Dueño de restaurante francés en CDMX, asesinado ‘mientras entregaba vino fino’
Imagen: Gerd Altmann/Pixabay.com

Tom Phillips/The Guardian

El asesinato espeluznante de un restaurantero francés sacudió a la comunidad extranjera de la Ciudad de México y dio lugar a nuevos cuestionamientos sobre la crisis de asesinatos nacional que ha cobrado 29 mil vidas este año.

Baptiste Lormand, parisino de 45 años, desapareció el jueves pasado en la noche en Polanco, una zona lujosa de la capital mexicana que aloja muchos de los mejores restaurantes y en donde viven muchos diplomáticos extranjeros, empresarios y periodistas.

Encontraron su cuerpo el sábado en la mañana en un camino de terracería en el sur de la ciudad junto con el de un colega suyo, Luis Orozco. Ambos hombres fueron golpeados y sus manos amarradas. Un reporte del periódico Milenio asegura que les dieron un tiro en la cabeza.

Los asesinatos hicieron levantar la voz a la gran comunidad de extranjeros de la Ciudad de México. Muchos conocían a Lormand y su restaurante temático de lucha libre, Surtidora Don Batiz, que se encuentra en la zona restaurantera Polanquito.

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“Como todos en nuestra comunidad estoy muy conmocionado por el homicidio de nuestro compatriota. Mi corazón está con su familia y amigos”, tuiteó el embajador de Francia en México, Jean-Pierre Asvazadourian.

El lunes en la mañana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador lamentó el crimen y admitió que “los incidentes de violencia” continúan plagando la capital. Pero López Obrador, quien llegó al poder en 2018 prometiendo paz para un país azotado por la violencia y con su controvertida estrategia de “abrazos no balazos”, insistió en que las autoridades están trabajando para “pacificar” la ciudad y echó la culpa del nivel de violencia a los gobiernos anteriores.

“Lamentamos profundamente estos asesinatos”, dijo Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México. “Nuestra solidaridad con las familias”.

Miembros de la comunidad europea de la Ciudad de México tenían planeado marchar el lunes en Presidente Masaryk, una de las avenidas más lujosas de la Ciudad de México. Entre enero y noviembre de este año al menos se han registrado 29,182 homicidios en México, lo que deja a la segunda economía latinoamericana en el camino de otro año récord de sangre. El año pasado se perdieron 35,588 vidas.

Hay misterio en torno al asesinato de restaurantero francés, quien llevaba 20 años viviendo en el país y tenía la nacionalidad mexicana.

En conferencia de prensa el domingo, el jefe de la policía, Omar García Harfuch, señaló que no hay evidencias de que los asesinatos sean por demandas de extorsión del crimen organizado o exigencias de pago de rescate a los familiares de la víctima.

Harfuch sobrevivió en junio a un intento espectacular de asesinato no lejos del restaurante de Lormand. Dijo que los investigadores estaban investigando si los asesinos eran ladrones que iban tras un envío de vinos de lujo que supuestamente estaba entregando Lormand cuando desapareció.

Un amigo dijo a El País que Lormand acababa de comprar vino con valor de 500 mil pesos de un restaurante que había cerrado y estaba en proceso de reventa.

“No hay ley, ni autoridades, no hay nada en este país”, se quejó el amigo cuyo nombre se mantuvo oculto.

Algunos observadores señalaron inconsistencias en el relato de Harfuch de los últimos movimientos de Lormand de la noche del jueves cuando fue visto por última vez.

“Hay algo que no embona en la versión de los eventos de García Harfuch, y no es la primera vez”, escribió el columnista Ricardo Raphael del diario MIlenio.

Raphael dice que no entendió la aparente afirmación del jefe de la policía de que la víctima se encontraba en un vecindario muy bravo al norte de la ciudad en las horas previas a su desaparición.

“¿Por qué Lormand habría llevado una fortuna en botellas de vino fino a un vecindario pequeño y peligroso detrás del Reclusorio Norte?”, pregunta Raphael.

Hablando bajo la condición de conservar el anonimato, un restaurantero de la Ciudad de México dijo al diario El País que las autoridades “casi siempre buscan tratar los asesinatos como hechos aislados” y no rascan para establecer posibles relaciones con el crimen organizado.

El atentado contra Harfuch fue atribuído a los miembros de un grupo que se considera el más fuerte del crimen organizado en México, Jalisco Nueva Generación.

La semana pasada las fuerzas de seguridad mexicanas arrestaron a un jefe del cártel local que supuestamente es responsable de la masacre de 2019 de nueve mujeres y niños con doble nacionalidad cerca de la frontera entre México y EU.

Este caso también provocó escándalo internacional y la exigencia del presidente Donald Trump de “hacerle la guerra a los cárteles de drogas”.

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