Vetar palabras no borra realidades: la censura científica bajo Trump

Internacionalista por el Tecnológico de Monterrey y Maestra en Historia y Política Internacional por el Graduate Institute of International and Development Studies (IHEID) en Ginebra, Suiza. Investigadora invitada en el Gender and Feminist Theory Research Group y en el CEDAR Center for Elections, Democracy, Accountability and Representation de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido.

Miembro de la Red de Politólogas. X: @tzinr

Vetar palabras no borra realidades: la censura científica bajo Trump Vetar palabras no borra realidades: la censura científica bajo Trump
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Foto: EFE.

¿Qué pasaría si de un día para otro desapareciera la información sobre VIH de los sitios oficiales de salud pública? ¿O si ya no se pudiera investigar sobre desigualdad de género porque las palabras “género” y “mujer(es)” están prohibidas? No es un escenario distópico futurista, sino la realidad que enfrenta la comunidad científica en Estados Unidos bajo la clara autocratización que está significando la segunda administración de Donald Trump. 

La moderación de contenido o su regulación pueden desempeñar un papel legítimo para frenar discursos de odio o corregir desinformación peligrosa, protegiendo así el bienestar social. En cambio, los actos de censura buscan moldear la percepción pública, restringir el debate e intentan borrar realidades. Con la censura, la regulación de contenidos deja de ser un acto de protección y se convierte en un mecanismo de control político. En el caso de la administración Trump, esto se ha traducido en la purga de términos como “diversidad”, “transgénero”, “equidad”, “marginalización” y “justicia social” de los proyectos de investigación financiados con fondos federales en Estados Unidos. Es claro, que no solo se pretende moldear la conversación pública, sino que se intenta borrar la realidad de comunidades enteras al impedir que los problemas que enfrentan sean estudiados y documentados. 

Autoritarismo clásico: desaparecer información

El 31 de enero de 2025, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) eliminaron información clave sobre VIH, anticoncepción y salud desde la perspectiva LGBTQ+ de su sitio web. Documentos que durante años habían servido de referencia para médicos y ciudadanos fueron eliminados en cumplimiento de la Orden Ejecutiva 14168, titulada “Defendiendo a las Mujeres del Extremismo de la Ideología de Género y Restaurando la Verdad Biológica en el Gobierno Federal”[1], firmada por el presidente Donald Trump el 20 de enero de 2025. Esta orden, conocida por su nombre corto “Defending Women” exige erradicar la mal llamada “ideología de género” de todas las agencias federales.

Sin embargo, la acción de censura no se detiene en temas relacionados con los estudios de género o mujeres, al grado tal que la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) compiló y publicó una amplia lista de palabras prohibidas que afecta directamente a la investigación científica de diversa índole. Entre los términos vetados encontramos también: “interseccionalidad”, “discriminación sistémica”, “poblaciones vulnerables”, “derechos reproductivos”, “activismo”, “barreras”, “sesgos”, “negro y latinx”, “herencia cultural, “discapacidad”, “diversidad, “igualdad”, “exclusión”, “discurso de odio”, “comunidades indígenas”, “feto”, “polarización”, “justicia social, “socioeconómico y sociocultural”, “estatus”, “raza y etnicidad”,  “trauma”, “víctima”, y “salud racial” entre muchas otras[2]. Un investigador que intente incluir estas palabras en un proyecto perderá su financiación o verá rechazada su publicación, incluso se han enviado memorandums haciendo un llamado a detener las publicaciones ya en curso de arbitraje que contengan alguna de las palabras vetadas.

El mensaje es claro: se busca imponer una lectura única del mundo, donde los sistemas de opresión, las desigualdades estructurales y las violencias históricas desaparecen no porque hayan sido superadas, sino porque ya no pueden ser nombradas. Pero vetar palabras no elimina los fenómenos sociales que describen. Prohibir términos como “discriminación sistémica” o “salud racial” no cambia el hecho de que las comunidades negras y latinas siguen enfrentando barreras desproporcionales en el acceso a la atención médica. Eliminar la noción de “derechos reproductivos” del lenguaje científico no borra las restricciones legales ni las desigualdades que persisten en el acceso a la salud reproductiva; tampoco hace desaparecer la violencia obstétrica ni exime al Estado de su responsabilidad de garantizar derechos sociales.

Más que reflejar la realidad en los hechos de Estados Unidos, esta censura lingüística intenta fabricar una nueva narrativa en la que la desigualdad ya no existe porque no se nombra. Pero la historia de los sistemas de opresión no se borra por decreto, ni las violencias estructurales desaparecen porque sean políticamente inconvenientes. Lo que realmente se está suprimiendo aquí, son los avances de disciplinas como los estudios de género, los estudios afroestadounidenses, la medicina social o la investigación sobre desigualdades socioeconómicas. Se pretende reescribir el presente para ocultar el pasado y moldear un futuro en el que las comunidades marginadas sean silenciadas no solo en el día a día, sino cuya experiencia social sea desacreditada mediante un lenguaje esterilizante.

