‘La lucha seguirá’: Evo Morales regresa a Bolivia después de un año en el exilio
Evo Morales en conferencia de prensa en Ciudad de México durante su asilo en México. Foto: EneasMx/Wikimedia Commons

Por Tom Phillips y Dan Collins/The Guardian

Cochabamba.- Miles de seguidores con banderas recibieron a Evo Morales en la frontera sur de Bolivia, tal bienvenida triunfal podría sugerir que la carrera política de cuatro décadas del expresidente exiliado está lejos de terminar.

“Mientras el capitalismo y el imperialismo existan, la lucha seguirá”, declaró Morales, de 61 años, cuando se preparaba para cruzar el puente internacional entre las localidades fronterizas de La Quiaca en Argentina, y Villazón en Bolivia, alrededor de las 10 am, hora local.

Hay miles de bolivianos esperando para abrazar a Evo del otro lado de este puente … ¿Saben por qué? Porque el pueblo nunca se equivoca”, dijo el presidente de Argentina, Alberto Fernández, después de escoltar a Morales al cruce fronterizo. “¡Viva Bolivia! ¡Viva Latinoamérica!”, añadió.

En Villazón, Morales le dijo a una multitud de mineros y ciudadanos indígenas: “Recuperamos nuestra democracia, sin violencia, y de nuevo reclamamos nuestra patria”.

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El primer presidente indígena de Bolivia renunció y huyó del país el 11 de noviembre del año pasado, después de una explosión de inconformidad social, y lo que sus partidarios identificaron como un golpe anti-indígena. Al principio buscó refugiarse en México, pero pasó la mayor parte del año en Argentina, donde la administración de izquierda de Fernandez le ofreció asilo.

En la mañana del lunes, Morales comenzó una llamativa caravana hacia casa, un día después de que el nuevo presidente de izquierda de Bolivia, Luis Arce, tomara protesta gracias a una amplia victoria en las elecciones de octubre.

Hay miles de bolivianos esperando para abrazar a Evo del otro lado de este puente … ¿Saben por qué? Porque el pueblo nunca se equivoca”

-Alberto Fernández, presidente de Argentina

Desde Villazón, el político de 61 años planea comandar otra caravana de vehículos hacia la provincia selvática de Chapare, al norte, y el pueblo de Chimoré, donde comenzó su vida política como líder del sindicato de los productores de coca, mejor conocidos como cocaleros.

El pueblo decidirá…

En el camino, se espera que el recién llegado atraviese ciudades y localidades para llegar a Oruro el martes, y continuar hacia Orinoca, el pequeño pueblo donde su lugar de nacimiento se transformó en un museo de siete millones de dólares, en honor a su trayectoria.

Morales afirmó que los movimientos sociales serán quienes decidan si continuará siendo su líder.

En un video que celebra su regreso del exilio, Morales prometió seguir luchando por la democracia y por Latinoamérica.

“Pero, sobre todo, no descansaré hasta sellar el pacto nacional que, dejando de lado intereses sectoriales y regionales, saque a Bolivia de su crisis”, dijo. “Ganó el pueblo”.

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Esos comentarios deleitarán a sus seguidores, pero podrían aumentar las preocupaciones de la oposición boliviana, e incluso las de algunos sectores de su partido, Movimiento al Socialismo (Mas), sobre el papel en la política boliviana que buscaría ocupar el expresidente a su regreso.

Los defensores de Morales alaban el progreso económico y social que logró durante 14 años en el poder. Pero el antiguo presidente de Bolivia también es divisivo, y en algunas partes del país es una figura despreciable, a quien sus detractores acusan de llenar al país de autoritarismo, corrupción y abusos de poder.

El año pasado, antes de verse obligado a exiliarse, Morales intentaba conseguir un cuarto periodo como presidente, hecho sin precedentes, pero que iba en contra de un referéndum de 2016, en el que los electores decidieron que no debería tener ese derecho.

Jim Shultz, fundador de Democracy Centre, una organización enfocada en Bolivia, dijo que no es claro qué ambiciones políticas conserva Morales, en caso de hacerlo, o cómo se siente Arce sobre su regreso.

La semana pasada, en entrevista con The Guardian, Arce dijo que el regreso de Morales es “un tema muy personal para él”, pero insistió: “Este es mi gobierno”.

Shultz dijo que el reto de Arce será encontrar un papel para Morales “donde se sienta honrado y respetado, en lugar de tener control real sobre cualquier cosa”.

“Tal vez ese es el punto clave, encontrar un puesto constructivo para él, que capture sus fortalezas pero sin darle acceso a las estructuras de poder del gobierno y a la dinámica de poder del Mas”, añadió.

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