‘Un George Floyd cada 23 minutos’: furia por el brutal asesinato de un refugiado en la playa de Río de Janeiro
Manifestantes antirracistas protestan cerca de un kiosco junto a la playa, donde el refugiado congoleño Moise Kabagambe fue golpeado. Foto: Ian Cheibub/Reuters

Se prevé que miles de manifestantes salgan a las calles de Brasil el sábado para protestar contra el asesinato de un joven refugiado congoleño, cuyo homicidio –captado en un escalofriante video– provocó una explosión de ira por el racismo estructural y la violencia de odio profundamente arraigados.

Hace 11 años, Moïse Mugenyi Kabagambe abandonó su hogar en la ciudad azotada por el conflicto de Bunia, en la República Democrática del Congo, tras el asesinato de su abuela. Buscó refugio a miles de kilómetros de distancia, en Brasil, solo para perder la vida la semana pasada, a los 24 años, tras ser atacado por un grupo de hombres en una de las playas más conocidas de Río de Janeiro, Barra da Tijuca.

Sus familiares comentan que Kabagambe fue al lugar para reclamar 200 reales de sueldo que no le habían pagado en el bar costero donde trabajaba informalmente como mesero al servicio de los turistas.

Kabagambe sufrió heridas mortales en el pecho tras ser tirado al piso y golpeado decenas de veces con trozos de madera y puños. Al parecer, le ataron las manos y los pies tras dejarlo inconsciente.

Un periódico local publicó en su portada imágenes de la violenta agresión del 24 de enero –que ocurrió a pocos metros de algunos de los hoteles que se encuentran en la playa y condominios más exclusivos de Río de Janeiro– con el siguiente titular: “Cobardía. Salvajismo. Barbarie”.

Mi primo nunca le hizo daño a nadie, siempre estaba sonriendo. Es abominable. Es una pesadilla“, dijo su primo, Chadrac Kembilu Nkusu, un compatriota refugiado que está considerando la posibilidad de huir a Canadá debido al ataque.

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Chadrac Kembilu Nkusu, primo de Moïse Kabagambe, enseña una playera con la imagen de Kabagambe en un centro comunitario congoleño en Río de Janeiro. Foto: Ian Cheibub/Reuters

“Brasil es una madre, un país que acoge a todos. No puedo entender cómo esta madre pudo matar a un hijo tan bueno como Moïse”, añadió Nkusu.

Hasta el momento tres hombres han sido detenidos por este crimen que provocó una ola de repugnancia por parte de activistas, políticos y celebridades.

“Brasil es un país peligroso para nosotros los negros. ¡Cuidado!”, tuiteó Preto Zezé, un destacado activista y empresario negro.

Un juez del tribunal supremo, Gilmar Mendes, señaló que las “deplorables escenas de odio y barbarie” exponen los peligros de la intolerancia, el racismo y la xenofobia.

La mañana del sábado, activistas de derechos civiles y ciudadanos se manifestarán en el lugar del crimen, mientras que también se prevén manifestaciones en ciudades como São Paulo, Recife, Belo Horizonte y Porto Alegre.

Douglas Belchior, líder de la red Coalizão Negra Por Direitos, que colabora en la organización de las protestas, dijo: “El bárbaro asesinato de personas negras es vergonzosamente común en Brasil… Aquí tenemos un George Floyd cada 23 minutos. Tenemos un Moïse cada 23 minutos. Nos matan constantemente“.

Limpiándose las lágrimas, Belchior rechazó la idea de que su país ofreciera un refugio seguro a los refugiados negros. “La imagen que vendemos de Brasil es una mentira. No es verdad que seamos una madre que ofrece refugio. Brasil es un país de guerra racial. Lo que está ocurriendo aquí es una guerra, las personas negras mueren todos los días. Es un estado de terror, y tenemos que desenmascararlo”.

El presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, que posee una casa a pocos minutos caminando de la escena del asesinato, no ha expresado ningún comentario sobre el asesinato de Kabagambe, aunque sí encontró tiempo para participar en la disputa sobre Spotify y la desinformación relacionada con el Covid-19.

“¡Manténganse firmes! Abrazos desde Brasil”, tuiteó Bolsonaro dirigiéndose al polémico presentador del podcast Joe Rogan el jueves.

Sin embargo, el expresidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, condenó el “cobarde asesinato”. “Esto no es normal. Esto no es humano. Es el resultado de un país que está gobernado por un fascista”, dijo Lula, culpando al gobierno radical de Bolsonaro por el clima de violencia que se vive en el país.

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Un vendedor ambulante camina junto a un kiosco cerrado en la playa llamado Tropicalia, lugar donde Moïse Kabagambe fue golpeado hasta la muerte. Foto: Mauro Pimentel/AFP/Getty Images

Los activistas consideran que los orígenes del asesinato de Kabagambe son mucho más profundos, y describen el asesinato como parte del legado maligno de la esclavitud en un país que recibió casi 5 millones de personas esclavizadas de África.

Belchior comentó: “Brasil es un país edificado sobre la esclavitud. Es el país que soportó la esclavitud durante más tiempo, fue el último de América en abolirla, y la forma en que se organizó la sociedad brasileña en la época posterior a la esclavitud fue diseñada para perpetuar la dinámica social por la que los negros eran sometidos a la forma de pensar de los propietarios de esclavos”.

Wesley Teixeira, activista y educador que vive en Río de Janeiro y que asistirá a la protesta del sábado, señaló que el asesinato dejó al descubierto “la herida abierta de la esclavitud“. Teixeira expresó su desconcierto por el hecho de que nadie intervino para detener el ataque: “La sociedad brasileña ve un cuerpo negro tirado en el piso, muerto, y sigue bebiendo… como si todo fuera completamente normal”.

Belchior comentó que toda la sociedad brasileña –y no solo los negros y los movimientos– tenía que movilizarse si se quería poner fin a estos asesinatos. “En las noticias no habría espacio para ningún otro tema si se tratara de una persona blanca de Europa o de Estados Unidos. Pero se trataba de una persona africana del Congo, así que no hay que preocuparse”, dijo.

“Esto es enfermizo y es intolerable. Siento una gran ira, pero también tristeza, porque no hay nada que sugiera que no volverá a ocurrir lo mismo muy pronto”.

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