Guacamayaleaks | El hackeo que expuso la salud del presidente AMLO

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien el próximo 13 de noviembre cumplirá 69 años, reconoció la semana pasada estar “enfermo” de diferentes padecimientos que lo hacen tomar un “coctel” de medicamentos cada noche.

El mandatario enfrentó así una de las revelaciones del hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por parte del grupo Guacamaya, el cual obtuvo miles de comunicaciones internas recibidas por el secretario Luis Cresencio Sandoval, que fueron compartidas por los hacktivistas con varios medios de comunicación, entre ellos La-Lista.

“Todo lo que se dice ahí es cierto y se ha expresado. Si acaso lo de la ambulancia que fue a Palenque a principios de enero, porque había un riesgo de infarto y me llevaron al hospital, y me recomendaron un cateterismo”, comentó AMLO sobre los Guacamayaleaks. 

Las comunicaciones internas de la Sedena dan cuenta que a lo largo del último año, el presidente López Obrador fue diagnosticado con tres enfermedades: gota, hipotiroidismo y angina.

Tras el primero de los diagnósticos, hecho en septiembre del año pasado, AMLO recibió al menos cinco terapias de rehabilitación en Palacio Nacional. Luego de que le fueron detectados los otros dos padecimientos –a finales de diciembre y a principios de enero–, el mandatario aceptó al menos 28 terapias físicas más, la mayoría en Palacio Nacional y una de ellas en su casa en Tlalpan.

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El 1 de septiembre de 2021, el presidente dirigió un mensaje con motivo de su tercer informe de gobierno. Los ojos estaban puestos en su hasta entonces consejero jurídico Julio Scherer Ibarra, pues había trascendidos de su renuncia, pero ese día estuvo entre los asistentes y al final el mandatario se despidió de él de forma especial.

Prácticamente después de su mensaje en Palacio Nacional, de acuerdo con una de las tarjetas obtenidas en el hackeo, AMLO se dirigió al Hospital Central Militar, ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo.

Eran las 12:20 del día cuando se reporta el “arribo” de López Obrador, quien fue recibido por una general de brigada, con el fin de recibir atención médica en “reumatología, ortopedia, radiología, laboratorio“, indica la tarjeta 4955, marcada como “confidencial” y dirigida al secretario de la Defensa.

En el lugar fue diagnosticado con “gota”, una forma de artritis caracterizada por dolores agudos, enrojecimiento y sensibilidad de las articulaciones. 

Según la filtración masiva de correos del Ejército, tras ese diagnóstico, en 2021 AMLO aceptó recibir al menos cinco terapias de rehabilitación, el 7 y 21 de noviembre, así como el 1, 15 y 22 de diciembre, la mayoría por la tarde, una al mediodía y al menos en una de esas ocasiones también la recibió su esposa Beatriz Gutiérrez Müller. Todas fueron proporcionadas por una sargento del Ejército con licenciatura en en terapia física y rehabilitación.

Cuando se acercaba la Navidad, y el presidente López Obrador se disponía a pasar unos días en su rancho en Palenque, Chiapas, el 22 de diciembre de 2021 recibió otro diagnóstico en el Hospital Militar: hipotiroidismo. Entonces se le hicieron estudios y tuvo una consulta médica el 28 de ese mes, antes de salir de la ciudad.

El viaje a Palenque fue interrumpido el 2 de enero de este año por un riesgo de infarto.

Al lugar se trasladó una ambulancia militar y un helicóptero Black Hawk, para llevar al presidente a la Ciudad de México.

Del evento hay dos tarjetas en los que se informa la situación al secretario de la Defensa: la 0036 y la 0052, sobre el “estado de salud de Zeus” (como se identifica a AMLO) y “arriba y salida de Zeus del Central Militar”.

En la primera de ellas se reporta que fue el propio presidente López Obrador quien solicitó la atención médica, en la cual se le diagnosticó “anguina (sic) inestable de riesgo alto”. Como parte de su tratamiento se le aplicó “solución harman” (Hartmann​ o lactato de sodio compuesto), la cual es una solución usada para terapia intravenosa. 

Así mismo, al presidente se le aplicó enoxaparina subcutánea, empleado como anticoagulante. Y se determinó su “traslado vía aérea al Hospital Central Militar”. Entonces viajó desde Chiapas hasta la Ciudad de México para recibir atención especializada.

Las tarjetas también dan cuenta que ese mismo 2 de enero su secretaria particular, Laura Nieto, fue diagnosticada con Covid-19, tras lo cual –detalla otra comunicación interna–, el jefe de la Ayudantía de AMLO, Daniel Asaf, pidió que se aplicaran 43 pruebas para la detección del virus. Una resultó positiva, la de Martha Jessica Ramírez, de la Ayudantía.

