¿A quién le importa el derecho a la transparencia y acceso a la información?

Pareciera que, de tanto reaccionar ante intentos por desmantelar la democracia por parte del gobierno, nos hemos olvidado de impulsar exigencias al poder, la cual podría ser una agenda de cara a 2024. La falta de planteamientos claros parece ser entendida por los partidos como una carta blanca para seguir haciendo y deshaciendo a su antojo.

Primer evento que lo confirma: el conato de reforma constitucional para debilitar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), mostrando que los partidos parecen más interesados en preservar sus privilegios para designar candidaturas, en lugar de “abrirse a la ciudadanía” como pretenden algunas organizaciones.

El segundo evento refleja, además, la escasa comprensión de la llamada sociedad civil para asumir las responsabilidades que conlleva la condición de ciudadanía: el desgaste al que se está sometiendo al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), al no designarse tres personas comisionadas. Podemos culpar con justicia a Morena no solo por su omisión y el cinismo de varios legisladores y funcionarios, pero ¿qué tanto interés tiene la oposición para defender un derecho que les resulta incómodo, dado que les resta márgenes de discrecionalidad?

A eso sumemos el enredo judicial que ha traído consigo el impasse en dos tiempos: las personas que fueron vetadas por el presidente promovieron amparos, otorgándosele la suspensión provisional a una y a otra negándosele. Por otra parte, el juzgado 17 federal emitió una resolución para que Ricardo Monreal, por negarse a acatar la resolución que obliga a esa Cámara a elegir a los dos integrantes de ese órgano autónomo pendientes desde marzo del año pasado.

Mientras en el Senado están enfrentados por la respuesta que el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena le haya enviado al juzgado, el desacato puede provocar sanciones a la institución y hasta inhabilitación de personas funcionarias. ¿Después? Si sigue el impasse, el problema subirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde se emitirá otra instrucción. La pregunta es si realmente le importará a Morena o al presidente.

Pero, ¿por qué tienen éxito el ejecutivo y su partido? Sencillo: la ciudadanía no entiende por qué es importante. De esa forma, el gobierno puede manipular un discurso moral para desacreditar a la oposición. Veámoslo con cinismo: si este tipo de temas son resultado de presiones por parte de la ciudadanía, ¿dónde está la movilización y la presión de grupos que se autoproclaman ciudadanos?