‘Impresionante’: un surfer  nadó y caminó 300 metros después de que lo mordiera un tiburón
Foto: Gyöngyvér Fábián (Pixabay)

Por: Naaman Zhou/The Guardian

Los paramédicos calificaron como “extraordinaria” la historia de un surfer del sur de Australia, quien nadó de regreso a la costa por sí mismo y caminó 300 metros para pedir ayuda, después de que la mordida de un tiburón le causara heridas “impresionantes”, en una playa remota.

El paramédico Michael Rushby dijo que el hombre tenía laceraciones “serias” en la espalda, trasero y pierna que “concuerdan con una mordida bastante grande de tiburón”, pero logró ponerse a salvo.

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El tiburón mordió al hombre de 29 años el domingo, mientras surfeaba en D’Estrees Bay, en Kangaroo Island.

Primero lo atendió un paramédico fuera de turno que manejó hasta la playa en su vehículo particular, y Rushby y otro paramédico le dieron más tratamiento antes de trasladarlo al Flinders Medical Centre.

“Lo estabilizamos al lado del camino, tratamos sus heridas y controlamos su dolor”, dijo Rushby. “El joven tenía laceraciones graves en espalda, trasero y muslo. Estas heridas concordaban con una mordida bastante grande de tiburón”.

Desde el hospital, la víctima difundió una nota hecha a mano sobre su experiencia, y le agradeció a los paramédicos y personal médico por salvarle la vida.

“Estaba sentado sobre mi tabla cuando sentí un golpe en mi lado izquierdo”, escribió. “Fue como si me atropellara un camión.

“Me mordió en la espalda, el glúteo y el codo, y arrancó un pedazo de mi tabla. Logré ver al tiburón antes de que desapareciera”.

Rushby dijo que el hombre logró nadar hasta la orilla.

“Esa es una de las partes más sobresalientes de la historia, me dijo que nadó de regreso por su propia cuenta”, dijo. “Y caminó 300 metros hasta el estacionamiento, donde le ayudaron algunos transeúntes. Por el tamaño de sus heridas fue algo impresionante”.

Dijo que el hombre estaba consciente mientras los paramédicos lo atendían.

“Fue capaz de conversar desde que llegué con él hasta que lo entregué al hospital. Estaba bien, era capaz de recordar el evento, y también podía conversar, lo cual fue bueno y alentador”.

“Es la primera mordida de tiburón que me toca atender como paramédico. No obstante, dicho esto, estamos bien entrenados para lidiar con traumatismos, y este era un caso de traumatismo”.

Desde el hospital, el hombre dijo ser “increíblemente afortunado” y mantenerse “optimista para tener una recuperación completa”

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