Los contagios en su círculo cercano afectaron al presidente, quien el 10 de enero dio positivo a Covid-19 y el cateterismo que le recomendaron en el Hospital Militar tuvo que esperar hasta el 21 de enero pasado.

Su hospitalización aquel día se reporta en dos tarjetas dirigidas al secretario de la Defensa. En la primera se informa su llegada al Hospital Militar, acompañado de su esposa Beatriz, quien al siguiente día (22 de enero) también fue luego de que al presidente se le diera de alta. El 22 y 23 de enero fueron sábado y domingo, por lo que el mandatario no tenía que ofrecer su tradicional conferencia matutina.

En las informaciones no se especifica más allá de “atención médica especializada” y que estuvo “encamado el mando supremo de las Fuerzas Armadas en la sala de hospitalización de funcionarios”. Pero a través de la Secretaría de Gobernación, en aquel momento se informó que se le realizó un cateterismo cardiaco. “En este procedimiento se encontraron el corazón y las arterias del señor presidente sanos y funcionando adecuadamente”, informó la Segob.

Fue a partir de ese momento que el mandatario comenzó a recibir “terapias físicas” de forma constante, indican más de una veintena de tarjetas dirigidas al secretario de la Defensa.

El 5 de febrero, en pleno puente festivo, el mandatario accedió a recibir una de las terapias en su casa en Tlalpan, donde también la recibió su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, con una duración de tres horas, de 17 a 20 horas.

Así continuó recibiendo estas terapias, por parte de la misma sargento que se las proporcionó también el año pasado: en 2022, el presidente tuvo al menos seis terapias en marzo, dos en abril, cinco en mayo, tres en junio, tres en julio y nueve en agosto pasado.

La duración de estas van desde poco más de una hora hasta tres horas, cuando también la recibe Gutiérrez Müller. Aunque la mayoría se realizan por la tarde-noche, el 12 de mayo de este año el presidente AMLO recibió una terapia física a las 12:20 del día, mientras el 9 de mayo se realizó a las 13:25 de la tarde. El 24 de agosto pasado la recibió a las 12:15, el 25 de agosto fue al mediodía y terminó a las 13:30, con un reporte “sin novedad”. 

De la última terapia que se tiene registro en las comunicaciones internas es el 29 de agosto pasado, que recibió tanto él como su esposa en Palacio Nacional –donde viven ambos–, con una duración de tres horas, de 18 a 21 horas,

Según López Obrador, quien tuvo que informar de su salud luego del hackeo, se trata de “un síndrome, pero estoy muy bien”.

Salud del presidente, un tema de interés público

La salud del presidente de México es un tema sobre el que la sociedad ha pedido transparencia desde hace por lo menos tres sexenios.

En marzo de 2003 se informó que el presidente Vicente Fox había sido intervenido quirúrgicamente en el Hospital Militar, por una lesión en las vértebras. Su equipo médico detectó un disco herniado en la columna vertebral del mandatario. Los días que estuvo hospitalizado quedó al frente del país el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel.

En 2011, la periodista Carmen Aristegui preguntó en su noticiario: “¿Tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la República?”, luego de que diputados del Partido del Trabajo exhibieron en la tribuna de San Lázaro una manta en la que señalaban un presunto alcoholismo del presidente Felipe Calderón.

Aunque la periodista fue despedida unos días de su espacio radiofónico, la Presidencia tuvo que salir a informar las actividades del mandatario, de quien se afirmó que goza de “un buen estado de salud”.

“(Calderón) inicia su jornada a las seis y media de la mañana; practica diariamente una hora de ejercicio, tiene reuniones privadas e inicia actividades públicas a las ocho y media de la mañana, como a muchos de ustedes les consta, y concluye siempre en torno a las 10 de la noche”, explicó Roberto Gil Zuarth, en aquel entonces secretario particular del presidente.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Presidencia informó que fue operado de urgencia de la vesícula en 2015, por lo que estuvo hospitalizado entre 24 a 48 horas en el Hospital Militar.

“Desde el término de su cirugía se recuperó totalmente de la anestesia y ha estado consciente y muy afable; ya está enterado de qué fue lo que se le realizó y está en muy buenas condiciones”, aseguró el doctor Noyola Villalobos, quien encabezó al equipo médico que estuvo a cargo de la cirugía al entonces presidente.

El presidente AMLO ha bromeado en ocasiones con el tema médico. En mayo del año pasado, antes de que se le diagnosticara gota, comentó que algunos ciudadanos le pidieron acceder a la reelección, pero él les dijo que no por su condición.

“Me decían: ‘reelíjase, reelíjase’. Decía: ‘no, no ven que ya estoy chocheando’”, narró entre risas.

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