Un reporte revela que la policía colombiana asesinó a 86 personas el año pasado
Se ve a la policía de Bogotá durante una manifestación el 23 de febrero. Fotografía: Juan Barreto / AFP / Getty Images

Oficiales de la policía en Colombia mataron a 86 personas el año pasado, de acuerdo con una ONG local que reportó abusos “estructurales y sistemáticos” por parte de la fuerza policial del país sudamericano.

Temblores, una organización no gubernamental que monitorea la violencia del estado, también documentó 7,992 casos de agresión y 30 casos de violencia sexual, las víctimas más frecuentes fueron las comunidades de migrantes y de afrocolombianos.

“Esta violencia no sólo sucede por unas cuantas hierbas malas, es parte de la arquitectura del estado colombiano”, dijo Alejandro Lanz, director del observatorio de la violencia policial en el grupo.

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El reporte motivó a los políticos de oposición y a activistas a pedirle al gobierno el miércoles que terminaran con los abusos, muchos tuitearon con el hashtag #ReformaPolicialYa.

“La ausencia de legitimidad sobre la Policía, los graves abusos, la impunidad y la presión del ESMAD sobre la protesta social, son una vergüenza”, escribió María José Pizarro, una congresista de oposición, el miércoles. “Sin confianza no hay seguridad y tampoco autoridad”.

La violencia policial es endémica en Latinoamérica, donde las protestas suelen recibirse con fuerza letal, y los oficiales de la policía desde México hasta Brasil suelen estar involucrados con crímenes violentos y participar en ejecuciones extrajudiciales sin impunidad.

En septiembre del año pasado, surgieron protestas en varias ciudades de Colombia después de que la policía asesinó al abogado Javier Ordóñez. Los videos sobre del incidente se hicieron virales: Los policías sometieron a Ordóñez y lo electrocutaron repetidamente con una Taser durante dos minutos, mientras rogaba: “Por favor, ya basta”.

Trece personas fueron asesinadas, y cientos más lesionadas por oficiales de la policía durante el desconcierto en Bogotá, la capital, y la ciudad cercana de Soacha, mientras que decenas de comisarías de la policía fueron vandalizadas e incendiadas.

Dos oficiales se pusieron bajo investigación por su papel en la muerte de Ordóñez, pero hasta ahora no hay sentencias.

Las cifras publicadas el miércoles también muestran que la policía suele cometer malas prácticas de investigación, y no considerar casos de abusos por parte de los oficiales.

“Sabemos por los reportes de la prensa y otras fuentes que por lo menos diez personas murieron en las protestas de septiembre, pero los registros del estado aseguran que fueron sólo cinco“, dijo Lanz. “Los números de abusos policiales son mucho más altos de lo que reporta el estado”.

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Desde hace mucho tiempo, tanto la policía como el ejército de Colombia han sido acusados de violaciones de los derechos humanos, de las cuales muchas se cometieron bajo el pretexto de la guerra civil del país con grupos insurgentes de izquierda como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El gobierno firmó un acuerdo de paz con las FARC en 2016, aunque persiste la violencia en todo el país.

Un código de la policía publicado después del acuerdo le otorga a los oficiales un alcance más amplio para multar a las personas, algo que según Lanz envalentonó a la policía. Ordóñez, el hombre asesinado en septiembre, fue detenido inicialmente por beber alcohol en la vía pública, algo que prohíbe el nuevo código.

“Después, con el confinamiento por el Covid que comenzó el año pasado, la policía obtuvo más control sobre quién puede estar en el espacio público“, dijo Lanz.

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