eurocéntricas de la industria de la moda se inclinan hacia los gustos y ritmos de la cultura china. ¿La primera tendencia en el mes de la moda entrante? El rojo de la suerte del año nuevo chino.