¡De Oaxaca para el mundo! ¿Quiénes son las estudiantes que llegaron al ranking de Las 100 Mujeres más Poderosas de México 2025?

En un país donde la lista de las mujeres más influyentes suele estar encabezada por empresarias, políticas y celebridades, este 2025 ha traído una grata sorpresa: dos estudiantes originarias de Oaxaca, Shanni Valeria Mora Fajardo y Rosa Mendoza Sosa, y han sido incluidas en el prestigioso listado de Las 100 Mujeres Más Poderosas de México.

Las jóvenes no llegaron ahí por tener millones de seguidores o cargos de poder, sino por algo aún más transformador: su talento científico y compromiso con la sostenibilidad comunitaria.

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Estos jóvenes mexicanas han representado a nuestro país en uno de los foros más importantes del mundo en materia de agua: la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, donde participaron en el Junior Water Prize con un proyecto que conecta ciencia, cuidado del medio ambiente, patrimonio cultural y agricultura sostenible.

Su presencia en este ranking no solo honra sus logros personales, sino que también refleja el enorme potencial de la educación rural e indígena, visibiliza las problemáticas ambientales locales y destaca cómo las nuevas generaciones están generando soluciones reales desde sus propias comunidades.

¿Quiénes son Shanni Mora Fajardo y Rosa Mendoza Sosa?

Shanni y Rosa son estudiantes del Bachillerato Integral Comunitario de Teotitlán del Valle (BIC29), en el estado de Oaxaca. Ambas jóvenes crecieron rodeadas de las tradiciones textiles de su comunidad, un lugar emblemático por su cultura zapoteca y su arte del teñido natural. Pero también fueron testigos del impacto ambiental que estas prácticas, aunque artesanales, pueden generar cuando no se gestionan adecuadamente.

Conscientes de ello, decidieron utilizar su formación académica y vocación científica para proponer una alternativa sostenible que preserve las tradiciones sin comprometer los recursos naturales, especialmente el agua.

El proyecto que las catapultó: reutilización del agua entintada

El proyecto con el que representaron a México en el Stockholm Junior Water Prize 2024 consiste en el diseño de un sistema casero de filtración que permite reutilizar las aguas residuales del proceso de tratamiento textil, muy común en su comunidad, para posteriormente emplearlas en el cultivo de vegetales.

La idea surgió en respuesta a una necesidad local: en Teotitlán del Valle, muchas familias se dedican al tejido artesanal, una actividad que utiliza tintes naturales y producen aguas entintadas que no siempre son tratadas. Con este sistema, Shanni y Rosa no solo reducen el impacto ambiental, sino que además promueven la autosuficiencia alimentaria mediante el riego de hortalizas.

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Su propuesta es innovadora, viable y adaptable a otras comunidades rurales. Además, fusiona el conocimiento tradicional con la ciencia moderna, aportando a la conservación del agua y la sostenibilidad agrícola , dos elementos clave para el futuro del país.

¿Qué es el Premio Juvenil del Agua de Estocolmo?

El Stockholm Junior Water Prize (SJWP) es un concurso internacional promovido por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), que busca premiar a estudiantes de entre 15 y 20 años que desarrollen proyectos científicos relacionados con el agua y su gestión sostenible.

Reconocido como el “Nobel juvenil del agua”, el SJWP reúne cada año a participantes de más de 40 países. Ser elegidas para representar a México en esta competencia es una distinción de altísimo nivel que valida el impacto y la originalidad del proyecto presentado por Rosa y Shanni.

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La relevancia del ranking de Forbes México

El ranking de Las 100 Mujeres Más Poderosas de México, publicado por Forbes México destaca cada año a mujeres líderes que están transformando sus comunidades y sectores. La inclusión de Shanni y Rosa en la edición 2025 rompe esquemas, al reconocer el poder de la juventud, el conocimiento científico y la acción comunitaria desde contextos rurales.

Ellas no ocupan cargos políticos ni dirigen grandes empresas, pero están haciendo algo igual de importante: crear soluciones reales para los desafíos ambientales locales, con impacto global . Su presencia en esta lista representa una nueva definición de poder: la capacidad de cambiar el mundo desde el aula, el laboratorio y la comunidad.