México necesita una Suprema Corte fuerte, valiente e independiente

La primera parte del “plan b” con el que Andrés Manuel López Obrador intentó destruir la democracia se ha caído y por eso está desesperado. Los ataques desde Palacio Nacional contra los nueve ministros que votaron por invalidar la reforma electoral son el claro ejemplo de la obsesión presidencial por concentrar todo el poder y, sobre todo, demuestra desconocimiento sobre la necesidad de preservar el poder trifurcado.

Lo que se discutió en la Corte es el ejemplo real del control constitucional y un alto a los abusos del poder presidencial. Los nueve ministros valientes hicieron un análisis meticuloso sobre todos los abusos que se cometieron por parte de los legisladores de Morena y sus partidos aliados.

El presidente López Obrador y Morena han utilizado al Poder Legislativo como una oficialía de partes. No cumplen con las formalidades del proceso parlamentario y no se escucha al pueblo de México, sólo levantan la mano para aprobar aberraciones. El “plan b” es el claro ejemplo de que, con tal de complacer los caprichos del presidente, los legisladores del régimen se ponen de rodillas y obedecen ciegamente.

Es innegable que la Corte ha hecho un trabajo excepcional con la sentencia de este lunes. Ya basta de que se amedrente a los ministros desde Palacio Nacional. Su tarea es preservar la legalidad y a la Constitución, no cumplir con necedades que sólo dañan a México.

El primer mandatario debe entender que no debe amenazar a los ministros de la Suprema Corte, que la trifurcación del poder público es necesaria y sana para la vida democrática de nuestro país.

Sin duda, la Suprema Corte está respaldada por millones de mexicanos que están cansados de la corrupción de Morena. Quienes respaldan al Alto Tribunal son los mexicanos que exigen que se respete la Constitución. Quienes respaldan a las ministras y ministros son los millones de mexicanos que quieren una democracia fuerte para que cada voto cuente. Quienes respaldan a la SCJN son todos los mexicanos libres que salieron a marchar en esa marea rosa que es más fuerte que la politiquería de Palacio Nacional.

Yo también respaldo a las ministras y a los ministros porque sé que la decisión que tomaron fue conscientes de su importancia en este momento histórico. Hoy, México requiere de un Poder Judicial independiente y valiente que haga valer la Constitución. México lo necesita.

Felicidades a las y los ministros que por encima de las presiones hacen honor a su cargo y dan una luz de esperanza al pueblo de México:

1. Norma Lucía Piña Hernández

2. Alberto Pérez Dayán (ponente)

3. Ana Margarita Ríos Farjat

4. Juan Luis González Alcántara Carrancá

5. Luis María Aguilar Morales

6. Arturo Zaldívar Lelo de Larrea

7. Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena

8. Jorge Mario Pardo Rebolledo

9. Javier Laynez Potisek 

Gracias por su compromiso con la defensa de la Constitución y la legalidad.