Personaje del mes: Perú
Personaje del mes: Perú

En sus últimas horas como presidente de Perú, Pedro Castillo, de 53 años, intentó disolver el Congreso de su país, intervenir el sistema de justicia y declarar un gobierno de excepción en un mensaje a la nación que dio el 7 de diciembre pasado, por lo que los demás poderes intervinieron de inmediato. Fue destituido por el Congreso, detenido en flagrancia y actualmente se encuentra en prisión preventiva y se le acusa por rebelión y conspiración, delitos por los que podría alcanzar una pena de 10 a 20 años de cárcel.

Su esposa y sus hijos llegaron a México la tercera semana de diciembre al aceptar el asilo que ofreció el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien considera a Castillo un perseguido político y no ha reconocido el gobierno de Dina Boluarte. Las declaraciones y el papel que ha tomado México detonaron que el actual gobierno de Perú declarase personan non grata al embajador Pablo Monroy, quien tuvo tan solo 72 horas para salir del país.

En medio de la tensión, las relaciones diplomáticas entre México y Perú se mantienen, de hecho, la embajada mexicana permanece abierta con una persona como encargada de despacho, pero desde Perú no han visto con buenos ojos que AMLO haga ver a Pedro Castillo como una víctima.

No ha sido la única muestra de apoyo Castillo desde el exterior. Los gobiernos como el de Gustavo Petro, en Colombia, Alberto Fernández, en Argentina; Luis Alberto Arce, en Bolivia, y del gobierno de Xiomara Castro, en Honduras, han expresado su preocupación por lo que ocurre en el país andino.

Tras la destitución del presidente surgieron protestas en el sur del país, hubo bloqueo de carreteras y se comenzó a cerrar los aeropuertos por ataques dirigidos a estos puntos de comunicación. Los aeropuertos de Juliaca, Arequipa, Cuzco y Ayacucho estuvieron cerrados como medidas de seguridad, lo que encendió las alarmas entre los visitantes del Perú.

El gobierno de Dina Boluarte ordenó el despliegue de las Fuerzas Armadas para intentar mitigar las protestas, causando la muerte de al menos 26 personas hasta el19 de diciembre pasado.

Por la importancia de las relaciones entre México y Perú y la crisis política que enfrenta este país, en La-Lista lo elegimos como personaje del mes.

El origen de Pedro Castillo

Pedro Castillo llegó a la presidencia de Perú, abanderado por el partido de izquierda Perú Libre, en una segunda vuelta electoral ante Keiko Fujimori, cuyo partido, Fuerza Popular, logró conquistar la mayoría 130 lugares del Congreso.

El periodista político Jonathan Castro, editor del podcast La Encerrona, explicó en entrevista que Pedro Castillo era un actor relativamente nuevo en la política peruana cuando llegó a la presidencia. Había destacado por haber dirigido una protesta de un sector de los maestros en 2017 y después de eso, se afilió al Partido Libre para postular a la presidencia, pero con un apoyo sumamente débil.

Cuando llegó a la Presidencia, la bancada que lo apoyaba no estaba cohesionada, no tenía una organización sólida ni lealtad hacia él, explica Castro. “En ese contexto, Castillo era un presidente débil. Desde el inicio de su gobierno él se ve retado por una oposición que lo interpela por varias cosas que pasaban hacia él: uno, el racismo hacia un presidente que viene del campo, sin una preparación profesional muy sólida, pero eso, a la vez, no era un tema que fuera despejado por buenas decisiones o porque alguien lo asesorara bien. Los nombramientos de su gobierno eran calamitosos, eran personas que sabían poco o nada de gestión pública, ni siquiera sido habían sido asesores en una municipalidad cuando entraron de frente a manejar los ministerios”.

