Kamala Harris sabe algo: los AirPods son malos Kamala Harris sabe algo: los AirPods son malos
Lo dicen todas las personas más inteligentes en tecnología y seguridad: los audífonos alámbricos simplemente son mejores que los inalámbricos. Foto: Westend61/Getty Images

Los AirPods son malos, gente. Lo he dicho durante años. En 2016, cuando Apple lanzó por primera vez estos accesorios demasiado costosos, escribí que los audífonos inalámbricos eran como los tampones sin hilo, ya que les faltaba la característica crucial que te ayuda a encontrarlos cuando los necesitas.

Con el paso de los años, me he aferrado incondicionalmente a mis sets de audífonos alámbricos. (Digo sets de audífonos, en plural, porque necesito dos pares, uno para conectarlo a la entrada de audífonos de mi laptop y otro para conectarlo a la entrada de no audífonos de mi iPhone. Con frecuencia pienso que las personas a las que no escucho en las llamadas de Zoom están silenciadas cuando en realidad solo tengo el par de audífonos equivocado en mis oídos. No me importa; no voy a cambiar).

Ahora, todas las personas más inteligentes en materia de tecnología y seguridad también lo dicen: los audífonos alámbricos simplemente son mejores que los inalámbricos.

Este momento de apreciación por los humildes audífonos intrauriculares alámbricos (sigo prefiriendo la versión de Apple, que con un precio de 19 dólares cuesta un poco más del 10% de los AirPods de tercera generación) llega por cortesía de un mensaje peculiarmente desagradable de Politico sobre la preferencia de Kamala Harris por los audífonos alámbricos en lugar de los inalámbricos.

“Kamala Harris le tiene fobia al Bluetooth”, se lee en el titular del artículo, que continúa informando que Harris utiliza audífonos alámbricos con su teléfono celular porque “sintió” y “cree” que los audífonos Bluetooth son una amenaza para la seguridad.

El artículo cita una fuente no identificada que describe su aversión como “un poco paranoica” y se pregunta si “alguien que viaja con el balón nuclear” debería arriesgarse a “pasar tiempo desenredando los cables de sus audífonos“.

Pero no cita a ningún experto en ciberseguridad, que les podría haber dicho a sus autores que la vulnerabilidad de la seguridad de Bluetooth no es tanto una “sensación” sino una “realidad” y que “alguien que viaja con el balón nuclear” tiene un modelo de amenaza algo más complicado que el usuario promedio de iPhone. (Ninguno de los tres reporteros que aparecen en el artículo respondió mi pregunta sobre si consultaron a algún investigador de seguridad).

La tecnología Bluetooth existe desde la década de 1990 y, aunque su seguridad ha mejorado con los años, sigue siendo vulnerable a los “ataques de man in the middle” (ataques de intermediario), me explicó el investigador de ciberseguridad y escritor Kim Crawley. Esto significa que un atacante podría interceptar y descifrar la señal entre el teléfono y el dispositivo Bluetooth, lo que le permitiría escuchar el audio que se está transmitiendo.

“Si Kamala Harris usa audífonos alámbricos, entonces la comunicación que circula entre su teléfono y sus oídos no puede ser interceptada ahí”, señaló Crawley. “Supondría que la Sra. Harris tiene conocimiento de mucha información de máximo secreto y clasificada y esa información de máximo secreto y clasificada podría circular por su teléfono, así que no creo que sea una paranoia excesiva”.

Las señales de Bluetooth están cifradas, pero al igual que una cerradura en una puerta, el cifrado es una “barrera”, no una garantía, dijo Crawley. Al fin y al cabo, se pueden romper las cerraduras.

Las llamadas de Harris podrían seguir siendo vulnerables a la interceptación a través de otros medios (por ejemplo, la red de telefonía móvil), pero al renunciar a los audífonos inalámbricos, está eliminando una posible “superficie de ataque”, en la jerga de la ciberseguridad.

Tomando en cuenta que una señal Bluetooth se puede extender a 100 metros del dispositivo y que un atacante podría parecer simplemente una persona al azar jugando en su teléfono, usar audífonos alámbricos es una precaución bastante sensata para una persona con acceso a información altamente sensible y con razones para creer que podría ser el blanco de ataques.

Esto no significa que la gente normal tenga que dejar de usar sus AirPods, comentó Crawley. Aunque algunos “entornos informáticos de alta seguridad” prohíben el uso de cualquier dispositivo Bluetooth, incluidos los teclados o ratones de computadora, las decisiones relacionadas con la ciberseguridad se deben adaptar, en general, a las necesidades y vulnerabilidades individuales.

“Si ocurre un ataque intermediario y el único resultado es que el ciberatacante sepa que nos gusta escuchar a las Spice Girls, eso no supone un gran problema”, dijo Crawley.

Mi propia aversión a los AirPods no es el resultado de algún ejercicio de modelo de amenaza de alto nivel (aunque la siempre presente ansiedad de perder dos artículos exorbitantemente costosos sí representa una amenaza a mi sentido de seguridad). Simplemente tengo un sano escepticismo respecto a los nuevos productos descritos como revolucionarios por los capitalistas desenfrenados (algo que me fue muy útil durante mis seis años como reportera de tecnología) y una aversión boomerish a muchas cosas nuevas.

He conseguido mantener esta postura durante el tiempo suficiente como para que los audífonos alámbricos hayan alcanzado un cierto nivel de retro cool, de acuerdo con el Wall Street Journal, que el mes pasado informó sobre la racha de “jóvenes celebridades de moda” que han sido vistas “pavoneándose por la ciudad con audífonos descaradamente alámbricos“.

Esto me ha proporcionado lo que puede ser la alegría más pura que una mujer de 38 años, soltera y sin hijos, puede esperar en esta vida: la alegría de tener la razón.

Este artículo fue modificado el 8 de diciembre de 2021. Una versión anterior describía la tecnología Bluetooth como “existente desde finales de los años 80”, en lugar de los años 90.

Síguenos en

Google News
Flipboard