La pobreza global crece mientras países ricos exigen pago de deuda: Gordon Brown
Foto: Amber Clay/Pixabay.com

Jamie Doward/The Guardian

Le dicen el “gran revés”. Gordon Brown advirtió que, después de décadas de progreso, el objetivo internacional de erradicar la pobreza extrema para 2030 está en riesgo. Mientras los países en desarrollo combaten al coronavirus, tienen que sacrificar sus sistemas de salud y educación para saldar deudas con prestamistas occidentales y chinos.

“Necesitamos un nuevo plan general que reconozca la necesidad de algunos países de reestructurar y reducir sus deudas”, dijo Brown a The Observer. Previo a una importante reunión del G20 el próximo fin de semana, el anterior primer ministro exhortó a encontrar una solución global si queremos evitar la inminente crisis de mortalidad infantil.

Su advertencia se opone al crecimiento de la pobreza y las revocaciones a la salud de los niños. Información de la Escuela Médica de Johns Hopkins demuestra que 6,000 niños adicionales podrían fallecer por causas prevenibles, debido al debilitamiento y la interrupción de servicios rutinarios de los sistemas de salud, ocasionado por la pandemia.

Pero la habilidad de muchos países en desarrollo para combatir el Covid-19 está muy limitada por obligaciones deudoras. Con poco apoyo financiero por parte del IMF y el Banco Mundial, algunos gobiernos se enfrentan a la desoladora decisión de pagar a sus prestamistas o financiar los servicios públicos esenciales.

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Existe la predicción de que los países africanos pagarán más de 10 mil millones de dólares (200 mil millones de pesos) a sus prestamistas solamente entre este año y el siguiente. Más de la mitad estará destinado a despachos de administración de activos como BlackRock, donde trabaja el antiguo canciller George Osborne con un salario de 650,000 libras anuales (17.4 millones de pesos), o Fidelity Investments.

Algunos países deben cantidades sustanciosas a grandes empresas de comodidades, mientras que los bancos y las compañías de desarrollo de China también ocupan grandes espacios de sus balances contables.

Zambia, que al igual que muchos países africanos gasta más en el saldo de deudas que en sus sistemas educativos y de salud, está en camino de convertirse en el primer país de África en declararse en bancarrota desde que comenzó la pandemia.

El G20, que se reunirá en Arabia Saudita el próximo fin de semana, promueve una Iniciativa de Suspensión del Servicio de Deudas (DSSI) bajo la cual 73 países elegibles recibirán un congelamiento temporal para sus deudas, y resumirán los pagos hasta dentro de tres años.

De los 73 países cubiertos por la DSSI, 43 gastarán más en el pago de deudas que en provisiones de salud, en 2020.

Pero los expertos en rescates tienen dudas sobre la iniciativa y la disposición de los prestamistas a respaldarla. “La iniciativa de deuda del G20 es un ejercicio sonámbulo”, dijo Kevin Watkins, director ejecutivo de Save the Children. “En una época donde muchos países necesitan reducciones de deuda permanentes, ofrece una pausa temporal para los pagos. Está manejando una crisis de solvencia como si fuera una crisis de liquidez, y repite los mismos errores que llevaron a la crisis de endeudamiento de los 80s. La negación de los prestamistas privados y de China a participar en la iniciativa significa que ella no cubre más de la mitad de la ley por el servicio de endeudamiento de los países más pobres”.

De acuerdo con Save the Children, fallar en el intento de combatir la crisis de endeudamiento ocasionará que las cifras de pobreza infantil incrementen de 307 millones a 354 millones, en los países más pobres cubiertos por la iniciativa.

También advierten que millones de niños no recibirán vacunas, mientras que enfermedades mortales no tratadas, como neumonía, malaria y diarrea, podrían derrumbar el progreso sobre la mortalidad infantil de las últimas dos décadas. La fundación pide una nueva iniciativa que convierta las obligaciones deudoras en inversiones para los niños.

Brown, una parte fundamental en el combate de la crisis de endeudamiento en África de hace 20 años, dijo que si en esta ocasión se encuentra una solución amplia, el sector privado tendría que mejorar.

“Lo nuevo es que, a diferencia del 2000, los prestamistas privados son una parte cada vez más grande de las obligaciones del servicio de deudas. Yo quiero hacer énfasis en la necesidad de un esquema global, que cubra a todos los prestamistas y, en vísperas de la reunión del G20 la próxima semana, intentamos obtener el apoyo mundial para ella”.

The Observer solicitó comentarios a BlackRock, que supuestamente tiene mil millones de dólares (20 mil millones de pesos) en bonos africanos, y Fidelity.

BlackRock negó la solicitud de información y Fidelity no respondió.

Expertos financieros dijeron que los despachos de prestamistas tienen una obligación fiduciaria con sus clientes, como fondos para pensiones, lo que limita su capacidad de eliminar deudas. Además, las deudas están repartidas, lo que imposibilita la acción unilateral. Pero Watkins exhortó a las compañías, y a China, a repensar la situación. “El dinero que debería estar destinado a clínicas de salud, programas de nutrición, y escuelas, se destina a reembolsar deudas impagables a prestamistas comerciales y chinos. En pocas palabras, es una violación a los derechos de los niños”.

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