Castro, agrega, empezó a nombrar personas que no tenían ninguna trayectoria, simplemente porque eran personas de su entera confianza, sus paisanos. Su gobierno se volvió inoperante y se vio envuelto en presuntos actos de corrupción por parte de funcionarios de su admnistración, entre los que estaban familiares y amigos. De estos, algunos se encuentran en fuga por las investigaciones que enfrentan.

“Todo es cocktail, esos tres componentes en los que no se puede negar ninguno porque a la vez que había discriminación, a la vez había un mal gobierno y a la vez había corrupción. Ese fue el detonante para que la oposición más dura en el Congreso quiera vacar. y estaba la amenaza de la vacancia casi desde el inicio de su gobierno”, señala Castro.

El golpe de Estado

Ante el escenario adverso que enfrentaba su gobierno, dos intentos previos del Congreso por removerlo y un deslinde del partido que lo había llevado a la presidencia, Pedro Castillo dio un mensaje a la nación el 7 de diciembre en el que intenta declarar un gobierno de excepción, lo cual detona su remoción.

El periodista Orlando Castillo explica cómo funciona el sistema político del Perú y cómo el Congreso funge como un órgano de control al presidente en turno, por qué la decisión de Castillo es inconstitucional y es detenido en flagrancia.

¿Cómo puede el presidente cerrar el Congreso? El periodista peruano explica que cuando el presidente nombra a un presidente de consejo de ministros, lo que se conoce como un jefe de gabinete, este expone la política de gobierno al Congreso y pide el voto de confianza. Si el Congreso se lo niega, el presidente debe armar otro gabinete, mandarlo nuevamente al Congreso y si en ese momento, el Congreso le dice no por segunda vez, constitucionalmente el presidente puede cerrar el Congreso.

¿Cómo puede vacar el congreso  al presidente? El presidente solo puede ser destituido por traición a la patria, por impedir el funcionamiento del Congreso, por impedir las elecciones generales o por incapacidad moral permanente, comenta Castillo, pero este concepto de la incapacidad moral permanente es muy ambiguo, pide 87 votos, de 130 que quienes integran el Congreso, y puede vacar al presidente más allá de que sea muy moral o no.

“Algunos abogados piden que se establezca la figura de juicio político al presidente, como en Estados Unidos o en otros países”, explica Castillo. “Lo que se está tratando aquí es cómo hacer que estas figuras convivan, que el Congreso no sea una obstrucción al Poder Ejecutivo y que tampoco el Poder Ejecutivo pueda intervenir en el Congreso y esto requiere de una reforma constitucional que no se ha dado”.

Ante un tercer intento del Congreso por vacarlo, Pedro Castillo decidió adelantarse e intentar instalar un gobierno de excepción.

“Claramente, él dio un golpe de Estado”, afirma el periodista peruano. “Lo que hizo él fue lo mismo que hizo Fujimori el 5 de abril de 1992, un mensaje a la nación donde disuelve al Congreso de la República e intervienen diversas instituciones del Estado

“Hay un presidente que quiso quebrar el orden constitucional. Recordemos que si hubiera prosperado lo que Castillo quiso hacer hoy en el Perú estuviéramos en una dictadura porque él estuviera gobernando, dictando leyes sin contrapeso del Congreso, podría proponer nacionalizaciones, estatizaciones, intervenciones, todo lo que él quiera sin que nadie le diga: señor, eso no se puede; señor, eso es ilegal; señor, esto viola la constitución. Porque es lo que hace un dictador, dictar leyes y hacer que se cumplan. Eso es lo que hay que tener en cuenta. Si Castillo hubiera salido adelante con su plan, hoy el Perú estuviera en un régimen dictatorial”, afirma Castillo.

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Personaje del mes: Perú
El apoyo internacional a Pedro Castillo

A pesar de haber intentado instalar un gobierno de excepción, Pedro Castillo recibió muestras de apoyo de los gobiernos de México, Colombia, Honduras y Argentina, en donde el gobierno del presidente AMLO se negó a reconocer la presidencia de Dina Boluarte, nombrada por el Congreso del Perú luego de la detención de Pedro Castillo.

