‘AMLO es un gigante político y un enano administrativo’: Leonardo Curzio

A poco más de dos años de la administración de Andrés Manuel López Obrador, Leonardo Curzio y Aníbal Gutiérrez decidieron publicar el libro El Presidente, filias y fobias que definirán el futuro del país para ofrecer una perspectiva amplia, que diera una “primera aproximación de lo que ha sido su gobierno”.

En esta obra, los autores analizan los principales ámbitos de actuación de la administración federal y, con un análisis profundo, delinean el retrato de AMLO acerca de sus convicciones políticas, su conocimiento de la historia, lo que se puede esperar en el futuro, además de hacer una evaluación de las conferencias de prensa mañaneras.

En entrevista con La-Lista, Curzio disecciona al mandatario a quien califica como un “extraordinario político” que pasa “muy poco tiempo al ejercicio del gobierno como jefe de la administración pública”.

La intención del periodista es que los lectores se queden con la reflexión de los datos y que “si queremos una transformación verdadera, debemos ser mucho más exigente con su gobierno, que parte de lo que prometió se cumpla y que no sea una eterna invocación de pretextos o buscar culpas del pasado”.

La-Lista: ¿Por qué es necesario escribir sobre la gestión de López Obrador, a un poco más de 2 años de administración?

Leonardo Curzio: Lo tenemos demasiado cerca (a López Obrador), convivimos con él muchas horas al día más que con cualquier otro factor o actor público. Lo tenemos muy cerca y eso, precisamente, nos impide calibrar lo que ha hecho en estos dos años. Además, la mayor parte de las lecturas son favorables o son muy críticas.

Creíamos que era oportuno tomar una distancia con respecto al personaje para ofrecer una perspectiva de biografía y una primera aproximación de lo que ha sido su gestión como presidente, más allá de filias o fobias, de ánimos optimistas o pesisimitas; es ver al personaje con cierta distancia, con cierta perspectiva.

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L-L: Se ha mencionado que el presidente López Obrador polariza, ¿es esto una estrategia?

Sostenemos que el presidente de la República es un hombre que responde muy bien a las tendencias políticas de estos tiempos. Se le ha dado en llamar populismo a esta idea de un líder que está por encima de la representación tradicional, que no le presta demasiada atención al Congreso, no depende mucho de los partidos; es él interpretando el sentimiento del pueblo y generando este vínculo comunicativo a través de las mañaneras.

Desde Berlusconi hasta López Obrador tienes una larga lista de políticos heterodoxos que han dicho, de manera muy convincente a sus pueblos, que la política tradicional no servía y que lo que hacía falta era un líder que entendiera las aspiraciones de la gente. Por tanto, buena parte de su actuación política responde a la naturaleza de su liderazgo confrontativo que sirve para campañas, pero no necesariamente se transforma en actos de gobierno.

El presidente polariza, sí, todas las mañaneras las utiliza para pelearse con distintos sectores. La condición de su liderazgo es confrontadora. Donald Trump lo hizo durante cuatro años y no es que tengan coincidencias ideológicas en todos los temas, pero el mecanismo de actuación los lleva a estar movilizados permanentemente y gran parte de su liderazgo es confrontador. Necesitan que la casta y que la mafia del poder estén ahí. Son líderes que pasan más tiempo en campaña que gobernando. Y, como dice el dicho, genio y figura.

L-L:¿Cuáles son los beneficios que obtiene AMLO de la polarización?

Su liderazgo se nutre de eso. Él sostiene que tiene una conexión directa con el pueblo. Es un gigante político que logra cambiarle el estado de ánimo a la gente. Si vas a y preguntas una buena parte de los mexicanos piensa que el gobierno mexicano está preocupado y hace cosas por ellos. Funciona ese vínculo y eso el presidente lo necesita como el aire que respira. Buena parte de su tiempo lo pasa añorando salir a las calles y tener contacto con la gente. El liderazgo del presidente es el del contacto con la gente y eso es eficaz.

Al mismo tiempo, es jefe de la administración pública y tiene ese liderazgo populista y cercano, mimando al pueblo, que se siente humillado y desplazado. Es un gigante político, pero es un desastre administrativo. Aunque se enoje, hay 180,000 muertos por la pandemia; hay 1 millón y medio de vacunas, y Chile tiene 3 millones y Brasil 7 millones. Hay un desorden administrativo enorme.

Más allá de las intenciones, es un presidente que no dedica tiempo al orden, a la administración de su gobierno. Lo definimos como presidente performativo: él señala que no hay corrupción y llega la Auditoría Superior de la Federación a decirle que hay sobregiros, contrataciones directas, participaciones de su familia. Ahí es donde entra en fricción el gigante político con el enano administrativo. Le dedica muy poco tiempo al ejercicio del gobierno. Lo que más tiempo le consume es la mañanera.

L-L: En su libro, ustedes manejan que el presidente tiene muy presente la historia de México ¿El mayor miedo de López Obrador es el juicio de la historia?

(López Obrador) es un hombre de una enorme cultura de la historia de este país. La historia de Tabasco la conoce al dedillo, así como las relaciones entre prensa y poder. El señalamiento que nosotros hacemos es que su conocimiento es profundo pero muy poco abierto. El presidente siempre explica que el pueblo es bueno y hay una minoría corruptísima, aliada con intereses extranjeros que una y otra vez ha llevado a nuestro país lejos de su destino glorioso. Es una acción muy mecánica en América Latina que combina el victimismo con los señores tan malos que nos desvían de nuestro camino. Es un presidente que conoce bien la historia pero tiene muy pocas lecturas en las cuales se haya planteado las cosas de otra manera.

