Deporte, antídoto contra la violencia

El tema de la violencia es, sin exagerar, uno que comenta a diario la sociedad entera, sin importar condición social o geografía, y los medios de comunicación consagran prácticamente todo su tiempo para la cobertura de hechos derivados de una inseguridad rampante y que en muchos sentidos tiñe de rojo al país.

A la par, los debates intestinos entre partidos políticos y órdenes de gobierno para determinar cuál es la mejor estrategia para combatir la violencia y la inseguridad en México han sido muchos y variados, pero también inútiles.

Durante semanas, los legisladores federales se han enfrascado en discusiones tan acaloradas como fútiles para determinar si es conveniente que la Guardia Nacional actúe bajo mandos militares, con el riesgo que ello conlleva.

Así pasan los meses, los años y los lustros, y México permanece inmerso en una vorágine de violencia, sin que nadie la logre ni detener, mucho menos revertir.

En días pasados se realizó una serie de encuentros en el Comité Olímpico Mexicano (COM) y en el Auditorio  Aurora Jiménez del Recinto Legislativo de San Lázaro, bajo el nombre de Jornadas sobre Políticas y Planes de Protección de la Niñez y Adolescencia en el Deporte. En ellos, la coincidencia fue unánime: el deporte es el antídoto contra la violencia y su práctica masiva podría no solo erradicarla, sino también contribuir de manera eficaz en la restauración del tejido social, muy deteriorado, por cierto, en el caso de México.

Especialistas de Iberoamérica, con apoyo de estudios y casos de éxito, dieron cuenta de cómo el deporte es fundamental en el desarrollo de una nación y la estabilidad de su sociedad, en pocas palabras, el único salvavidas que tiene el país, para salir del escollo en el que se encuentra.

En países como España y Chile, el deporte es considerado parte sustancial de sus políticas públicas y por ello tienen constituidas Secretarías de Estado o Ministerios del Deporte, no comisiones como es el caso de México.

Es impostergable apoyar la actividad deportiva en México, elevar su rango en la estructura de gobierno y que los medios de comunicación se sumen a toda estrategia y esfuerzo para hacer del deporte el gran antídoto para erradicar la violencia, y que lo ha convertido en uno de los países donde más crímenes se cometen en el mundo.

No dejó de llamar la atención que al encuentro, que estuvo bajo el liderazgo de María José Alcalá, presidenta de la Comisión de Deporte de la Cámara de Diputados y presidenta del COM, se sumarán legisladores, deportistas, clubes, federaciones y entidades sociales y deportivas, incluyendo representantes de países como España, Chile y Uruguay, para debatir sobre el valor que tiene el deporte para la consolidación social y que esta se desarrolle en paz, en un entorno seguro y de prosperidad.

De acuerdo con The Aspen Institute México, asociación civil que promueve la reflexión, el debate y la discusión sobre temas torales como la práctica del deporte, solo el 18% de los niños y adolescentes en México realizan alguna actividad física, según los estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Es un porcentaje mucho menor a la media de sus naciones miembro.

Atender iniciativas como la de María José Alcalá y respaldada por el secretario de Estado-Presidente del Consejo Superior de Deportes de España, José Manuel Franco Pardo, en el caso de las Jornadas sobre Políticas y Planes de Protección de la Niñez y Adolescencia en el Deporte, debe ser una práctica en México, tomando en cuenta que la práctica deportiva si es una alternativa viable para erradicar la violencia en el país.

Así pues, los actores políticos y sociales tienen en el deporte el aliado más poderoso para recuperar a un país que atraviesa uno de sus episodios más oscuros en materia de seguridad. El ejemplo que está dando el Comité Olímpico Mexicano y la organización The Aspen Institute México deben ser tomados en cuenta para que cuento antes el país ocupe el lugar que se merece entre las naciones democráticas modelo en el mundo.