Opinión The Guardian

Fui testigo de un extraordinario acto de bondad. ¿Y si el altruismo es más común de lo que pensamos?

Cuando una persona prácticamente desconocida ayudó a mi abuelo, me recordó que, a pesar de todo lo malo que hay en el mundo, entre bastidores se esconden historias jamás contadas de bondad extraordinaria.

Publicado por:

Hace poco recibí una buena noticia. Mi abuelo de 91 años me llamó para probar su nuevo aparato auditivo. Por primera vez en mucho tiempo, pudo escuchar mi voz. Nos hizo mucha ilusión a los dos.

Él y mi abuela llevaban más de un mes intentando sustituir su antiguo aparato auditivo, pero las instrucciones confusas, las explicaciones impacientes y el hardware defectuoso hicieron que casi se dieran por vencidos. Ahora me tenían en el altavoz y me ponían al día con voz emocionada. Esta vez su historia no me causó compasión, sino alegría.

No tardé en darme cuenta de que no era solo el aparato auditivo lo que les hacía sonreír, sino la persona que había detrás: su nueva audióloga, Anna.

A diferencia de los anteriores proveedores con los que habían tratado, Anna les dio dos regalos milagrosos: tiempo y atención. No asumió, como lo hizo otro audiólogo, que como un aparato auditivo funcionaba en su consultorio, funcionaría en el oído de mi abuelo, o que si él podía hacerlo funcionar en la clínica, mi abuelo podría hacerlo funcionar en casa.

Anna no solo se aseguró de que el nuevo aparato auditivo funcionara como debía, sino que se ofreció a ir al departamento de mis abuelos para enseñarles –enseñarles de verdad– cómo usarlo.

Al principio sugirió pasar por el departamento antes de que ella empezara a trabajar, pero le preocupaba que si el tráfico la hacía llegar tarde tendrían demasiada prisa. Al final decidió ir un viernes después del trabajo. Recogería a su hijo e iría directamente a su casa. Ellos protestaron. Mi abuelo preguntó por qué haría algo así. Anna respondió: ¿por qué no?

Esta amabilidad puede parecer rara, incluso inverosímil, pero desde entonces me pregunto: ¿y si es más común de lo que pensamos?

Todo empezó con una investigación que demostraba que la gente suele subestimar la disposición de los extraños a entablar una relación o incluso una amistad. Después, encontré un estudio que sugería que la cobertura informativa de los temas de actualidad tiende a ser más negativa que positiva porque el ser humano suele prestar más atención a los estímulos negativos.

Desde una perspectiva evolutiva, esto tiene sentido: puesto que los estímulos positivos no suponen una amenaza para nuestra supervivencia, no merecen tanta atención. Pero si las noticias negativas llaman más la atención, recibirán más cobertura, y si reciben más cobertura, podríamos comenzar a pensar que el mundo es un lugar más negativo de lo que realmente es. Esto nos afectará a nivel individual y colectivo.

Me pregunto con qué frecuencia mi propia atención me lleva a fijarme en estímulos e historias negativas en detrimento de las positivas. Me pregunto si presto más atención a las historias negativas que cuentan mis amigos y familiares que a las positivas, y si yo también soy más proclive a contar historias negativas.

¿Qué pasa con todas las pequeñas historias que solo nos contamos a nosotros mismos? ¿Son más negativas de lo necesario? ¿Y si no ofendiste a esta persona o decepcionaste a aquella otra? ¿Y si ese amigo no te ha guardado rencor? ¿Y si tus padres están orgullosos de ti?

Las historias negativas pueden atraer nuestra atención y prepararnos para la decepción. Pero si no nos interesamos también por las positivas, pueden llevarnos a ser más cínicos, estar más a la defensiva y tener menos esperanzas de las que necesitamos; pueden cerrar nuestra mente a posibilidades más felices e igual de probables.

Es posible que no pensemos que estar equivocados es algo que a nadie le gustaría, pero estar equivocado –aunque solo sea la posibilidad– puede ser algo maravilloso.

Quizás nadie se ha dado cuenta siquiera del defecto que, cuando te miras al espejo, es lo único que ves. Quizás podrías haber conseguido ese trabajo; quizás lo conseguirás. Tal vez a ese nuevo vecino le gustaría ser tu amigo. Tal vez esa cita te volverá a llamar.

Y quizás todavía hay esperanza para el planeta. Quizás a algunos líderes sí les importa; quizás podemos marcar la diferencia. Puede que incluso las pequeñas cosas, como darnos cuenta de que con frecuencia nos equivocamos, prestar más atención a las buenas noticias o compartirlas, nos ayudarán.

Si Anna llegó antes o después de las siete de la tarde depende de a quién le preguntes, pero mis abuelos afirman con certeza que se quedó 90 minutos. NOVENTA MINUTOS, me dijeron, con voces llenas de asombro y alegría. Es más, no les cobró ni un solo minuto.

Anna comprendió que para alguien prácticamente sin audición en un oído y con una grave discapacidad auditiva en el otro, hablar rápido era como hablar en un idioma extranjero, y cuando se lo dijo a mi abuelo, por fin se sintió comprendido. Ella no solo sabía que él necesitaba paciencia, sino que estaba dispuesta a ofrecérsela. Le habló despacio, dándole tiempo a su cerebro para rellenar los espacios que dejaban las palabras que él no alcanzaba a captar. Lo escuchó, lo comprendió, lo trató con amabilidad y respeto.

La actitud de Anna fue extraordinaria. Fue más allá de su deber y, cuando se fue, se negó a aceptar nada más que palabras como agradecimiento.

¿Por qué hacer algo así por unos prácticamente desconocidos? En palabras de Anna, ¿por qué no?

Y cuando presenciamos o escuchamos sobre un acto amable, ¿por qué no hacer una llamada telefónica, contárselo a un amigo?

Por qué no recordarnos a nosotros mismos que, a pesar de todo lo malo que hay en el mundo y en las noticias, entre bastidores, en la vida ordinaria de las personas, se esconden historias jamás contadas de un bien extraordinario.

Emma Wilkins es periodista y escritora independiente de Tasmania.

Entradas recientes

  • Política

#ExigeATuCandidat@: La-Lista de demandas de seguridad a las y los candidatos

Fortalecimiento de capacidades civiles para atender la violencia, apertura al diálogo y mayor seguridad, son algunas de sus demandas

19 mayo, 2024
  • Opinión

No es un Domingo cualquiera

El último de los Vargas Rubio, Domingo, murió a los 104 años. Las últimas semanas he escrito, amorosamente, de personas…

19 mayo, 2024
  • The Guardian

Mi prometido murió el día de nuestra boda y luego descubrí su vida secreta

Fue como estar atrapada en una película, con un giro argumental espantoso, el descubrir que mi prometido murió el día…

19 mayo, 2024
  • Opinión

Xóchitl le hizo la campaña a Máynez

Ni Máynez ni Dante Delgado -el verdadero dueño de esta candidatura-, tienen un incentivo para declinar, cuando pasaron de 3%…

19 mayo, 2024
  • Poder

Atentan contra dos candidatos municipales en Chiapas

Resultaron ilesos, sin embargo, hay varias personas heridas.

18 mayo, 2024
  • México

Doble Hoy No Circula mañana domingo 19 de mayo por Contingencia Ambiental

De nueva cuenta se aplicó la medida contra la contaminación.

18 mayo, 2024