(El presidente) sabe perfectamente que el pueblo juzga a los presidentes por el legado que dejan y los resultados. Sí, el presidente vive obsesionado con no ser un Luis Echeverría o un López Portillo a los que consideraba con buenas concepciones, pero que terminaron mal. El quiere tener buenas concepciones y terminar razonablemente bien, sin una crisis devaluatoria, sin desequilibrio en la macroeconomía. Por eso tiene obsesión en que no haya deuda, cuida las cosas con un mimo casi neoliberal. Tiene plena conciencia de que la Cuarta Transformación se la juega en el legado que deje. El presidente sabe que la gran jueza de su administración será la historia.

L-L: No se vislumbra una oposición real que le pueda hacer frente a López Obrador y Morena en las elecciones intermedias, ¿a qué se debe?

Tienes a una oposición que todavía no acusa recepción de lo que pasó en el 18. Tienes liderazgos que son responsables de la debacle de sus propios partidos, pero que están ahí. Por ejemplo, Miguel Ángel Mancera coordina la bancada senatorial del PRD que es un partido que no existe. La mayor parte de sus exsecretarios tienen órdenes de aprehensión. ¿Qué autonomía va a tener un coordinador así? Revisa la priista: tienes a Osorio Chong, responsable de la seguridad con Peña Nieto, tienes a Claudia Ruiz Massieu…tienes a todos los artífices de la derrota instaurados en los liderazgos parlamentarios.

El gran problema de la oposición es que tiene más órdenes de aprehensión que ideas o tesis que defender para gobernar este país. Tienes a una oposición contra las cuerdas. Lo que ha hecho el presidente es convivir con ellos, rearticuló esas fuerzas y lo que tiene es una coalición muy poderosa. Lo que queda de oposición más o menos desvinculada a los partidos políticos, un día sí y otro también, la golpea.

Hay una desmovilización asimétrica de los críticos del presidente que en cuanto salen, se enfrentan al poder político y les puede caer Hacienda, la UIF, todo el poder del Estado. Si no es así, el desprestigio presidencial del señalamiento. Hay una oposición desmovilizada y paraestatal, perfectamente funcional para este gobierno.

¿Se puede vislumbrar una derrota de Morena en las elecciones intermedias o seguirá su abrumadora mayoría en el Congreso federal?

Hay varias cosas en juego. Habrá que ver el impacto que cada una de las elecciones locales tiene. Siguiendo en el ámbito legislativo federal, Morena sigue con la mayor intención de voto en el país y podría tener en principio un resultado en el parlamento. No sabemos cómo están las locales en San Luis Potosí, el impacto en Guerrero de (Félix Salgado) Macedonio, las propias inconformidades de candidatos de su partido: hemos visto bronca en Colima, Michoacán. Podría alinearse el voto de los gobernadores con el voto de los diputados, por lo que podríamos ver una sorpresa.

Lo segundo es el proceso de vacunación. El presidente tiene una amplia chequera para girar hacia atrás, pero el asunto de las vacunas es indelegable. La forma en que se organiza y distribuye la vacuna que hasta ahora ha sido caótica será fundamental para valorar su ejercicio de gobierno. De la forma en que resuelva el presidente el tema de la vacunación va a depender el voto de los mexicanos. Son los dos elementos que van a gravitar en el voto de los mexicanos.

L-L: ¿Por qué les cuesta tanto trabajo a los periodistas, opositores y otros miembros de la soecidad civil imponer una agenda distinta a la presidencial? ¿Es demasiado poderoso el discurso de López Obrador?

LC: Es demasiado poderoso, controla absolutamente todo. El gobierno es el gran generador de conversación y no permite que haya secretarios de Estado, ni que haya un poder legislativo. Lo que hace desde las mañaneras es que haya una amplísima representación de todos los sectores de la conversación nacional. El presidente habla de todo en todas las mañaneras y si haces un recuento de las funciones que no ha absorbido él, tienes parcialmente las de Salud y Relaciones Exteriores, lo que suele delegar en Marcelo Ebrard.

Es lo que el presidente informa, lo que el presidente apoya y lo que critica. Para los medios es difícil salirnos de esa agenda porque no puedes construir una narrativa diferente y cuando intentas construirla, regresas a Palacio y no declara nadie salvo López-Gatell y López Obrador.

¿Existe la tentación de que AMLO buscara la reelección en 2024?

Sus convicciones y su conocimiento de la historia lo maniatan. Él sabe que el intento de reeleción es lo que rompe con todo principio de lealtad, de bondad o viabilidad del proyecto político. Tampoco creo que tenga las condiciones apropiadas para reelegirse, porque más allá del cariño que le tenga la gente o su propio partido se le puede decir: presidente, la economia no creció al 6% o que la inversión disminuyó y que la violencia sigue a todo lo que da, tiene cierto límite.

La idea de la reeleción sería el principio de la dictadura, no creo que lo tenga en su ánimo. No creo que se reelija por sus convicciones y conocimiento de la historia.