Los langosteros de Maine esperan tener mejor suerte con la presidencia de Biden
Pueblo pesquero en Maine. Foto: Leonepumd/Wikicommons

Miranda Bryant/The Guardian

Esta podrá ser la semana del año donde la mayoría de los estadounidenses se llena de pavo en el Día de Acción de Gracias, pero los pescadores y las pescadoras de langostas en Maine se preparan para 2021, y creen que pueden obtener ventajas con Joe Biden.

Donald Trump se posicionó como amigo de la industria langostera de Nueva Inglaterra con muchas campañas en Maine, e incluso invitó al pescador Jason Joyce a hablar en el congreso nacional republicano.

Pero la prolongada guerra comercial del presidente Donald Trump con China ocasionó un periodo complicado para la industria.

Después de la victoria de Biden en la elección presidencial, en la que obtuvo tres de los cuatro votos electorales de Maine, pues el estado tiene un sistema de división de votos similar al de Nebraska, miembros de la industria esperan encontrar la muy necesaria estabilidad que desean.

Stephanie Nadeau, propietaria de Lobster Company, una distribuidora de Arundel, Maine, dijo que la industria necesita garantías de que podrán vender langostas a otros países sin aranceles punitivos y tiene esperanzas de que tal seguridad llegue en enero, con la inauguración del nuevo periodo presidencial.

Sobre la vida durante la administración de Trump, dijo: “No puedes hacer planes. No puedes vivir en el caos. ¿La guerra económica iba a durar una semana, un mes, cuatro años? ¿Cómo trabajas con eso?”

Las exportaciones de langostas estadounidenses a China, compradora de mariscos por mayoreo, se desplomaron después de que Trump escaló las hostilidades comerciales. Eso significó aranceles altos para las langostas y los exportadores tuvieron pérdidas de más de 80% en la primera mitad de 2019.

Este verano, Trump ordenó al Departamento de Agricultura de EU proporcionar asistencia financiera a los pescadores de langosta y ayudarles a recuperar sus ingresos perdidos por las tarifas chinas. También negoció un nuevo trato con China, en el que acordaron reanudar el intercambio de langostas.

Fue una época turbulenta para una industria que está acostumbrada a lidiar con la incertidumbre por problemas como la fluctuación en los niveles de pesca, los climas peligrosos y la variabilidad en los precios de carnada y combustible.

Además está la crisis climática que calienta los océanos y altera la vida marítima, y en 2020, la pandemia de coronavirus.

La inminente presidencia de Biden representa la oportunidad de tener estabilidad, dice John Sackton, un veterano analista de la industria, y fundador de SeafoodNews.com.

“Creo que Biden, si devuelve la estabilidad y logra combatir el virus, podría potencialmente regresarnos a la normalidad, lo que sería muy favorable para la industria estadounidense”, dijo. “El caos es el enemigo de la industria langostera”.

 La administración de Trump también presumió políticas ambientales que supuestamente benefician a los pescadores.

En junio, Trump anunció la reducción de protecciones en Northeast Canyons y Seamounts Marine National Monument, un área de conservación de 8,000 kilómetros cuadrados, que reabrió la pesca comercial.

Afirmó que esa área es importante para los pescadores de Maine, pero en realidad está más cerca de Rhode Island.

Un problema ambiental más grande que enfrentan los langosteros es la posibilidad de nuevas protecciones diseñadas para la conservación de la ballena franca glacial. Las ballenas están protegidas bajo la Ley Federal de Especies en Peligro, pues son vulnerables a enredos en el equipo de pesca.

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Los langosteros de Maine están dispuestos a trabajar con cualquier administración para establecer nuevas reglas, dijo Kristian Porter, presidente de la Maine Lobstermen Association. Pero dijo que es imposible saber si la implementación de las nuevas reglas se verá afectada por el cambio de administración, y afirmó: “Es demasiado pronto para saber”.

La industria misma ha estado firme en los últimos años, aunque la pandemia de coronavirus alteró todos los sectores del mercado de mariscos en 2020. Los pescadores producen más de 100 millones de toneladas al año, desde 2011.

Hay diversidad política entre los langosteros de Maine, y muchos votaron por Trump. El presidente ganó en el segundo distrito electoral, que incluye algunos de los puertos de pesca más importantes, como Stonington, en 2016 y 2020. Pero algunos, que son seguidores de Biden, dijeron que esperan con gusto el cambio de liderazgo.

Dave Cousens, un langostero de South Thomaston, dijo: “Es discreto, es inteligente, y sabe cómo rodearse de buenas personas”.

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