El impacto económico por la pandemia al turismo es una amenaza para la naturaleza
Guardabosques del equipo Lioness de patrulla en el Parque Nacional Amboseli de Kenia. Fotografía: Georgina Smith

El recorte de trabajos en las reservas naturales y en los proyectos ambientales durante la pandemia del Covid-19 podría afectar los esfuerzos globales para conservar la biodiversidad y acabar con la crisis del clima, de acuerdo a un nuevo estudio.

Los recortes presupuestales y un colapso en los ingresos del ecoturismo obligaron a los parques nacionales y a las organizaciones conservacionistas a hacer recortes de personal y a reducir actividades como la del patrullaje de caza furtiva, y Asia y África resultaron severamente afectadas.

Brasil, India y EU también aparecen como “puntos rojos” por sus recortes en protección ambiental durante la pandemia, y los tres países están considerando permitir minería y extracción de combustibles fósiles en las áreas protegidas.

Algunos ejemplos incluidos en el reporte son propuestas del gobierno brasileño de permitir la extracción de combustible fósil y minería en reservas indígenas, nuevos permisos en Rusia que permiten la deforestación en áreas naturales para infraestructura y transporte, y avances en los planes para explorar y perforar para extraer petróleo y gas en el Ártico de EU.

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Estos hallazgos aparecen en una serie de estudios publicados en una edición especial de la revista Parks de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, IUCN, por sus siglas en inglés, que buscan entender las consecuencias de la pandemia por Covid-19 en el medio ambiente.

Brent Mitchell, coeditor de la revista, dijo: “Lo que aprendimos de estas contribuciones es esto: si el impacto del Covid-19 no es suficiente para hacer que la humanidad despierte a las consecuencias suicidas de curso destructivo de un desarrollo mal llevado y que está acabando con la naturaleza, entonces está difícil pensar en formas de evitar otras calamidades, peores que la actual”.

Sus comentarios hacen eco de los del secretario general de la ONU, António Guterres, quien advirtió: “La humanidad le está haciendo la guerra a la naturaleza. Esto es suicida”.

Una encuesta con guardabosques en más de 60 países indica que uno de cada cinco perdió su trabajo a causa de la pandemia y de los recortes presupuestales y los más afectados son los de América Latina, el Caribe, África y Asia. Más de la mitad de las áreas protegidas en África reportaron que tuvieron que reducir sus patrullajes de campo y para prevenir la cacería furtiva.

Muchas zonas han mantenido sus principales operaciones pero muchas comunidades cercanas a las reservas naturales y a los parques nacionales fueron golpeadas con fuerza por las consecuencias económicas de la pandemia y la reducción de visitantes.

“La crisis de la salud mundial sigue siendo prioridad pero este nuevo estudio revela qué tan severo ha sido el golpe de la pandemia en los esfuerzos de conservación y en las comunidades dedicadas a la protección de la naturaleza”, dijo el doctor Bruno Oberle, director general de IUCN.

Una revisión de los planes de recuperación del Covid-19 que se implementaron o se comenzaron entre enero y octubre de 2020 indican que aunque algunos gobiernos incluyeron las zonas de conservación y el financiamiento extra para la naturaleza, muchos han reducido las protecciones ambientales.

Rachel Golden Kroner de Conservation International, autora del estudio sobre el impacto de los paquetes de estímulo económico del gobierno, advirtió que no debe permitirse que la crisis actual dañe más los ambientes naturales.

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“Si vamos a construir un futuro sustentable, tenemos que evitar que se retiren las protecciones ambientales, y se necesitan planear medidas de recuperación de tal forma que no sólo se eviten los impactos negativos sobre biodiversidad, sino que además se marque el camino para avanzar de forma sustentable y equitativa”, dijo.

Como respuesta al estudio, Carlos Manuel Rodríguez, director de Global Environmental Facility, una organización financieramente independiente que ayuda con fondos a los países a alcanzar metas ambientales, dice: “Invertir en la conservación de la naturaleza y su restauración para prevenir el surgimiento futuro de patógenos zoonóticos como los coronavirus requiere de una fracción de los billones de dólares que los gobiernos han tenido que gastar para combatir el Covid-19 y estimular la recuperación económica”.

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