Flagrante elección de Estado

El presidente López Obrador repite constantemente que “no se va involucrar en política” tanto de otras naciones como en los procesos internos. La realidad es otra, de manera internacional hemos visto su injerencia, el incidente más reciente es el multisonado caso con el gobierno de Ecuador y el asilo al expresidente Jorge Glas y lo suscitado posteriormente.

Lo mismo pasa en la política local, desde la pre, pre, pre campaña ha vertido comentarios a favor de su partido y candidatas y candidatos y en contra de la oposición; también desde su tribuna matutina diaria promociona a los programas sociales a manera coacción y a “cómo estamos mejor con este gobierno” y las maravillas de la continuidad. Esto es una evidente intromisión al proceso electoral actual.

Con estas acciones, el presidente lleva a cabo una “elección de Estado” de diccionario: se refiere a la manipulación del proceso electoral por parte del gobierno en turno para favorecer a su(s) candidatura(s) y partido. Esto incluye el uso de recursos públicos en la campaña, la coacción de votantes, la limitación de la libertad de prensa y la obstrucción de la participación de partidos de oposición.

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Ante esta clara injerencia en el proceso, los partidos y candidatos de oposición han realizado múltiples denuncias ante el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y los veredictos de estas instancias han sido a favor. En lo que va del proceso electoral, en al menos 30 ocasiones el TEPJF ha determinado que el presidente ha incurrido en actos que violan la normativa electoral vigente, siendo la más álgida y común el uso de “las mañaneras” para explicitar el apoyo a Claudia Sheinbaum.

En este sentido, el presidente ha negado estos actos y ha contraatacado al árbitro electoral señalando censura y límites de la libertad de expresión. Aunado a esto, a manera de mofa, ha utilizado estas conferencias diarias para “dar clases” de historia, “para que no me regañen”, dice el mandatario. La realidad es que López Obrador sigue y va a seguir con el apoyo flagrante a Sheinbaum y todos sus candidatos.

Hace algunos ayeres el presidente se quejaba de las mismas cosas que hoy realiza a diestra siniestra a la -n- potencia. Recordar que estas prácticas solo debilitan y socavan a nuestra democracia, erosionan al sistema electoral y hace que millones de ciudadanos perdamos la confianza en los procesos electorales.

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