Presión sobre la Iglesia católica italiana para que rinda cuentas sobre los abusos sexuales contra menores
El papa Francisco durante su audiencia general semanal. 'La única manera de que se lleve a cabo una investigación sería si Francisco lo ordena', dice el periodista Emiliano Fittipaldi. Foto: Vatican Media/ANSA/Zuma Press/Rex/Shutterstock

Aumenta la presión sobre la Iglesia católica en Italia para que rinda cuentas sobre los abusos sexuales contra menores, en medio de cálculos no oficiales de que el país podría tener el mayor número de víctimas de sacerdotes pederastas del mundo.

Las abrumadoras investigaciones sobre la magnitud de los abusos sexuales y las acusaciones de encubrimiento han supuesto un duro golpe para la reputación de la Iglesia en Estados Unidos, Irlanda, Chile, Francia y, recientemente, Alemania. Sin embargo, en Italia el tema quedó casi enterrado.

En la actualidad, un grupo de asociaciones religiosas y laicas se unió para presionar por una investigación independiente e instar al Estado italiano a promulgar leyes más estrictas para llevar a los sacerdotes pederastas ante la justicia y elaborar un plan para proteger a los menores de los abusos sexuales cometidos por el clero. El grupo utiliza el hashtag #ItalyChurchToo y expondrá sus objetivos durante un evento en línea el 15 de febrero.

“El problema en Italia es enorme, pero lo han ocultado”, señaló Cristina Balestrini, que dirige un grupo para víctimas de abusos y sus familias. “Por ejemplo, dos de los sacerdotes que oficiaron mi matrimonio resultaron ser pederastas. También estuvo el sacerdote que… violó a mi hijo. Por tanto, ya son tres sacerdotes pederastas, solo en mi pequeño mundo”.

La petición se ha visto impulsada por la publicación de informes independientes en Francia y Alemania, donde el expapa Benedicto fue criticado por supuestamente no haber tomado medidas contra cuatro sacerdotes acusados de abusos sexuales contra menores cuando fue arzobispo de Múnich entre 1977 y 1982. Esta semana, Benedicto se disculpó por las “graves faltas” cometidas en el manejo de esos casos de abuso sexual, sin embargo, su equipo jurídico negó haber cometido alguna falta personal, provocando el enojo de las víctimas.

En los últimos meses, Hans Zollner, sacerdote alemán que forma parte de la comisión del papa Francisco para la protección de los menores, pidió en varias ocasiones que la atención se centrara en Italia. “Necesitamos que se realicen estas investigaciones y se publiquen de forma objetiva“, dijo a La Stampa. “Y también lo necesitamos en Italia, de esa forma podremos encarar la realidad y no seguir negando algo que se niega continuamente”.

Aunque la Iglesia italiana está discutiendo el tema, los obispos se encuentran divididos sobre si se debería encargar la investigación de forma independiente. Gualtiero Bassetti, que dejará la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana en mayo, se mostró a favor de una investigación, al igual que dos de sus posibles sucesores, aunque sea de carácter interno.

“La razón por la que ahora dicen ‘oh, estamos pensando en hacer algo’ se debe a que quieren controlar la narrativa”, señaló Robert Mickens, editor en Roma de la edición en inglés del periódico católico La Croix. “La iniciativa de las asociaciones los está asustando mucho, y están pensando ‘hagamos algo que podamos contener’, porque saben que si lo exponen al mundo exterior, están arruinados”.

No existen cifras oficiales sobre el número de víctimas de abusos sexuales cometidos por el clero en Italia, no obstante, la principal asociación de víctimas, Rete L’Abuso, ha registrado 360 casos de sacerdotes acusados o condenados en los últimos 15 años. Un acuerdo entre el gobierno italiano y el Vaticano significa que la mayoría de las investigaciones sobre los abusos sexuales contra menores en Italia se llevan a cabo detrás de un muro de secretismo dentro de la jurisdicción de la Santa Sede. Si un tribunal vaticano los declara culpables, la mayoría de los sacerdotes terminan siendo trasladados a una nueva diócesis en lugar de ser expulsados del sacerdocio o encarcelados. De aquellos que son declarados culpables por un tribunal italiano, pocos son encarcelados.

La investigación de Francia descubrió que el clero abusó de 216,000 niños durante siete décadas. Comparando el número de sacerdotes en Francia, alrededor de 21 mil, con los 52 mil de Italia, Francesco Zanardi, creador de Rete L’Abuso, indicó que el número de víctimas en Italia podría ser tres veces mayor que el de Francia.

“Es evidente que Italia es el país en el que el escándalo podría ser peor, porque es uno de los países con mayor número de sacerdotes del mundo”, dijo Zanardi, que dice haber sido abusado por un párroco desde los 11 hasta los 15 años. “También hay muchos sacerdotes extranjeros acusados de pederastia a los que se les concedió refugio en Italia. Necesitamos una investigación independiente; si la Iglesia realiza una investigación interna, no será creíble”.

Mientras tanto, el gobierno italiano aún no ha cumplido la petición de una comisión de la ONU, que en 2019 lo acusó de ser cómplice en la protección de los sacerdotes pederastas de los cargos penales, para elaborar un plan nacional de prevención de abusos sexuales contra menores. Los activistas piden al Gobierno que promulgue una ley, similar a la de Francia, que obligue a los ciudadanos a denunciar si tienen conocimiento de abusos cometidos por el clero.

Aunque el número de feligreses en Italia ha ido disminuyendo de forma constante, la iglesia católica sigue ejerciendo una influencia considerable en la sociedad. El tema de los abusos sexuales cometidos por el clero, al menos en lo que respecta a Italia, rara vez es abordado por la prensa. Un programa de televisión italiano recibió críticas por no preguntar al papa Francisco sobre el tema durante la primera entrevista del pontífice en la televisión italiana la semana pasada.

“Creo que los italianos podrían aceptar una investigación, pero los medios de comunicación tendrían más dificultades, ya que existe esta especie de temor reverencial, especialmente en la televisión estatal, en cuanto al Vaticano y en general al pontificado”, dijo Emiliano Fittipaldi, un periodista cuyo libro de 2017 Lussuria acusó al papa Francisco de no hacer “casi nada” para detener los abusos sexuales cometidos por el clero en Italia. “La única manera de que se lleve a cabo una investigación sería si Francisco lo ordena”.

Se contactó al Vaticano para conocer sus comentarios.

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