Hay policías mexiquenses que todos los días se la "rifan" para intentar terminar con el estigma de violencia en la entidad.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, entre enero y marzo de 2022 en el Estado de México los robos aumentaron al pasar de 32 mil 623 a 34 mil 374, es decir, hubo mil 751 más, eso sin contar todos los que no se denuncian.
Entre ellos, los registrados día con día en el transporte público con sujetos que utilizan la trillada frase “ya se la saben mi gente”, lamentable.
A pesar de esto hay policías mexiquenses que todos los días se la “rifan” para intentar terminar con el estigma de violencia en la entidad. Tal es el caso del oficial Tapia y su compañero Flores.
El pasado 13 de julio, mientras realizaban un patrullaje en Periférico Boulevard Manuel Ávila Camacho, les llegó un reporte desde el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5) del robo de una camioneta de paquetería. Identificaron el vehículo e iniciaron una persecución. Durante el recorrido detectaron que un auto de lujo iba escoltando la unidad robada.
Tras 10 minutos de dar vueltas e intentar despistar a los agentes en la calle Cuautepec, en el municipio mexiquense de Tultitlán, los vehículos fueron cercados por tres unidades y 10 elementos.
La camioneta fue abandonada en un predio donde fueron dejados algunos de los paquetes que transportaba.
El auto de alta gama intentó escapar, Tapia le hizo frente y aceleró. En ese momento pensó lo peor, sin embargo, los sujetos se rindieron y fueron sometidos.
Los sospechosos fueron identificados como Héctor “N” y Gabriel “N”, de 29 y 23 años, fueron puestos a disposición del Ministerio Público para deslindar responsabilidades.
También aseguraron un arma de fuego tipo pluma calibre 22, cartuchos útiles, un cuchillo de 18 centímetros de largo y un inhibidor de señales de 10 antenas.
Las pequeñas hijas de Tapia y Flores los impulsan a seguir trabajando del lado de los buenos.
Entre las historias que se cuentan en la policía mexiquense se encuentra la de un grupo de uniformados a quienes les ofrecieron medio millón de pesos para dejar libre a un hombre, pero no aceptaron.
En las filas de la Secretaría de Seguridad del Estado de México hay profesionistas que se unieron a la policía porque ganan más, cuidando la vida de millones de personas que no conocen pero que saben que son importantes.
La adrenalina es su motor para seguir, a pesar del riesgo que conlleva ser policía en el Estado de México.
Cambio y fuera.
Los policías solicitaron no revelar su identidad.
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También fue extécnico del Barcelona y del Atlético de Madrid.