Resistencia digital: un acto de autopreservación

Ante esta ofensiva de censura, plataformas como MedPage Today[3] y organizaciones independientes están archivando versiones previas de las páginas eliminadas, buscando asegurar que la información no desaparezca por completo. Al estilo de un respaldo de los aportes de las ciencias durante décadas, estas iniciativas buscan preservar el acceso a datos, en este caso, de salud pública que el gobierno intenta hacer imposibles de encontrar. En este contexto, resulta que las batallas son políticas y ahora también digitales: garantizar que no sea fácil reescribir la historia es hoy un acto de resistencia. 

Por fortuna, aunque un poco tarde, la censura trumpista ha encontrado un freno legal. A raíz de demandas presentadas por organizaciones científicas y de derechos humanos, un juez federal ordenó recientemente la restauración de las páginas eliminadas de los CDC, argumentando que su desaparición causaba “daño irreparable” a la salud pública[4]. Por desgracia, la batalla no ha terminado, y el gobierno continúa buscando formas de restringir la difusión de información que no se alinee con su agenda ideológica ultraconservadora.   

La censura como intento de silenciamiento

La censura impuesta por la administración de Donald Trump no solo restringe el uso del lenguaje, sino que también elimina datos y hallazgos fundamentales producto de investigaciones serias y dificulta, desde luego, la formulación de políticas públicas. Con la eliminación de páginas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se han perdido conjuntos de datos esenciales sobre salud LGBTQ+, desigualdades raciales en la atención médica y violencia de género. Si términos como “discriminación sistémica” están prohibidos, las políticas públicas no podrán reconocer ni abordar los efectos estructurales del racismo o la misoginia. No se trata solo de palabras, sino de la desaparición deliberada de información que evidencia estas desigualdades. Es claro, que se busca tornar imposible fundamentar y financiar políticas públicas que aborden estas y otras problemáticas.

Pero no nos dejemos engañar, los temas raciales y de género han sido solo la puerta de entrada, la administración ha eliminado también referencias al cambio climático de sitios web gubernamentales clave, como los del Departamento de Defensa y el Departamento de Estado, borrando información sobre vulnerabilidad climática y sostenibilidad. Esta supresión de datos impide la comprensión y acción frente a desafíos ambientales que son igualmente críticos.

En tiempos de este nuevo autoritarismo doméstico estadounidense, resistir significa preservar y continuar esbozando las verdades sociales y científicas. La eliminación de estos registros y la prohibición de generar nuevas investigaciones no deben marcar un punto final: medios, científicos y ciudadanos tienen la responsabilidad de documentar, archivar y seguir difundiendo la información.

Al final, negar la realidad no silencia sus consecuencias; al intentar esconderla y distorsionarla, solo se dificulta su comprensión y se profundizan sus efectos. Ya hemos estado ahí antes, de ahí venimos y de ahí hemos ido saliendo poco a poco. Como advirtió Carl Sagan en los años noventa, “con el tiempo, quienes se niegan a ver la realidad serán arrastrados por ella. La ciencia es más que un cuerpo de conocimientos; es una manera de pensar, una luz en la oscuridad.” En tiempos de oscurantismo, no hay mayor acto de dignidad y resistencia que mantener esa vela encendida.


[1] La orden ejecutiva puede consultarse aquí (en inglés, puesto que la versión en español de la Casa Blanca también ha desaparecido): The White House. (2025, 21 enero). Defending women from gender ideology extremism and restoring biological truth to the federal governmenthttps://www.whitehouse.gov/presidential-actions/2025/01/defending-women-from-gender-ideology-extremism-and-restoring-biological-truth-to-the-federal-government/

[2] Novak, M. (2025, 5 febrero). The List of Trump’s Forbidden Words That Will Get Your Paper Flagged at NSF. Gizmodo. https://gizmodo.com/the-list-of-trumps-forbidden-words-that-will-get-your-paper-flagged-at-nsf-2000559661

Sun, L. H., & Eilperin, J. (2023, 9 abril). CDC gets list of forbidden words: Fetus, transgender, diversity. The Washington Posthttps://www.washingtonpost.com/national/health-science/cdc-gets-list-of-forbidden-words-fetus-transgender-diversity/2017/12/15/f503837a-e1cf-11e7-89e8-edec16379010_story.html

[3] CDC purging its website after Trump orders. (2025, 31 enero). MedPage Todayhttps://www.medpagetoday.com/publichealthpolicy/generalprofessionalissues/114039

[4] Kunzelman, M. (2025, 11 febrero). Judge tells agencies to restore webpages, data removed after Trump’s executive order | AP News. AP News. https://apnews.com/article/trump-cdc-fda-doctors-for-america-5263fc6b6cbc723ca0c86c4460d02f33

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