Donald Trump tiene un nuevo hobby: la venganza
Donald Trump: uno de los Beatles republicanos, o el Beatle. Fotografía: Carlos Barría / Reuters

Los anteriores presidentes de EU al dejar el cargo adoptaron nuevos pasatiempos como la lectura, la pintura, nadar desnudos o boxear. Pero durante los primeros días de la postpresidencia de Donald Trump él escogió algo diferente: la venganza.

Todavía es pronto y los presidentes normalmente se retiran de la vida pública al dejar el cargo. Pero Trump no parece interesado en seguir ese camino.

El presidente número 45 tiene un botín de guerra postpresidencial de 31 millones de dólares. Ya está apoyando la candidatura de su exsecretaria de prensa Sarah Sanders para las próximas elecciones estatales en Arkansas.

Y prometió vengarse de los republicanos de alto perfil a los que responsabiliza de su derrota, como el gobernador Brian Kemp de Georgia y  la líder republicana de la Cámara Baja, Liz Cheney, quien es la representante de mayor rango en votar por la deposición del expresidente.

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Algunos de los aliados de Trump también se mantienen activos en la esfera de las campañas políticas para mantener activo el trumpismo y para atacar a sus oponentes. Matt Gaetz, el congresista de Florida y aliado de Trump, viajó a Wyoming para promover la oposición a Cheney. En Arizona los republicanos seguidores de Trump censuraron al exsenador Jeff Flake, al gobernador Doug Ducey y a Cindy McCain, la viuda de John McCain.

En Pensilvania, el partido republicano estatal confirmó recientemente su apoyo a Trump. Y por encima de los partidos estatales, la presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, aliada de Trump, fue electa nuevamente para el cargo.

El ex presidente se ha mantenido alejado del ojo público mientras el Congreso avanza con el juicio político, pero está listo para volver a aparecer en los próximos meses. El martes, uno de los abogados de Trump, David Schoen, también apareció en Hannity de Fox News.

Para conservar su influencia, Trump no ha descartado la posibilidad de volver a contender por la elección en 2024, lo que obligaría a otros candidatos republicanos a pisar con cuidado al hacer sus planes para la siguiente campaña presidencial.

Sin embargo, el sentimiento anti Trump dentro del partido republicano también está creciendo, aunque más despacio, sobre todo porque se trata de un presidente que dejó el cargo después de un solo período y con índices de aprobación muy bajos. El congresista de Illinois, Adam Kinzinter, uno de los 10 republicanos que votaron por la destitución del presidente, está formando un comité de acción política para ayudar a quitarle el partido a los aliados de Trump. Flake sigue haciendo apariciones en los medios y las usa para restarle fuerza a Trump en el partido republicano.

Trump y sus aliados no han mostrado interés en ceder el control. La pregunta, explica el excongresista Jim Renacci de Ohio, es si Trump necesita seguir siendo el líder del partido republicano o uno de los líderes de un movimiento político dentro del partido que está muy identificado con Trump.

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No creo que necesite ser el líder. Creo que sólo necesita hacer que el movimiento siga creciendo”, dice Renacci, quien agrega: “Creo que hay gente que está harta del país y de su liderazgo, y creo que se están hartando más ahora que el presidente Biden está firmando órdenes ejecutivas para deshacer cosas que la gente pensaba que eran buenas para el país”.

Renacci comparó la situación con los Beatles puesto que Trump podría ser un miembro de las estrellas líderes republicanas o el republicano estrella; es decir, uno de los Beatles, o el Beatle.

Renacci mismo se considera un republicano seguidor de Trump y podría terminar trabajando para lograr que Trump mantenga su fuerza dentro del partido. Está pensando si contender para un asiento abierto en el senado por Ohio, o retar al gobernador del estado, Mike DeWine, en las primarias republicana. DeWine tuvo algunos enfrentamientos con Trump en el pasado.

Gaetz, en una serie de textos para The Guardian, dijo: “Al parecer los republicanos de la cámara baja se están preparando para una especie de guerra civil”. Explicó que cuando Cheney cayó de la gracia de los republicanos no fue cuando votó para destituir a Trump sino cuando se “lanzó por” el congresista de Kentucky Thomas Massie.

Gaetz dijo que los oponentes de los republicanos antiTrump deberían empezar su campaña.

“Es momento de salir a hacer campaña para descubrir qué somos como partido, y como vieron en Wyoming, me encanta hacer campaña”, continuó Gaetz. “Kinzinger empezó ya su comité de acción política. Está en su derecho. Sin embargo, esto nos dice mucho. Cuando el Establishment Neocon, los neoconservadores, se movilizan se convierten en comités de acción política, PAC, como primer instinto. America First Populists se dirigen a la gente, como lo hice yo en Wyoming, con gran éxito”.

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Por otra parte, un ex asesor del exvicepresidente Mike Pence, dice que el cofre de guerra de Trump es sustancial. Si el expresidente usara ese dinero para patrocinar a un rival republicano de alguien, en este caso Kemp, el operativo de Kemp estaría arruinado.

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