Las declaraciones que hizo y la oferta de asilo a Pedro Castillo y su familia fueron consideradas como una intromisión en la política interna del Perú que llevó a la expulsión del embajador mexicano.

“Nosotros hemos visto ya hace algún tiempo que Pedro Castillo buscó tener un respaldo de los presidentes latinoamericanos y una legitimación de su gobierno a través de diferentes encuentros. En muchos casos no tuvo tanto éxito porque el Congreso no le permitió asistir a algunos eventos en los cuales iba a haber encuentros de presidentes”, comenta Jonathan Castro.

“Hacia algún tiempo sí se veía que la figura de López Obrador era una especie de tutor de Castillo en varios momentos. Hay una lectura de que esto es parte de una intervención de López Obrador en la política peruana, lo cual es mal visto, sobre todo porque está bastante desinformada y sintetiza las cosas como que Castillo es una víctima y una gente sin responsabilidad en el desastre. Es el estilo de hacer que las cosas se refieran sobre otras personas pero para que la conversación gire en torno a él“, agrega el periodista político.

Las protestas

Luego de la salida de Pedro Castillo, surgieron protestas en el sur del país exigiendo elecciones de forma inmediata.

Lo que llamó la atención para algunos fue que ciertas acciones parecieron coordinadas para afectar seriamente y poner en jaque al incipiente gobierno de Dina Boluarte. Comenzó el cierre de carreteras y los ataques a los aeropuertos que obligaron a su cierre. En respuesta, la presidenta ordenó el despliegue de la policía y las Fuerzas Armadas para recuperar las vías de comunicación, pero en ese uso de la fuerza ocurrieron al menos 26 asesinatos, algunos de personas que ni siquiera estaban involucradas en las manifestaciones.

“Las protestas fueron subiendo en violencia y lamentablemente, fueron también subiendo el número de muertes. Se habla de gente que simplemente estaba parada saliendo de su casa y recibió un impacto de bala”, comentó Orlando Castillo.

El periodista peruano agrega que la estrategia de atacar locales públicos, aeropuertos y carreteras no es espontánea, requiere de una coordinación, y en algunas zonas donde se han producido estos hechos hay presencia de minería ilegal, del narcotráfico, e incluso gente ligada al terrorismo infiltrada para tratar de chantajear al Estado.

Con él coincide Jonathan Castro, quien dice que se mezclan varias cosas: la gente que apoyaba a Castillo, la que apoyaba al Congreso, la que rechaza el Congreso, más la gente que tiene agendas particulares en diferentes zonas del país.

“Porque no hay una cabeza visible, no hay una organización visible, sino son un montón de organizaciones, un montón de personas sin un liderazgo organizado y en el cual se mezclan demandas de cada región del país, existen mineros ilegales que se han plegado a las marchas aprovechando la situación, existen sectores radicales que quieren usar la violencia, y ha sido una mezcla de muchos factores que hacen complejo poder contener o dialogar”, señala el editor del podcasr La Encerrona.

Tras la salida de Pedro Castillo del poder hubo dos posturas políticas: una que exige elecciones de forma inmediata y otra que busca que se hagan las reformas constitucionales que se requieren para llegar a las elecciones con un nuevo marco legal.

Boluarte ha dicho que adelantará las elecciones a abril de 2024, sin embargo para algunos, estos meses por venir se ven muy largos ante el escenario político que enfrenta el país.

“Parecen mucho tiempo los 15 meses que habría de aquí a las elecciones. Yo entendería que conforme pasen los días y se explique un poco más por qué las elecciones tienen que ser en ese tiempo y las reformas que va a haber. Esperemos que los que están protestando y pedían nuevas elecciones, digan ok, elecciones en 15 meses, esperemos que la situación se calme”, confía Jonathan Castro.

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