‘No debemos temer a la democracia’: Sheinbaum, en su día 0
En medio de los temores por el poder con el que llegará a la Presidencia, Sheinbaum asegura que "nadie debe temer a nada".
En medio de los temores por el poder con el que llegará a la Presidencia, Sheinbaum asegura que "nadie debe temer a nada".
Con casi 36 millones que la respaldan como la presidenta más votada en la historia de México, Claudia Sheinbaum aprovecha su primer discurso en su “día 0“, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para hablar del “futuro promisorio“, la reforma judicial que viene y hasta de la sobrerrepresentación que tendrá su partido en el Congreso, aunque ella no le llama como tal.
De la mano de su esposo, Jesús María Tarriba, minutos antes del mediodía, Sheinbaum entra a la sede del Tribunal con un traje de color crema y bordados color guinda, en alusión a su partido, Morena; ya la esperan cuatro de los seis magistrados del TEPJF, entre ellos la presidenta Mónica Soto.
Antes que ellos, llegaron la mayoría de los invitados especiales, que básicamente es la plana mayor de morenistas, futuros colaboradores del gobierno de Sheinbaum, próximos diputados, senadores, y diversos funcionarios, como ministros de la Suprema Corte, así como la jefa de Gobierno electa, Clara Brugada.
Sheinbaum no lo ve, pero detrás de ella entran la presidenta de la Corte, Norma Piña, enfrentada con el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador; y la futura consejera jurídica, Ernestina Godoy.
Antes de entrar al salón de plenos del TEPJF, tiene una reunión de unos 10 minutos con los seis magistrados del TEPJF; un día antes, por unanimidad, avalaron su triunfo, aunque la magistrada Janine Otálora no dejó de señalar la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso electoral, y el magistrado Reyes Rodríguez advirtió que solo por la votación contundente no se abrió una “caja de Pandora de transgresiones“.
Sheinbaum entra y comienza a saludar a sus invitados especiales; a uno de los primeros que le da la mano es a Marcelo Ebrard y luego saluda a Rosa Icela Rodríguez.
También saluda a Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez, que están sentadas juntas. No omite el saludo a Norma Piña; y también saluda a quien está al lado de ella, la presidenta del INE, Guadalupe Taddei.
Los saludos terminan y se queda al lado de sus hijos, Mariana y Rodrigo, su mamá, Annie Pardo, y su esposo Jesús, para que comience la sesión que no durará más de 50 minutos.
Otros invitados que están en el salón de plenos son su próximo jefe de Oficina de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel; el ministro en retiro, Arturo Zaldívar; el dirigente de Morena, Mario Delgado; la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y más.
La presidenta del TEPJF, Mónica Soto, se encarga de dar el único discurso de los magistrados, que dura cerca de 30 minutos, en el que remarca que hoy se ha roto el “techo de cristal“, por tratarse de la primera mujer presidenta en la historia.
Los magistrados proceden entonces a dar la constancia de mayoría que acredita a Sheinbaum como presidenta electa, no sin antes firmarla los seis integrantes de la Sala Superior.
En el primer discurso, en este que podría ser considerado como el “día 0”, Sheinbaum promete gobernar “para todos y para todas las mexicanas” y no solo para los casi 36 millones que ven en ella una continuación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El “segundo piso” lo hizo llamar.
Y adelanta su apoyo a la reforma judicial, que podría quedar aprobada en septiembre por el nuevo Congreso.
“Concibo que el pueblo de México plasmó ejemplarmente el 2 de junio, que la democracia reside en el poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo; y que con su voto demanda también más democracia y más justicia. Debemos entender todas y todos los mexicanos que hay un mandato popular.
“Justicia en el sentido amplio de la palabra. Significa justicia social, justicia ambiental, justicia para las mujeres, justicia para todas las personas, y también justicia igual para el pobre, que para el rico; es decir, el pueblo de México también decidió mayoritariamente un verdadero sistema de justicia, que sea igual para todas y para todos los mexicanos. Un sistema que también comprenda la separación entre el poder económico y el poder de la justicia”, anota.
Y sostiene que “no debemos temer a la democracia”, en una clara alusión a la elección por voto directo de ministros, magistrados y jueces.
En medio de los temores que ha levantado la posibilidad de que Morena modifique la Constitución a su antojo, Sheinbaum asegura que “nadie debe temer a nada, al contrario, el futuro es promisorio“.
Sobre la mayoría calificada que tendría su partido al menos en la Cámara de Diputados, Sheinbaum advierte que “es clara la norma electoral”, en referencia a que se debe aplicar por partido el límite de 8% para la sobrerrepresentación en el Congreso.
“Estaremos a la altura de las circunstancias y de nuestro hermoso y glorioso pueblo. Hago el compromiso de no defraudar, y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, mi voluntad y hasta la vida misma, para servir a mi Patria y a mi pueblo. ¡Que viva México!”, remata Sheinbaum.
A diferencia de hace seis años, hoy no hay más de 100 seguidores esperando a la presidenta electa afuera del TEPJF, pero eso sí, los que hay, la arropan a su llegada y a su salida, al grito de “presidenta, presidenta”, y “es un honor estar con Claudia hoy”.
No faltan los inconformes. Hay si acaso una decena de integrantes de la “marea rosa” que cargan una manta que dice “Elección de Estado”. Y aunque son pocos, una mujer con megáfono grita: “Mentira, no es cierto, nada está resuelto”, en referencia a las impugnaciones que interpuso la oposición.
Pero la verdad es que sí, por más que griten, esto ya se resolvió: Sheinbaum será presidenta.