La princesa Mako de Japón se casa y pierde su estatus real
Kei Komuro y la princesa Mako en una conferencia de prensa en la que anunciaron su matrimonio en Tokio. Foto: Nicolas Datiche/EPA

La princesa Mako de Japón perdió su estatus de realeza tras casarse con su “plebeyo” novio de la universidad, Kei Komuro, un hombre al que describió como “irremplazable”, mientras la pareja expresaba su tristeza por el escándalo que rodeó su compromiso.

Tras años de críticas a su relación, que han dejado a Mako con problemas de salud mental, la pareja anunció el martes en una conferencia de prensa en un hotel en Tokio que se habían casado. No aceptaron preguntas por parte de los periodistas.

Mako y Komuro, que se conocieron en la universidad hace casi una década, tenían previsto casarse originalmente en noviembre de 2018, pero lo pospusieron después de que los medios de comunicación japoneses revelaron que la madre de Komuro estaba involucrada en un pequeño escándalo financiero.

El martes, Komuro expresó su pesar por cómo los problemas de su madre ensombrecieron los preparativos de la boda. Sobre su novia, comentó: “Amo a Mako-san. Y me gustaría pasar mi vida con la persona que amo”.

Señaló que haría “todo lo posible” para resolver la disputa financiera entre su madre y un antiguo prometido al que supuestamente pidió prestados 4 millones de yenes, aunque se ha dicho que el dinero fue un regalo.

La intensa cobertura mediática sobre su familia y el escrutinio de su relación de pareja repercutieron en Mako, sobrina del emperador Naruhito. La agencia de la casa imperial recientemente reveló que sufría un complejo trastorno de estrés postraumático.

Al parecer, su estado de salud motivó la decisión de la pareja de realizar un comunicado el martes y repartir respuestas escritas a las preguntas de los periodistas en lugar de responder verbalmente.

Mako comentó que su decisión de casarse con Komuro fue una “elección necesaria“. Aunque reconoció que algunos miembros de la sociedad se oponían a su unión, dijo que planeaban pasar su vida juntos “cuidando y protegiendo nuestros sentimientos”.

Añadió: “He estado asustada y he sentido tristeza y dolor cuando los rumores unilaterales se convierten en historias infundadas”.

Refiriéndose al estado de Mako, Komuro expresó: “Se trató la información incorrecta como si fuera cierta, y me entristece mucho que Mako-san ha tenido problemas con su salud física y mental como resultado de los comentarios difamatorios”.

La pareja no celebró una ceremonia formal de boda ni un banquete de recepción ni ninguno de los ritos tradicionales asociados con las bodas imperiales. Ellos mismos pagaron el lugar donde se realizó la conferencia de prensa, en medio de acusaciones en las redes sociales de que no debían “malgastar” el dinero de los contribuyentes.

Al parecer, su padre, el príncipe heredero Akishino, se opuso a una boda real tradicional tras reconocer que la opinión pública japonesa estaba dividida respecto a su matrimonio, a raíz de los informes de que la madre de Komuro no había pagado el préstamo, parte del cual se destinó a la educación de su hijo.

En una encuesta realizada para el periódico Yomiuri, más de la mitad de los encuestados se mostraron a favor del matrimonio y un tercio no.

Entre algunos residentes de Tokio se observaron signos de buena voluntad. “Lo más importante es que ella es feliz”, comentó Machiko Yoshimoto, una mujer en sus 60 años. Shigehiro Hashimoto, de 54 años, comentó: “Habría sido mejor tener un ambiente festivo en lugar de esta difícil situación, que en realidad es bastante triste y lamentable”.

Mako, que obtuvo un título de maestría de la Universidad de Leicester, rechazó un pago de aproximadamente 140 millones de yenes (1.23 millones de dólares) del dinero de los contribuyentes que tradicionalmente se otorga a las mujeres que renuncian a su condición de miembros de la realeza cuando se casan.

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Las imágenes de televisión mostraron a Mako saliendo de su casa familiar, la residencia imperial de Akasaka, el martes por la mañana. Vestida con un vestido azul pálido y sosteniendo un ramo de flores, hizo una reverencia a sus padres y abrazó a su hermana menor, Kako.

Las leyes de sucesión masculina de Japón significan que Mako nunca podrá ser emperatriz reinante. Si tiene un hijo, se educará como una persona ajena a la realeza y no ascenderá al trono del Crisantemo.

Su salida del palacio evidencia la escasez de herederos al trono, mientras que las presiones para reformar las leyes de sucesión no han conseguido ganar adeptos bajo los sucesivos gobiernos conservadores. El padre de Mako es el primero en la línea de sucesión, seguido de su hermano menor, el príncipe Hisahito. Si Hisahito no tiene un hijo hombre, se romperá la línea de sucesión.

Los expertos señalaron que las posiciones clave de su padre y hermano en la línea imperial impulsaron la oposición pública a su matrimonio con Komuro. “Aunque es cierto que (Mako y Komuro) serán ciudadanos particulares, el hermano menor de Mako se convertirá algún día en emperador, por lo que algunas personas consideraron que alguien con los problemas que tenía Komuro no debería casarse con ella”, explicó Hideya Kawanishi, profesor asociado de historia en la Universidad de Nagoya.

La pareja ha invitado inevitablemente a las comparaciones con el príncipe Harry y Meghan Markle debido a la ofensiva mediática y a su decisión de mudarse a Estados Unidos. Tienen previsto mudarse a Nueva York, donde Komuro trabaja en un despacho de abogados.

No se vieron durante tres años hasta el reciente regreso de Komuro de Nueva York, y volverán a estar separados mientras Mako permanece en Japón para preparar la mudanza y solicitar su primer pasaporte.

Se desconoce si Mako, que estudió arte y patrimonio cultural en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio, trabajará en Estados Unidos. En su comunicado, solo comentó que quería “vivir una vida tranquila en un nuevo entorno”.

Las agencias contribuyeron a este artículo.

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