Creer que las cárceles son un mal necesario es una falacia: autor de ‘La pelea por los infiernos’

Pasó más de una década desde que Enrique Zúñiga comenzó a conocer las cárceles en México hasta que decidió escribir su libro La pelea por los infiernos.

Sin adelantar las conclusiones de la obra, el autor llamó a ver lo que pasa ahí adentro y repensar un sistema de justicia donde, -¿por qué no?-, las cárceles no estén presentes.

“Si a nosotros nos dicen: ‘piensa en un sistema de justicia sin las cárceles‘, no podemos hacerlo. ¿Y por qué no podemos hacerlo? Porque tenemos bien arraigado, muy interiorizado que las cárceles son un mal necesario y eso es una gran falacia. Porque las cárceles dejaron de ser lo que eran y cuando algo deja de ser lo que era, ya no funciona. Entonces tienes que buscar alternativas y aquí nosotros no hemos pensado en ninguna alternativa“, señaló en entrevista para La-Lista.

“No hemos reformulado una pregunta sobre: ¿qué función cumplen las cárceles en la sociedad y hacia donde nos han llevado? Una pregunta también: ¿perdimos la ‘guerra’ en las cárceles? Esa es una apuesta de este libro, que se constituya en otras historias no escritas por mí sino otra gente que se atreva a hablar sobre esos lugares”, anotó.

Su nueva obra se encuadra en 12 años de trabajo, desde que comenzó a ingresar de manera sistemática a varias prisiones del país, como funcionario de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

“Vi muchas cosas y empecé a buscar, a tratar de ver qué existía de esta información respecto al sistema penitenciario, quería entender los procesos que se daban adentro, y encontré muy pocos libros… Encontré un gran vacío a partir del año 2006-2007, cuando se declaró la guerra contra el narcotráfico”, apuntó.

En esta investigación de campo, Enrique Zúñiga se dio cuenta que las prisiones son un microcosmos, cada cárcel es un infierno particular y la gente “no sabe lo que pasa ahí adentro”.

“El libro es una apuesta por la desarticulación de esos discursos que han empoderado a personas que no tienen el conocimiento y desde escritorios escriben sobre el sistema, nunca se han metido a la piel de los problemas”, criticó.

Creer que las cárceles son un mal necesario es una falacia: autor de 'La pelea por los infiernos' - carcel_prision_oficiosa

“México es un caso sui géneris, lo que sucede aquí no pasa en otras partes”, sostuvo quien fuera visitador adjunto en el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura.

En su libro -que tiene como subtítulo “las mafias que se disputan el negocio de las cárceles en México”-, expone que estos “tienen que ver primero con el capital, lo que corre por debajo de este sistema”.

Y es que “las personas cautivas dejan mucho dinero, de facto es una privatización, porque hay cobros por absolutamente todo, por el uso de estancia, por el uso del agua, por el alimento, por el ingreso de las personas pero también hay extorsiones para que no te hagan daño”.

Sobre la posibilidad de privatizar las cárceles, consideró que esto no responde a las necesidades actuales, pues las prisiones se encuentran “en un punto de no retorno, colapsadas bajo cualquier lógica“.

De acuerdo con el Inegi, durante 2020 ingresaron 5 mil 956 personas a los centros penitenciarios federales y 104 mil 395 a los centros penitenciarios estatales. En comparación con 2018, hubo casi cinco mil ingresos más en 2020, ya que pasó de un total de 105 mil, 636 a 110 mil 351 ingresos. En 2019 se registó un pico de hasta 122 mil 556 ingresos a penales federales y estatales.

En total, para marzo de 2022, se reportaron 225 mil 843 personas privadas de la libertad en México, según el Cuaderno de Información Estadística Penitenciaria Nacional, de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Para Enrique Zúñiga, quien es licenciado en psicología por la UNAM, “tendría que haber un cambio de paradigma y una inversión gigantesca, una apuesta a largo plazo para que esto funcionara“.

No obstante, señaló que “no podemos achacarle todo a un gobierno federal”.

“Como Estado se supone que tendría que haber un eje rector sobre las prisiones pero no sucede de esa manera. De las cárceles federales, la federación se encarga de ellas. Hay reglas que hablan sobre qué ejes va a girar la reinserción social en el sistema penitenciario… Todo eso tendría que ser como un eje rector pero no siempre se maneja de esa manera.

“Los estados administran sus prisiones y dentro de esa administración se generan cuestiones como gobiernos privados indirectos, ceden este tipo de lugares a determinados grupos, tanto legales como ilegales. A partir de ahí ellos operan y evidentemente que su actuación (de los funcionarios) es deficiente y muchas veces cómplices. Hay funcionarios que tienen pleno conocimiento de lo que sucede y aparte de eso, ellos reciben ganancias, para ellos es una ganancia aparte de un empoderamiento”, explicó.

Cuando él fue funcionario del sistema penitenciario, hizo una serie de estudios, con información que quedó de forma confidencial y no la incluye en su libro.

Pero después de terminar el trabajo que tenía que hacer para la supervisión penitenciaria de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, volvía a la mesa con los presos, que comenzaron a confiarle sus historias.

“Ellos (los reos) siempre tienen la necesidad de hablar con alguien más. Podían pasar meses, o años, y regresaba la persona y podía platicar respecto a lo que sucedía en su vida, cuando llevó a cabo el delito, e inclusive gente que decía que no había delinquido… y luego reconocía que sí lo había hecho. Empiezan a entender la cárcel y tratan de explicarla”, expuso.

A uno de sus entrevistados lo mataron estando ya fuera de prisión, lamentó el escritor.

El libro trata de ser archivo, memoria y denuncia de estos “lugares de horror”, además de que explica que son las mafias las que han vuelto las cárceles mexicanas un verdadero infierno.

“No es un compendio de nota roja o nota amarilla, que hable sobre nada más pasa esto, como una suerte de contar esas historias vacías, sin sentido, sino tratar por qué suceden este tipo de situaciones en estos lugares de espanto”, abundó.

El también maestro en Criminología y Política Criminal reconoció que sí hay peores cárceles que otras, pues aunque “cárcel es cárcel”, depende de qué grupo delictivo tiene cooptado a los funcionarios e intenta mandar en el lugar.

“Hay lugares donde los grupos son más duros e implacables. Por ejemplo el Cártel de Jalisco es un grupo de poder que le da mayor movilidad a las personas, no los tiraniza. Aunque tiene ciertos tipos de actos que no lo exime de ser violento, trata de permitir que la autoridad también lleve a cabo ciertos procesos. Si tú llegaras a partes como Tamaulipas vivirías un infierno porque evidentemente que sus cárceles están capturadas por el crimen, por los grupos de poder… Aunque hay matices, es un infierno, pero hay lugares que sí son más duros que otros“, finalizó.

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